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Migrance 2.007. De la emancipación de África -- Brigitte Espuche (APDHA)

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Área de Solidaridad y Relaciones Internacionales de la APDHA.
La sociedad civil africana se reunió en Bamako – Malí, del 10 al 15 de Diciembre, bajo los auspicios del Foro para Otro Malí (FORAM), con el fin de debatir las causas, las consecuencias y las alternativas a la inmigración forzada de los jóvenes africanos, que se lanzan cada vez en mayor número a las rutas marítimas y terrestres, a menudo poniendo en riesgo sus vidas, en busca de un empleo o de una protección internacional.

En el marco de este Encuentro Internacional, conformado por debates y talleres de trabajo, la Sociedad Civil africana quiso expresarse, comprender y tomar el timón de su destino, y lo hizo por medio de sus sindicalistas, estudiantes, parados, universitarios, artistas e intelectuales, convocados para discernir los distintos retos a los cuales se enfrenta su continente.

A nivel político, los participantes denunciaron un claro déficit democrático, fruto de una confiscación «en cascada» del poder de decisión, donde el Pueblo desposeído ve la toma de decisión concentrada en manos de dirigentes irresponsables ante el Pueblo, y que sólo obedecen o dan cuenta a sus proveedores de fondos del Norte.

A nivel ecológico y económico, los acuerdos comerciales inicuos y las subvenciones de las producciones importadas fueron denunciados por tener consecuencias directas sobre la calidad de vida de los autóctonos y sobre su esperanza en el futuro, cuando la agricultura ya no alimenta a los Hombres sino al apetito insaciable del Mercado.
A nivel social, pusieron de manifiesto que la degradación de las condiciones de vida y de los medios de subsistencia, directamente vinculada a las políticas neoliberales impuestas por el Norte, impulsan a las jóvenes generaciones a ir a buscar fuera lo que los ayudaría a vivir mejor en casa.

En cuanto al nivel educativo y cultural, pusieron de manifiesto que los errores de un sistema mimético, enteramente copiado del modelo colonial, transformaron los conocimientos y los valores tradicionales africanos, convirtiéndolos en un modelo denigrado, que habría hecho de los niños de África los «rehenes de los amos», respondiendo a los intereses de las élites europeas, decididas a conservar su control y dominio sobre el pre carré africano, a través de sus «herederos».

Ante este cuadro por lo menos oscuro, y porque se niega a que Occidente decida del futuro de África, esta sociedad civil emergente reclama justicia y reparación.
Por su dolor provocado por la pérdida de tantos hijos, hermanos y maridos, que dejaron su vida en el mar o en el desierto del Sahel en nombre de un sistema neoliberal impuesto e injusto; que les hizo desear alcanzar el El Dorado capitalista, que, colmo de las contradicciones, muchos condenamos aquí.

Para reclamar responsabilidades, en nombre de los desheredados de todo un continente expoliado, que van “a la aventura” con el único fin de sobrevivir, y que ven su derecho a la movilidad sujeto a las leyes inhumanas del Mercado.

Para interpelar a los Gobiernos africanos y europeos respecto al drama que afecta a África, en nombre de una guerra política, económica y racial contra los migrantes, en nombre de una «gestión de los flujos migratorios» que solamente gira en torno a la represión y a los intereses utilitaristas del Norte, en nombre de acuerdos comerciales no equitativos que privan África de sus recursos y de sus riquezas, en nombre de una agricultura de subsistencia transformada en agricultura de mercado que arruina a los pequeños productores, en nombre, en resumen, del sometimiento y del empobrecimiento de esta cuna de la Humanidad, saqueada y subdesarrollada con el único fin de contribuir al Desarrollo y la “mayor gloria” de Occidente.
África, en este Encuentro, llamó pues a la resistencia y a la movilización de su Sociedad Civil, de su Soberanía Nacional, de sus jóvenes que se van, y que sin embargo forman el futuro de África, continente rico en potencial y en perspectivas.

Para luchar contra la pobreza estructural que afecta a su espacio social, económico y político, contra el control de los recursos naturales africanos y la militarización del continente para el acceso a estos recursos, contra la confiscación de su poder de decisión por políticas dictadas por el exterior, contra el déficit democrático que sufren, contra la pérdida de soberanía de la cual sus dirigentes se convirtieron en cómplices, contra la criminalización de las migraciones que los mata en la carretera, contra el Chantaje al Desarrollo que solo ayuda para quitar mejor y que contribuye a mantener el continente africano en esta dependencia que lo mina, contra el cinismo occidental que se emociona de los cadáveres poblando las rutas migratorias, pero que sin embargo cierra sus fronteras con el objetivo de proteger la seguridad y el bienestar económico de sus conciudadanos, acariciados e inconscientes del precio que una generación entera está dispuesta a pagar para probar algunas migas de su supuesto paraíso.

En estos debates, África reclamó así su emancipación. Ya que tiene conciencia que la mano que da siempre está encima de la que recibe, ya que ella tiene conciencia de no ser más que el pre carré de Europa, y de ser percibida como un niño pequeño al que se regaña o recompensa en función de los ajustes estructurales que se le imponen.

Ya que tiene conciencia del hecho de que mientras exista la confiscación de su soberanía y de su toma de decisión, mientras se mantengan las desigualdades sociales, África seguirá siendo este continente poblado de los condenados de la Tierra, el único que no llega a despegar.
Al plantear cuestiones que requieren respuestas, al proponer alternativas a las realidades políticas, económicas, ecológicas y culturales, la Sociedad Civil africana decidió liberar el mar de palabras y críticas que contuvo durante demasiado tiempo, y reclamar una responsabilidad compartida a sus dirigentes, así como una toma de conciencia a su Pueblo.

Para que un día se hable de los Hombres, en su conjunto, y no de «ellos» y de «nosotros».
Para que un día África sea autosuficiente, a pesar de la voluntad de Occidente.
Para que un día la reproducción de las desigualdades sociales ya no esté concebida como un sistema.

Para que un día África se emancipe, liberada de la injerencia exterior, y que Occidente, espejo a las alondras, la reconozca por fin.

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