Está escrita la entrevista (EL Mundo, 6-11-06) concedida a Federico Jiménez Losantos. Nada desde entonces ha cambiado. Y lo dicho en ella es solo cosecha de un día y de dos páginas. Sumen y deduzcan lo que no habrá podido decir este señor en sus cientos de programas radiales, escuchado ?seguro con regocijo de muchos- por miles y millones de españoles.
Veamos, sin más, este botón de muestra.
Este señor dice tener carretera universitaria, ser excomunista, neoconverso, identificarse con la parte liberal del PP e impartir enseñanza radiada con la aprobación y aplauso de los obispos en su programa diario de la COPE.
Embebido en su papel de narrador, comentarista, historiador, abogado, sabio, juez , político, y sentenciador de todo lo humano y divino, llega a una larga audiencia. El Sr. Losantos demuestra sentirse por encima de todo el mundo y habla con ilimitada libertad. Nadie escapa a su omnipotente verbo.
En la entrevista el Sr. Losantos dice: El Sr. Durán i LLeida es un personaje siniestro, como los sicarios. Maragall , una caricatura de esa clase política de señoritos progres catalanes. Cuevas un fascista de oficina en la dictadura. Adolfo Suárez un casi analfabeto en política. Aznar, un no creyente en los valores que dice tener y, desde la boda maldita del Escorial, un maricomplejines. Zapatero, más malo que la quina, sin una idea buena, un monstruo y un muñeco diabólico. Polanco, con un poder absoluto y total sobre la izquierda, dueño del PSOE y manda en todo el país. El Rey no para de ayudar a los que se están cargando a España. España sólo se salva si el Rey abdica.
Y de parecida manera, el Sr. Jiménez Losantos, constituido en Juez Supremo, se dedica a repartir juicios, perdones y condenaciones a otras personas e instituciones.
Leo en la CONSTITUCION ESPA?OLA: ?El respeto a los derechos de los demás son el fundamento del orden político y de la paz social?? (T. I, Art. 10). ?Las libertades descritas tienen su límite en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen?? (Cap. I, Art. 20).
Pregunto: ¿Quién en la sociedad recomendaría a un señor así para ser narrador, comentarista y doctrinero de un programa radial público? ¿Qué bienes saca la sociedad española de escuchar a diario a un señor que con su palabra se comporta anticonstitucionalmente? ¿En virtud de qué razones o títulos, el Sr. Losantos se siente autorizado – y se le autoriza- a convertirse en guía y sentenciador de toda una sociedad y de quienes la representan? ¿Qué han visto de cristiano los Obispos en él para que, a pesar de innumerables quejas e impugnaciones, lo elogien y sigan manteniendo en la COPE?
Me gustaría saber qué palabra de las dichas en la entrevista por el Sr. Losantos encaja con lo escrito en el Evangelio, con la dignidad humana y con el respeto a los demás.
Nadie, Sr. Losantos, de cuantos Vd. considera malos españoles, lo van a matar. Y, morir por España honrosísimamente, de lo que Vd. se sentiría orgulloso, no lo haga. Muera por otras realidades y causas que valgan la pena y no por un concepto de España que millones y millones de españoles le discutimos. No muera por nosotros, millones y millones, que somos España. Sería vano y deplorable.
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