Las atrocidades de la última dictadura militar argentina no fueron solamente sobre los cuerpos: el genocidio incluyó también a la palabra escrita. El testimonio de Amanda Toubes, testigo de la quema de 24 mil kilogramos de textos.
Imaginemos los camiones descargando miles de libros en un baldío de Sarandí, en el conurbano bonaerense. Son varios vehículos, porque se trata de 24 toneladas; es decir, 24 mil kilogramos de textos. Hay policías controlando el operativo junto a otros uniformados de las Fuerzas Armadas.
El 26 de junio de 1980 es un día frío y nublado, y a los represores les cuesta encender el fuego. No le alcanzan los fósforos para tamaña hoguera. Entonces, le piden dinero para comprar combustible a los testigos del Centro Editor de América Latina que están allí presentes: Amanda Toubes y Ricardo Figueiras, quienes, naturalmente, se niegan. ··· Ver noticia ···
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