Han pasado los días y sigue la brutalidad del Golpe de Estado en Honduras. Y, el Cardenal Salesiano Rodríguez Maradiaga, ahora intenta explicar que no apoya ese Golpe, pero sus nuevas declaraciones, desgraciadamente, dicen lo contrario.
Escribo estas líneas porque soy una de las miles de personas que estamos perplejos y dolidos ante la posición asumida por el Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, frente al brutal golpe de Estado llevado a cabo por los militares fieles a la macabra ideología de la Seguridad Nacional en Honduras y que mantiene fuera del país al Presidente constitucional y legalmente elegido por su pueblo.
Recuerdo una de sus visitas a Chile en que lo conocí y pude saber algo más de su pensamiento en temas socio-políticos. Por esa razón publicamos en la revista ?Reflexión y Liberación?? su charla ?La pobreza y el desarrollo humano?? en abril de 2003 en el marco del cuarto aniversario de la Pascua de nuestro recordado y venerado Cardenal Silva Henríquez, realizada en la Universidad Católica de Santiago de Chile.
Al tenor de las declaraciones en su calidad de Cardenal Arzobispo de Tegucigalpa y presidente de la Conferencia Episcopal hondureña, leída por cadena de radio y TV bajo el título; ?Edificar desde la Crisis?? y, posteriormente, en una serie de entrevistas en que repite que lo ocurrido en su país no es un golpe de Estado ya que las Fuerzas Armadas procedieron según un mandato de la Corte Suprema de Justicia y ratificada en el Congreso Nacional, solo queda convencerse de que él ha procedido en forma injusta e ideologizada en plena sintonía con los poderes fácticos bien conocidos.
Cómo entender a un Pastor que por un lado dice este domingo a ?Clarín?? de Buenos Aires que; ?el Presidente Zelaya comenzó a confrontar. No se puede construir sobre el odio??. Y, a reglón seguido asegura que el Presidente empezó a hacer cosas muy buenas, la primera fue poner en su sitio a las compañías petroleras, que aquí hacían un negocio redondo poniendo cláusulas para ganar más. Trabajé en una Comisión y logramos que el Presidente Zelaya, con gran firmeza, lograra que las multinacionales no cometieran tantos abusos??.
En otro acápite de la entrevista en ?Clarín?? confiesa que tiene todo el apoyo del Vaticano: ?El Nuncio estuvo con nosotros (Conferencia Episcopal) durante toda la sesión de un día en la que redactamos el documento (Edificar desde la Crisis). Pero este discípulo de Don Bosco no se queda ahí y ante la pregunta sobre el posible regreso del Presidente Zelaya, sentencia: ?En este momento no. Sería más prudente y patriótico que renunciara a regresar inmediatamente con tal de pacificar al país. La polarización es grande y hay armas en manos de los civiles????.
Estas declaraciones del Cardenal hondureño son muy graves. En primer lugar confirma el porqué ni el Secretario de Estado, Cardenal Tarcisio Bertone (también Salesiano), ni el Papa Benedicto, hasta hoy, dijeran ni una sola palabra sobre un golpe de Estado. Situación que otrora Roma denunciaba o condenaba sin titubeos. En segundo lugar, Rodríguez Maradiaga lo deja bien claro: No debe volver el Presidente de Honduras, expulsado violentamente por lo militares y deberá permanecer en el exilio. Exilio que la Iglesia considera por siglos como una medida extrema, inhumana e inaceptable!
Estas declaraciones del Cardenal son a lo menos injustas y temerarias. Injustas, porque el purpurado calla ante la violencia y la muerte que han traído los militares desplegados por las calles y carreteras, reprimiendo y violando todos los derechos humanos de la población, en especial el odio de los militares en contra de los pobres y humildes de esa sufrida tierra. Solo basta ver como cerraron la Radio Progreso, de los Jesuitas, en que bajo amenazas e insultos silenciaron sus ondas y, aún permanece vigilada. Temerarias, cuando él dice que ?hay armas en manos de civiles??. Esa afirmación concede a los militares todo tipo de arbitrariedades y violencia. En Chile sabemos bien lo que significa que se diga que hay armas en manos de civiles. Con ese argumento se cometen todo tipo de tropelías y legitima la tortura para saber donde están ?esas armas??.
Pero los silencios del Cardenal hondureño van más lejos. En todas sus declaraciones a diversos medios del mundo entero, nada ha dicho sobre la represión en contra de campesinos, jóvenes y mujeres que han salido a protestar por este golpe de Estado y el destierro de su Presidente Constitucional. Tampoco sobre el asesinato del joven Isis Murillo de 19 años, masacrado por los militares ante su padre -Pastor Evangélico- y amigos que acudían pacíficamente, en caminata, a esperar al Presidente Manuel Zelaya al aeropuerto de Tegucigalpa.
Hoy, este religioso Salesiano goza de la ?tranquilidad?? en la Iglesia La Milagrosa de Tegucigalpa para hacer sus declaraciones. Tranquilidad que no tienen miles de hogares y familias angustiadas y temerosas por lo que puedan hacer las Fuerzas Armadas que mantienen un férreo control de todas las actividades del Estado. Pronto, Rodríguez Maradiaga estará predicando en la Catedral, es de esperar que a lo menos pida por los que han perdido sus libertades y han sido castigados brutalmente por los militares.
Y, que recuerde a todos los jerarcas de facto en Honduras, incluido el fatídico Batallón 316 de las fuerzas especiales lo que, constantemente, le recuerda al Presidente Constitucional Manuel Zelaya cuando asumió su mandato el 27 de enero de 2006: No robar, no mentir y no matar. ¿Se atreverá este Cardenal que pasaba por ?progresista?? y ?amigo de los pobres?? pedirle esto mismo a Menichetti y su camarilla militar?
Con esperanza cristiana, hemos de reconocer el coraje y la valentía de las comunidades de los Padres Dominicos, Jesuitas y otras Congregaciones religiosas que junto a la Diócesis Santa Rosa de Copán a cargo de Monseñor Luis Alfonso Santos SDB, han pedido el cese de la violenta intervención militar que ha suspendido las garantías Constitucionales y han repudiado las detenciones ilegales, el destierro, los golpes y heridas sangrantes que han perpetrado los militares en contra de un pueblo sencillo, sufriente e indefenso. Con este lenguaje y esta praxis profética sí se consigue la Paz!
Finalmente, con respeto y en forma fraterna, le recuerdo al Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga lo que él mismo dijo acá en Chile hace unos años en el marco de su ponencia ya señalada en la Universidad Católica de Santiago: ?El cristianismo que se vive de ordinario es ese cristianismo de guerra fría donde todavía no hemos dado paso al ?amor al prójimo?. El Cardenal Silva Henríquez sí lo había dado y era eso lo específico, o que lo hacía diverso de tantos otros. Lo había aprendido de Don Bosco y lo practicaba, sabía que en el cristianismo los ?pecados de omisión? son a menudo mucho más significativos y dolorosos que aquellos de acción??.
(R. y L. Nº 57 / Mayo de 2003, pág.10).
Jaime Escobar M. / Sub Director de Crónica Digital y Reflexión y Liberación