La asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Española debatirá esta semana la actual situación en España, incluida su unidad como valor moral, aunque no es seguro que ahora se apruebe la correspondiente instrucción pastoral. En todo caso, diversos datos indican que el texto no contará con la unidad del episcopado.
El pleno de la Conferencia Episcopal Española comienza sin que los obispos conozcan el contenido del documento
– La asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) empezó ayer con malestar y preocupación entre los obispos. Ello es debido al secretismo en torno al borrador de la instrucción pastoral sobre «la situación religiosa, cultural, social y política» en la que podría considerarse una determinada concepción de la unidad de España como valor moral.
La ponencia está formada por el arzobispo Fernando Sebastián (Pamplona), el obispo Adolfo González (Almería), el obispo auxiliar Eugenio Romero Pose (Madrid) y el padre Juan A. Martínez Camino (secretario). La ponencia se decanta hacia la posición defendida por los cardenales Antonio M. Rouco y Antonio Cañizares que aglutinan un sector del episcopado como el numeroso grupo valenciano.
Este pleno, sin embargo, ha comenzado sin que los obispos conozcan el contenido del proyecto pese a que la ponencia fue creada en el pleno extraordinario del pasado junio que, a su vez, era fruto de un anterior acuerdo del pleno del pasado marzo. Se teme que un sector del episcopado precipite la aprobación de este documento sin la necesaria reflexión de los prelados y de sus asesores diocesanos. Lo que se ha calificado de «encerrona» ya se dio en la instrucción pastoral sobre el terrorismo. Como ocurrió entonces, la instrucción en la que se contempla la unidad de España podría aprobarse sin unidad episcopal.
El obispo Juan M. Uriarte (San Sebastián) sustenta que «la Iglesia no debe convertir en problema moral lo que es legítima opción sociológica, cultural o política». Los arzobispos Jaume Pujol (Tarragona), Lluís Martínez Sistach (Barcelona) y el obispo Joan Enric Vives (Urgell) fueron algunos de los prelados que admiten que aún no conocen el borrador del texto. Así es a pesar de que Martínez Sistach es miembro del comité ejecutivo de la CEE y Vives pertenece a la permanente.
El siempre moderado Martínez Sistach fue ayer más explícito. Consideró que difícilmente se puede aprobar la instrucción pastoral en este pleno porque el iter puede ser largo y habría que comenzar ahora con un primer contacto, seguir con una reflexión en la permanente y después, en todo caso, mantener otro debate en el pleno de marzo. «Los obispos hemos de hablar de acuerdo con nuestra competencia eclesial y nuestra misión en la Iglesia y la sociedad. Si algo se escapa de nuestra competencia, corresponde a la sociedad civil decidir libremente sobre el modelo social de acuerdo con sus legítimas convicciones políticas», dijo el arzobispo. Sobre si la unidad de los pueblos de España es un bien moral, Martínez Sistach afirmó: «Tendremos que ver qué dice el documento. La Iglesia puede invocar los grandes valores. Por ejemplo, la solidaridad. Cuando hay un Estado autonómico en el que las autonomías tienen legítimas facultades distintas se tiene que hablar fundamentalmente de la solidaridad de las comunidades autónomas y ver si los instrumentos legales y sus estatutos tienen presente esta solidaridad entre ellas y respecto al bien común de todo el Estado».
El presidente de la conferencia y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, abrió la asamblea con un discurso en que constantemente defendió un espíritu conciliador y de entendimiento entre los diversos sectores del episcopado y en las relaciones entre el episcopado y el Gobierno. En este sentido, apeló al estilo con que Benedicto XVI se presentó en Valencia. «Su actuación serena, humilde, acogedora y abierta ha sido una especie de bálsamo que suavizó muchas relaciones», dijo Blázquez. Y tras manifestar la satisfacción de los obispos por el contenido «razonable» del acuerdo con el Gobierno sobre la asignación tributaria, Blázquez comentó: «Estamos persuadidos de que en la escucha recíproca y en la ponderación de las razones del otro se puede alcanzar el entendimiento (…) Confío en que por esta vía avanzaremos en otras cuestiones planteadas o que pueden aparecer en el futuro».
La Vanguardia, 21-11-06