No cambiaremos nada si no resistimos y luchamos -- Gabriel Sánchez (Montevideo-Uruguay)

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La silenciada causa de la crisis
Vicenç Navarro
Público
Estamos en una crisis económica y financiera profunda que puede abocar rápidamente a una depresión mundial semejante a la que ocurrió en los años treinta del siglo XX. De ahí que sea importante ver si las dos crisis mundiales tienen causas comunes y si hay similitudes o diferencias entre ellas.

Comencemos por las diferencias, y la más importante es que la situación existente en los países desarrollados es hoy muy distinta a la de los años treinta. Existen ahora sistemas de protección social (como los seguros de desempleo) que no existían entonces.

Ahora bien, también hay semejanzas y una de ellas, la más importante y que ha pasado desapercibida en los medios de información españoles, es la enorme polarización en la distribución de las rentas que existió en los años que precedieron a la Gran Depresión del siglo XX, y que existe ahora.

En la gran mayoría de países de la OCDE hemos visto desde los años ochenta un gran crecimiento de las rentas del capital a costa de una disminución de las rentas del trabajo, alcanzándose una concentración sin precedentes de las rentas en los sectores más pudientes de las sociedades avanzadas, con una disminución del porcentaje de la masa salarial sobre la renta nacional (y ello a pesar de que el número de trabajadores ha aumentado).

Esta situación es resultado de la llamada revolución neoliberal (iniciada por el presidente Reagan en EEUU, y por la señora Thatcher en Europa) y sus políticas públicas liberales regresivas (bajadas de impuestos de las rentas superiores, aumento de la regresividad fiscal, desregulación de los mercados de trabajo y descenso de la cobertura de derechos sociales y laborales, entre otras) que han acentuado las enormes desigualdades de renta en la mayoría de aquellos países, alcanzando niveles sin precedentes desde la Gran Depresión. Y ello ha ocurrido en ambos lados del Atlántico, acentuándose todavía más en los últimos años. En EEUU las rentas del capital ascendieron como nunca antes había ocurrido mientras que las rentas del trabajo descendieron de un 68% en 1992 a un 62% de la renta nacional en 2005.

En la Unión Europea pasó algo semejante. Las rentas del trabajo han sufrido un enorme bajón, pasando de representar en los países de la eurozona (que son los que llevaron a cabo aquellas políticas neoliberales con mayor contundencia, estimulados por la Comisión Europea y por el Banco Central Europeo) el 70% de la renta nacional en el año 1992 al 62% en el año 2005.

En España las rentas del trabajo pasaron de representar el 72% de la renta nacional total al 61% en el mismo periodo. En otras palabras, el periodo neoliberal fue un periodo de gran exuberancia para el mundo empresarial (y muy en especial para el mundo financiero) que vio en la UE-15 crecer sus beneficios durante el periodo 1999-2005 un 33%; en la eurozona subió un 36% y en España un 73%, más del doble que el promedio de la UE-15.

Los costes laborales, sin embargo, crecieron sólo un 18% en la UE-15 y en España sólo un 3,7%, una quinta parte del promedio de la UE-15. Una consecuencia de la polarización de las rentas y del descenso de las rentas del trabajo, ha sido la disminución de la capacidad adquisitiva de la clase trabajadora y de la demanda con el consiguiente endeudamiento de las clases populares.

En EEUU la familia promedio que debía 40.000 dólares en 1980 pasó a deber 130.000 dólares en 2007. Una situación semejante ocurrió en la UE. Este endeudamiento creció enormemente hasta que se hizo insostenible. Por otra parte, las exuberantes rentas del capital se invirtieron en actividades especulativas, y muy en especial (en EEUU, España y Gran Bretaña) en la vivienda, desarrollando una burbuja que al explotar (debido a la enorme especulación y excesiva construcción) creó el colapso del crédito, pues la vivienda es el aval más utilizado por las clases populares para conseguir crédito. Contribuyendo a ello es la existencia de un sistema financiero altamente contaminado con productos tóxicos que nadie sabe cuántos ni dónde están, convirtiéndose en lo que se ha definido como bombas financieras de destrucción masiva.

Mientras que las semejanzas en el origen de la crisis a ambos lados del Atlántico son muy notables, las respuestas son muy diferentes. En EEUU las fuerzas progresistas están respondiendo con medidas similares, aunque menos intensas, que las que desarrolló Franklin D. Roosevelt en el New Deal. Un aumento muy notable del gasto público en inversiones y servicios públicos (como sanidad y otros servicios), financiando tal gasto con un incremento en los impuestos de los sectores más pudientes de la población (que se beneficiaron enormemente de las políticas liberales) y permitiendo un crecimiento del déficit federal hasta alcanzar un 12% del PIB. También un reforzamiento de los sindicatos para aumentar los salarios, un elemento clave de la recuperación de la demanda, tal como hizo Franklin D. Roosevelt con la Ley Wagner que estableció los sindicatos y que la Administración Obama (presionada por las clases populares y por los sindicatos) está expandiendo para facilitar el incremento de los salarios y de la demanda.

En la Unión Europea, sin embargo, bajo un dominio conservador liberal (excepto en España), la respuesta ha sido enormemente insuficiente. El estímulo económico ha sido mucho menor que el aprobado por el Congreso estadounidense; el Pacto de Estabilidad continúa penalizando a aquellos estados que tienen un déficit de más del 3% del PIB, y los gobiernos están proponiendo que los trabajadores congelen sus demandas salariales como manera de salir de la crisis. Todas ellas medidas contrarias a las necesarias en estos momentos en que debieran revertirse las políticas regresivas que causaron la polarización social, responsable de la crisis de entonces y la de ahora.

Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=82570

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NO CAMBIAREMOS NADA, SI NO RESISTIMOS Y LUCHAMOS??
Los desposeídos tienen un mundo que ganar Carlitos Marx
Como nos deja entrever Navarro, la causa de la actual crisis debemos buscarla en el sistema mismo, el capitalismo, que necesariamente, por sus dinámicas de acumulación cada vez mayor, iba a devenir en capitalismo neoliberal??y este necesariamente desataría un especie de vorágine de acumulación y especulación tal que tarde o temprano devendría en esta especie de crisis que quisiéramos llamar terminal, pero que lamentablemente dadas las circunstancias debemos llamarle de la larga agonía??en donde las estructuras y las mentalidades siguen funcionando en automático dentro del más cerrado neoliberalismo??lo que en realidad como nos muestra el profesor Navarro, nos hunde en una crisis más profunda??

La incapacidad del sistema para reconocer la inflexión necesaria para salir de la crisis, esta en las mentalidades primero, los que detentan el poder o los grandes analistas económicos del sistema no acierta??que la clave esta en mejorar la renta del trabajo, es decir bajar el índice de plusvalía (ganancia por explotación que percibe el capital)??

Esta notable incapacidad, hace que las instituciones y los organismos, sigan funcionando con una mentalidad neoliberal, entre otras cosas porque se han remachado funcionamientos como los Bancos centrales con funcionamiento autónomo y los organismos multilaterales de crédito, como gendarmes del quehacer económico global, que siguen imponiendo a sus préstamos condicionamientos, que afectan la renta de los salariados y en la misma línea la concepción económica subyacente en las declaraciones del G20 que pretenden imponerlas en la próxima cumbre de las Américas, en estos precisos momentos se negocia justamente la redacción del proyecto de Declaración de Compromiso de Puerto España. (http://fifthsummitoftheamericas.org/spanish/comunicado%20de%20prensa%202.htm )

Todas estas formulas que intentan desregular los controles del estado, abrir las fronteras para que capitales extranjeros se apoderen de los recursos naturales y los expolien, que se mantengan tratados de libre comercio que afectan negativamente sobre la soberanía de los países y su independencia económica y la aplicación de políticas de ajuste sobre la renta al trabajo y las políticas sociales, lo único que lograran será agudizar la confluencia de la triple crisis??alimentaria, económica y ecológica, llevándonos a la debacle climática, la profundización de la crisis ante el mantenimiento del traspaso de recursos de la renta del trabajo a la del capital y la concreción de verdaderas y extensas hambrunas ante la imposibilidad de los pueblos de usar sus propios recursos para alimentarse??

Si las fuerzas populares, sindicatos de trabajadores, campesinado, estudiantado, naciones indoamericanas??no se movilizan contra este proyecto regresivo??les entregaremos a nuestros hijos y a nuestros nietos una región empobrecida, contaminada y devastada??

Y para terminar consigno las asertivas palabras del profesor Theotonio Dos Santos, sobre un neoliberalismo que no quiere morir??Y QUE POR LO MISMO HABRÁ QUE MATARLO??

Theotonio Dos Santos es economista e investigador brasileño. Profesor de la Universidad Federal Fluminense. Presidente de la Cátedra y Red UNESCO y Universidad de las Naciones Unidas sobre Economía Global y Desarrollo Sostenible e integrante de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad. Estuvo en Lima, donde clausuró un seminario sobre los 80 años de la publicación del libro Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana de José Carlos Mariátegui. Era necesario conocer la opinión del destacado intelectual brasileño, cuando el mundo sufre una de las más grandes crisis financieras de la historia. Por eso, lo entrevistamos al día siguiente del seminario. Theotonio nos recibió en su casa, ubicada en un barrio de clase media al sur de Lima.

– Esta crisis mundial provocada por los especuladores financieros del Wall Street ¿Significa el fin del Neoliberalismo o sólo es un traspiés de esta fase del capitalismo?

– Es un golpe muy profundo al Neoliberalismo, porque demuestra claramente, que la idea del Estado mínimo, del equilibrio fiscal, monetario, cambiario no tiene ninguna vigencia. La verdad es que, en el funcionamiento concreto de la economía capitalista contemporánea está basada en los grandes monopolios y en la fuerte intervención estatal, el capitalismo estatal, no hay espacio para una doctrina de Estado mínimo y de vuelta a un ideal de libre mercado que nunca existió, ni tiene la posibilidad de existir.

Entonces, todo eso compromete muy profundamente al Neoliberalismo como ideología, porque como ciencia nunca tuvo realmente ninguna calidad científica. Está en proceso de decadencia, pero todavía es difícil enterrarlo, porque el gran capital y los políticos se han comprometido con estos ideales -si se les puede llamar así- neoliberales. Y hay una búsqueda de garantizar un libre mercado, que en el fondo es mucho más, no tanto una política de libre mercado, pero sí un intento de salvar lo máximo posible al sector privado y particularmente al sector financiero. Todavía hay una política fuerte en esa dirección, el gobierno de los EE.UU. está entregando recursos colosales al sector bancario a nombre de que el Estado no debe asumir el control completo de la situación, sino que simplemente apoyar al propio sector financiero que es el culpable de todo esto.

Ahora mismo existe una discusión grande sobre como los bancos norteamericanos van a utilizar los recursos y por qué los bancos deben recibirlos y que hacer con estos. Entonces, todos estos recursos gigantescos que se están invirtiendo para mantener liquidez en los EE.UU., terminan en manos del sector financiero privado, que pasa a una etapa superior de capital monopólico. Los cinco mayores bancos controlan la mitad del movimiento interbancario mundial y ahora van a fortalecerse mucho como potencias oligopólicas, además han quebrado gran parte de los más importantes bancos.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=82528

(Información recibida de la Red MUnidal de Comunidades Eclesiales de Base)