Monseñor Lugo ahora es presidente y hay signos de cambio en Paraguay -- Emilio Marín

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Argenpress

Al final, el tantas veces anunciado colapso del Partido Colorado de Paraguay se hizo realidad, después de 61 años de dominio total de la escena política. Por supuesto que el proceso de cambios que se inicia con Fernando Lugo no será fácil ni rápido.

Lugo, por la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), que nuclea a nueve partidos y veinte organizaciones sociales con orientación básica de centro-izquierda, ganó las elecciones paraguayas con algo más del 40 por ciento de los votos. Blanca Ovelar, la candidata del hasta ayer oficialismo, Alianza Nacional Republicana (nombre de fantasía del más conocido como Partido Colorado), llegó en segundo lugar a diez puntos de diferencia con el ganador. Con el 21 por ciento se ubicó en tercer término el ex general Lino Oviedo, con una turbia historia de golpismo, arrestos y exilios, compitiendo por la Unión Nacional de Ciudadanos Eticos.

Precisamente la ética no sobra en la currícula de Oviedo y muchos otros políticos paraguayos de variada coloratura. Por eso mismo se sospechaba de la posibilidad de un fraude para burlar el pronosticado triunfo de la APC. Eso flotaba en el ambiente pese a la existencia de controles de los observadores de la OEA encabezados por el guatemalteco Pablo Galarza, y otras entidades como la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES por su sigla en inglés).

Al final no hubo el temido fraude y el domingo a la noche la ex docente Ovelar, que fue ministra de Educación entre 2003 y 2007, admitió su derrota, despejando las dudas sobre si el coloradismo se retiraría así nomás del Palacio López, la sede presidencial.

Rápidamente una serie de presidentes de la región, como Cristina Fernández de Kirchner, enviaron sus salutaciones al presidente electo. La argentina le dijo estar convencida de que el nuevo gobierno paraguayo ‘transitará por el camino de la justicia social’. Tabaré Vázquez envió otra aún más cálida, lo que se explica pues Lugo había declarado que su modelo de construcción política es el Frente Amplio de Uruguay y que tenía ‘coincidencias absolutas’ con el mandatario charrúa.

No se conoce que aún la administración Bush se haya sumado a los festejos, lo que aparece como lógico. Washington se sintió siempre más a gusto con el Partido Colorado, no digamos ya en los 35 años de la dictadura stronista sino incluso con el presidente en funciones. Es que Nicanor Duarte Frutos, por ejemplo, le permitió el ingreso a 400 marines estadounidenses en la base mariscal Estigarribia, pese a la sospecha de que esa fuerza estaba en aprestos para controlar el día de mañana el Acuífero Guaraní, considerado una de las mayores reservas de agua potable del planeta.

El traspié colorado, si bien abre un período favorable a los cambios que quieran promover los integrantes de la vencedora APC, no puede ser juzgado como que el coloradismo haya terminado en el país. El 15 de agosto próximo, cuando Lugo asuma, tendrá que lidiar con una fuerte oposición porque no tiene mayoría parlamentaria. En el Senado de 45 miembros, sólo contará con 15 bancas propias, en tanto los colorados, con Duarte Frutos como líder de esa cámara, dispondrán de 17, y los del oviedismo, Unace, 7. No es difícil imaginar los palos en la rueda que pondrán en el Senado los opositores liderados por el ex presidente, teniendo en consideración la fiereza de la campaña finalizada el domingo, en el curso de la cual se dijo cualquier cosa del ex obispo. La acusación más liviana fue que era un subordinado de Hugo Chávez, que a su vez le financiaría los gastos de la elección.

Lo subjetivo y objetivo

Frente a esas acusaciones, Lugo ha procurado no dejar flancos descubiertos para la crítica fácil de la derecha. Ha repetido hasta el cansancio que no es de derecha ni de izquierda sino que está al medio, ‘como el agujero del poncho’. Para tranquilizar a los empresarios, una parte menor de los cuales lo habría votado, aceptó como compañero de fórmula a Federico Franco, del Partido Liberal. Y durante toda la campaña Franco se encargó de subrayar que comparte el ideario de centro derecha ‘como el compromiso de respecto irrestricto a la propiedad privada’.

Para quedar bien con la Unión Industrial Paraguaya (UIP), el vicepresidente electo declaró que su país ‘no está preparado para una izquierda al estilo de Chávez’.

En la cámara empresaria agradaron esos comentarios, incluso las declaraciones moderadas de Lugo. Pero no quedaron tranquilos porque estiman que una cosa son los deseos o pensamientos de las futuras autoridades y otra pueden ser las presiones que les lleguen desde las bases. Se sabe que Paraguay tiene un 42 por ciento de pobreza y que el desempleo, si bien está medido oficialmente en el 8,5 por ciento, en realidad trepa al 35 por ciento si se lo cuenta junto con el subempleo.

Ya en su tiempo de obispo de San Pedro, una de las zonas más pobres del país, Lugo supo de la necesidad de una reforma agraria y aún durante la contienda electoral repitió que la polarización social era escandalosa en el campo. Auguró entonces la llegada de la reforma en la tenencia de la tierra para favorecer a centenares de miles de familias que viven como semiproletarios, sin tierras.

Los sectores empresariales y latifundistas temen que el flamante gobierno empiece una tímida reforma en el campo, hoy perfilada como una operación prolija, con representantes de todos los sectores involucrados, y que al final se dispare una ocupación de haciendas como ocurrió años atrás en Brasil.

Ese temor, desde otro ángulo, se junta con la férrea oposición que piensa hacer el Partido Colorado, cuyos líderes parlamentarios han asegurado que el Paraguay de Lugo ‘será una nueva Cuba’.

Por muchas razones no parece ese el norte político del mandatario electo. Pero si lo atacan de todas partes, si le bloquean las iniciativas políticas en el Congreso, si no lo dejan gobernar en paz, etc, entonces sí que el proceso de cambio guaraní se puede profundizar y tomar un cariz más antiimperialista de lo imaginado por monseñor Lugo.

Discusión que se viene

Hablando de la condición religiosa del electo, habla a favor de sus convicciones el hecho de que Benedicto XVI lo haya suspendido a divinis en vez de aceptarle la renuncia presentada a fines de 2006. Es que si lo sanciona un Papa tan corrido a la derecha y amigo de George Bush, como Joseph Ratzinger, entonces quiere decir que el sancionado debe ser mejor persona aún de lo pensado.

Paraguay se mantendrá dentro del Mercosur, y esa es una buena noticia para los cuatro socios fundadores. Habrá que ver si el Senado paraguayo habilita o no el ingreso de Venezuela, pues hasta ahora lo trabó junto a su similar brasileño.

Al interior del mercado del sur, Asunción se juntará con Montevideo, en un regateo justo contra los dos socios más grandes, Brasil y Argentina. Lugo ha pedido que se avance en el prometido y nunca cumplido proceso contra las asimetrías entre los dos pesos pesados y los otros dos, que revistan en la categoría pluma.

Esa renegociación comenzará el mismo 15 de agosto cuando los representantes paraguayos pidan a sus pares argentinos y brasileños, por separado, que contemplen nuevos precios por la electricidad generada en común con Paraguay en Itaipú y Yacyretá respectivamente.

Evo Morales renegoció en 2007 el precio del gas boliviano que en San Pablo y Buenos Aires pagaban por debajo de lo normal. Y una disputa parecida iniciará Lugo por el tema eléctrico.

En este momento la luz de Yacyretá se paga a Paraguay a 8 dólares el megawatt/hora, siendo que su valor de mercado rondaría diez veces ese monto, 80 dólares.

Con voz suave, pero no exenta de determinación, monseñor reiteró que pugnará para que la soberanía energética. Lugo declaró el martes pasado a la prensa extranjera, en su conferencia con los medios: ‘vamos a.luchar para que la energía que Paraguay vende a la Argentina y Brasil tenga un precio justo. Y para nosotros, un precio justo es el precio del mercado’.

Para algunos, entonces, la nueva etapa en Paraguay puede significar más costos. Para otros, en cambio, la oportunidad de nuevos negocios, como parece que viene aprovechando el grupo Clarín en el país vecino, donde amplió sus inversiones en medios de comunicación.