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Hasta el advenimiento del presidente Chávez, en Venezuela siempre han gobernado y expoliado al pueblo la derecha política al servicio de la burguesía. Ahora están decepcionadas ambas, pues después cerca de una veintena de comicios electorales no han conseguido recuperar el poder, a pesar de los errores políticos del movimiento bolivariano.
La derecha venezolana aparenta respetar la democracia y las elecciones mientras les son favorables, pero en caso contrario tienen la tendencia a hacer uso de la fuerza. Desde que vino el comandante Chávez en 1999, después de 18 elecciones en las que han perdido 17, están desesperadas. Ya no ven otro medio para recuperar el poder, que el de la fuerza bruta para acabar con la hegemonía popular y recuperar el control de los recursos naturales y de las reservas petroleras.
Muerto Chávez, en las últimas elecciones presidenciales de 2013 estuvieron a punto de ganar, pero perdieron por un margen de 1,59%. Su rabia les llevó a no reconocer la victoria de Maduro avalada internacionalmente. La derecha expresó su ira con movilizaciones y acciones violentas donde perdieron la vida once militantes chavistas. Luego se calmaron un poco. En seguida empezaron con el boicot a los alimentos y a productos de primera necesidad. Antes de usar la fuerza, vieron la posibilidad de ganar las elecciones locales posteriores. ¡Desilusión!, el movimiento bolivariano ganó el 76% de las alcaldías municipales (256), mientras que la derecha sólo ganó en el 23% de municipios (76). ¡Desesperación!, ya no les quedaba otro remedio que provocar el caos y la fuerza para derrocar al movimiento bolivariano.
En 2002 les falló el golpe de Estado contra el presidente Chávez. Ahora, en 2014, están intentando de nuevo otro golpe de Estado, pero esta vez por el ?método suave??; es decir: empezar por movilizaciones pacíficas; luego emplear barricadas, palos y destrozos en fachadas de edificios; a continuación pasar al asesinato de inocentes o simpatizantes chavistas ?en Venezuela ya van unos 21 personas que han perdido la vida?; mientras los medios de comunicación que controlan la burguesía manipulan, mienten y tergiversan los hechos.
La cuestión es provocar al gobierno, a la policía y hasta al propio ejército. Así, lograrían pasar como víctimas de un régimen ?represor?? ante el gobierno norteamericano y la opinión internacional neoliberal. Toda esta oposición violenta contra el régimen que gobierna Maduro, favorecería la intervención militar norteamericana aparentando engañosamente proteger a los venezolanos, la democracia y los derechos humanos.
De esta manera hipócrita, falsa y ambiciosa, la derecha política con el beneplácito de la burguesía conquistaría nuevamente el poder.
Pero, Maduro como sucesor de Chávez, ha recuperado mucha popularidad como lo demostraron las elecciones municipales. Es más, los sectores populares y empobrecidos por décadas de dominio burgués en Venezuela, a pesar del caos que están sembrando la derecha y los empresarios con la guerra económica desatada contra el régimen bolivariano, comprenden que las mejoras obtenidas con Chávez y que mantiene Maduro, la derecha las iría suprimiendo. Pues nunca el pueblo venezolano alcanzó el reconocimiento a sus derechos en educación, salud, trabajo, tierra para campesinos, pensiones, erradicación de la pobreza y dignidad, como ahora.
Para la geopolítica imperialista, acabar con el régimen bolivariano de Venezuela que preside Maduro, es prioritario; pues luego iría contra los regímenes progresistas de Bolivia y Ecuador, en los cuales ya fallaron sendos golpes de Estado. A su vez, frenaría los moderados pasos hacia la soberanía nacional de otros Estados latinoamericanos, como Brasil, Argentina, Uruguay, Nicaragua??