El presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, abrió ayer formalmente la 88ª Asamblea Plenaria de la cúpula eclesiástica, que iniciará el debate hasta el próximo viernes de la esperada Instrucción Pastoral que abordará la situación religiosa, cultura, social y política de España. El borrador del documento analizará «la misión de la Iglesia en nuestra situación cultural de hoy, las repercusiones pastorales que de ahí se derivan y el discernimiento moral de las grandes cuestiones que suscitan particular preocupación en este tiempo».
El quid de la cuestión residirá en si, finalmente, los 85 obispos de la plenaria aludirán o profundizarán expresamente en el concepto de la «unidad de España», una cuestión que ha provocado divisiones entre los sectores aperturistas e inmovilistas de la cúpula católica.
En su discurso inaugural, Blázquez no hizo mención alguna a dicho concepto y sectores del Episcopado, enclavados en el sector minoritario, sugirieron que esta unidad nacional no está cuestionada y que el documento, en su enfoque con una lectura más política, podría aludir a la necesaria solidaridad entre las comunidades autónomas, pero no enfrascarse en análisis de mayor calado que acrecienten la división en la cúpula de la Iglesia.
Las tesis del vicepresidente de la Conferencia Episcopal y cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, y del cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, que encabezan el sector conservador del Episcopado, siempre se han caracterizado por aludir sin ambages a la delicada situación de la unidad de España, concepto que no comparten otros sectores, entre los que destacan, como es obvio, los prelados de Cataluña y el País Vasco.
Competencia eclesial
De hecho, ayer mismo el arzobispo de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, sugirió que el polémico documento quizá no reciba el visto bueno en esta sesión plenaria, sino que podría ser objeto, a posteriori, de nuevas enmiendas y sugerencias. Por tanto, dejó entrever, la esperada Instrucción no sería aprobada hasta una nueva Asamblea Plenaria, a convocar en la próxima primavera.
Martínez Sistach subrayó que el documento «no se puede reducir a la unidad de España, porque es mucho más amplio». «Ya veremos cómo queda todo», espetó. En cualquier caso, dejó claro que los obispos «debemos hablar de asuntos de nuestra competencia eclesial, pero si algo se escapa de nuestra competencia no podemos decirlo». Es decir, serían competentes para analizar asuntos que han provocado la resistencia abierta de la cúpula de la Iglesia, como las legislaciones en torno a la familia, la educación o la defensa de la vida.
La elaboración de la Instrucción Pastoral fue decidida el pasado mes de junio, después de que se celebrara una Asamblea Plenaria Extraordinaria. A tal fin, la Comisión Permanente encargó en septiembre a Fernando Sebastián, arzobispo de Pamplona; Adolfo González, obispo de Almería; Eugenio Romero Pose, obispo auxiliar de Madrid, y Juan Antonio Martínez Camino, portavoz del Episcopado, preparar el borrador.