Los medios y el Fin . Camino hacia la Unidad -- Joaquín Moguer (Cadiz)

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Ya llevo tiempo recibiendo, no sé si será porque ahora hay más comunicación y por diferentes canales, un aluvión de cursos, conferencias, tratados de filósofos, vídeos de relajación, meditación en doce pasos, cómo entender tu cerebro, la Palabra de Dios, empresarios de éxito, testimonios de transformación, aumento de la autoestima…

Hay tutoriales para todo, y en este periodo del confinamiento, hasta las misas las podemos ver a través de Internet.
La publicidad va dirigida a los sentimientos, a tocar la fibra sensible de cada uno.
El ejemplo más notable para mí es que los bancos -sí, los bancos, estos que hacen negocio con tu dinero, con el mío y con el de todos, y que, además, si les va mal el negocio, tampoco tienen mucho problema porque los rescatamos nosotros-, ha escogido esta estrategia como método de publicidad. La superación, la fuerza mental del ser humano, los sentimientos, la bondad, la compasión mezclada con frases de películas americanas -?tú puedes hacerlo??, ?cualquier ilusión es posible si trabajas por ello??- parece ser que vende.

Nombres que son ejemplos de superación, como Albert Espinosa, Irene Villa; otros profesionales, divulgadores, maestros, escritores, psiquiatras, neurólogos, filósofos, como Álex Rovira, Valentín Fuster, Elsa Punset, Luis Rojas Marcos…y un largo etcétera, a los cuales tengo un respeto absoluto y considero grandes profesionales, cada uno en su materia, todos ellos nos hablan de cómo tenemos que vivir y nos dan las claves de cómo avanzar en esta vida. Unos nos hacen ejercicios para aumentar la autoestima, otros nos dan secretos y recetas que hemos de seguir para sentirnos felices, otros nos hablan del aquí y el ahora para llegar al estado de conciencia plena…

Los hay también que nos indican que debemos comer pescado en el desayuno y coliflores a media mañana, otros que lo que debemos hacer es ponernos bien puestos de grasas y caminar 17.560 pasos. Dietistas, nutricionistas, entrenadores personales, coach…. todos saben cómo debemos vivir y dónde está el maná y el secreto de la vida. Es más, estos se ganan la vida divulgando todo esto. De hecho si tú, por un módico precio no te apuntas a un curso de cómo enseñar los secretos de la vida y luego, una vez aprendido, vendes los secretos por Internet, es que eres poco menos que tonto. Tú buscas un dietista en Internet y te salen dos millones de cursos y tutoriales para ser dietista . Lo llaman ?vivir en automático?? o, mejor dicho, ?trabajar en automático??. Tú lo único que tienes que hacer es viajar y vivir a lo grande. De vez en cuando grabas una charla de lo que todo el mundo tiene que hacer para comprarse el yate que tú te has comprado en menos de dos años y estás en Galápagos tomando el sol y daikiris, que no sé ni lo que es eso pero es lo que hay que tomar en Galápagos.

Hace un tiempo, le tocó el turno a la autoayuda, sobre todo, en el ámbito empresarial, ?Los siete hábitos de la gente altamente efectiva?? de Stephen R. Covey era la biblia de muchos ?coach??,vendedores de humo y consultores más o menos serios. ?Quién se ha llevado mi queso??, ?En busca de la excelencia??, y una lista interminable. La verdad es que algunos de estos gurús se hicieron de oro, sobre todo el Sr. Covey. Conozco más de una empresa que confió en estos métodos y se fue a la ruina precisamente por el agujero que dejaron estos encantadores de serpientes, que aprovechan la situación de necesidad de creer en algo y de estar en busca activa de un camino, aunque sea el camino de levantar una empresa.

Anteriormente a esto, ya escribió Og Mandino ?El vendedor mas grande del mundo??, pero este era de otro estilo, aunque también con recetas para salir de la mediocridad y que tu vida fuera un éxito.

En el ámbito ?espiritual?? hubo muchos autores de libros comerciales como Paulo Cohelo, Jorge Bucay, Eduard Punsset, y una larga lista de autores de libros de autoayuda, con recetas para ser felices aderezando algunas historias, más o menos sensibles, de guerreros y caminantes, algunas de ellas francamente bonitas. Fue la época de recibir en el correo electrónico a diario aquellos power point que te hablaban de lo bonito de la vida y del camino perfecto de forma más o menos almibarada.

Podemos hacer otra lista con los autores que han profundizado más en el interior del ser humano, y han intentado llevarnos a una reflexión personal: Wayne Dyer, que comenzó a conocerse por ?Tus zonas erróneas??, que leí muy joven, junto a lecturas de maestros como Rabindranat Tagore o Khalil Gibran y libros de Miguel Ruiz Ayúcar sobre Jesús y el Evangelio y de los maestros espirituales y santos de las grandes religiones (Ekhart , Sócrates, Pitágoras, Bahaullah -padre de los Bahais-, Gandhi, Ibn Arabi, místico Sufí).

Destacaban con claridad en sus escritos Motse, Confusio, el Islam -con la Universalidad de Mahoma- los Sikhs en la India, Buda y su predicación (Sutta Nipatta), Ramakrishna -sublime santo hindú- y su discípulo Vivekananda, así como otros más cercanos: Thomas Merton, André Rochais, Hermano Roger de Taizé, Fray Marcos, Javier Melloni, Pablo D´Ors, José Antonio Pagola, José Antonio Estrada, Andrés Torres Queiruga, José María Castillo, Sabina, que, sus ?Diarios Mística??, escritos desde ese interior de la Unidad, nos da también otra forma de ver y sentir algo escondido, pero que realmente está en nuestro interior llamando para salir.

Podemos alargar la lista hasta donde queramos. Todos nos quieren exponer su verdad, unos para venderte algo y otros porque la han vivido y sentido y necesitan transmitirla. Pero ¿dónde está la verdad ?, ¿es que hay una sola verdad? Muchos místicos nos hablan de una sola verdad; otros nos exponen una verdad como un poliedro con infinitas caras y cada cara es una verdad la verdad de cada uno.

Hay muchos que nos enseñan partes de su camino o nos ofrecen escritos inspirados desde dentro de cada uno. Son escritos que nos dan paso a un despertar espiritual, que nos enseñan dónde están nuestros limites para que podamos avanzar en el camino espiritual o nos introducen en los libros revelados, siendo los más destacados de todos ?La Biblia?? y, sobre todo, ?El Nuevo Testamento??. Palabra de Dios revelada, aunque escrita por hombres y que hay que interpretar, no solo ya porque fuera escrita por hombres, sino también porque hay diferentes traducciones. Pero es que, como palabra revelada, tiene infinitas interpretaciones, infinitos significados ya que la Verdad es imposible encerrarla en palabras. Esto también ocurre con otros libros que son revelaciones, como puede ser ?El Libro de Urantia??.

Sin entrar en muchas profundidades -ya que no pretendo que esto sea un tratado, ni estudio, ni un artículo, sino solo expresión de mis pensamientos borbotando-, en el Nuevo Testamento o en la parte cuarta de ?El libro de Urantia??, tenemos bastantes indicaciones de por dónde va la verdad, sobre todo, cuando Jesús nos dice a cada uno de nosotros: ?Yo soy El Camino, La Verdad y la Vida?? .
Estas reflexiones me conducen a varios escenarios.

Descubro, por un lado, que todo tiene su valor, desde el que te cuenta que para tener una dieta sana te infles a bacon, hasta el último místico que te hace meditar; desde el que te da una receta o un remedio mágico hasta el que te introduce en los libros revelados. Todo tiene una parte de aprendizaje, que cada uno ve a su forma. A lo mejor la forma en que ves la parte positiva del dietista, por ejemplo, es precisamente que no hagas lo que te dice, y esta es la enseñanza que tú has sacado. Ello me lleva a pensar que, en definitiva, todo es un medio que nos lleva a una búsqueda, o mejor al revés, la búsqueda es la que me ha llevado a ese medio que me ha servido, o no, para dirigirme hacia un camino que yo creo que puede ser el camino de la Verdad, con mayúscula.

Por otro lado, descubro que la verdad no está ni en el dietista ni en el místico, ni en una charla, ni siquiera en los libros revelados, porque la Verdad no puede transmitirse a través de la palabra. Todos buscamos la Verdad, lo sepamos o no. Podemos ser conscientes de la búsqueda, podemos ser inconscientes y no saber qué estamos buscando, pero desde el momento en que somos parte de este mundo, nos hacemos buscadores, abiertos al aprendizaje hacia la Verdad -y esto del aprendizaje y del ser conscientes merece capitulo aparte-. El hecho es que todos, absolutamente todos, somos buscadores de la Verdad y a eso venimos a este mundo, a encontrar la Verdad, porque, como dijo R. Tagore: ?Solo la revelación del infinito en nosotros, es interminablemente bella y nueva y da a nuestro yo su única significación??.

La Verdad se encuentra en uno mismo, y uno encuentra la Verdad cuando se da cuenta de que UNO es LA VERDAD. Uno no es lo que de sí mismo percibe, UNO es LA VERDAD que llevamos dentro. No somos la imagen que tenemos de nosotros mismos, no somos lo que creemos que somos. Somos la Verdad que llevamos dentro. La imagen de nosotros mismos es una construcción que vamos haciendo desde que nacemos. Dice Jesús: ?YO PARA ESTO HE VENIDO AL MUNDO: PARA SER TESTIMONIO DE LA VERDAD; LOS QUE SON DE LA VERDAD OYEN MI VOZ??. Y la Verdad que llevamos dentro es El Camino, La Verdad y La Vida .

?l, Jesús, es la Verdad. ?l es el YO SOY . La esencia que trasciende la razón, más que la ley, más que la virtud, ?l es el AMOR
?l habita en nuestro interior y en nuestro interior es donde hacemos el encuentro, es donde iniciamos el camino, ese camino que ya no nos abandonara nunca , a no ser que nosotros queramos abandonarlo, y aún queriendo no podremos, ya que hemos conocido dónde está la Verdad. Ya no hay más búsqueda del camino, pero sí habrá más búsquedas: las que te vaya dando el propio Camino, la propia Verdad, la propia Vida, búsquedas que surgirán a medida que vayas aprendiendo, y que ?l te va a ir proponiendo conforme a lo que vaya trascendiendo a tu razón. En otras palabras: somos acogedores de lo que nos es dado en nuestro interior. Nuestra razón de ser es encontrar la VERDAD, nuestro único trabajo es que no se quede en la superficie y que la captación vaya penetrando en nosotros para llegar a la Unidad.

Jesús dice: ?Si no recibís el Reino de Dios como niños no entrareis en el Reino de Dios??.
El método no es el fin. Todos son buenos medios para llegar. Cuando uno tiene un problema mental, debe acudir al psiquiatra para solucionar el problema mental, no para quedarte toda la vida acudiendo al psiquiatra. Cuando uno es alcohólico, va a Alcohólicos Anónimos para solucionar el problema y no para quedarse toda su vida allí, haciendo del medio un fin, que es lo que ocurre con otros grupos: que se convierten en un fin en sí mismos. En Proyecto Hombre, por ejemplo, había gente que terminaba su proceso y no quería irse, pues allí habían encontrado respaldo y, en cierta forma, una familia, y esto era su fin. Pero eso es irreal, porque la calle estaba allí enfrente y por mucho miedo que les diera, había que comprender que su estancia en el centro era solo un medio para curarse, pero que, una vez curado, tenían que enfrentar la realidad y salir de allí.

La Iglesia como templo, los sacramentos, los ritos, son medios para conectar con esa Verdad. Uno puede sentirse conectado en el sagrario, otros contemplando la imagen de la Virgen, otros a través del Crucificado y, por supuesto, los textos del Evangelio nos invitan siempre a vivir desde la entrega una vida consciente, una Comunión y comunidad hechas de escucha, de entrega, de acogida, de servicio. O en la misa, donde nadie es excluido, donde todo el mundo es igual y nadie es más importante que el otro, ya que Jesús se ha puesto a disposición nuestra, en medio de nosotros. Todos estos son medios para llegar a donde habita la Verdad. Pero ni la misa, ni la imagen del Crucificado, ni siquiera los textos del Evangelio son en sí fin de nada, porque el fin de todo es tu Ser (también con mayúscula), o mejor dicho, lo que habita tu Ser. Si yo voy a comulgar y la hostia es fin en sí mismo y no me lleva a partirme y repartirme, no me lleva a vivir. Si yo fuera una persona que sufriera de dolores fuertes, o que tuviera una situación de sufrimiento y el dolor y el sufrimiento no me dejaran ver mas allá, el dolor y el sufrimiento serían mi fin. ¿Podría ser posible que el dolor y el sufrimiento me llevaran a ver algo más en mi vida ?

Si una Celebración Eucarística no me llevara a mi interior y a compartir la proclama y a sufrir con el que sufre y a trabajar por el que no puede trabajar, y a celebrar con la comunidad la alegría de Jesús y su Evangelio, la celebración se quedaría en propio fin y en reunión de unas personas que lo mismo podíamos habernos reunido en el bar. Y la Comunión se quedaría en rito, porque sería su fin y no el medio de transformación hacia la Luz, hacia El Camino, La Verdad y La Vida, hacia nuestro interior, hacia la Verdad que en nosotros habita para ser partida y compartida. De esa forma y por ese medio, no me quedo en el fin, y trasciendo hacia lo nuevo, al testimonio de que el espíritu es la Verdad que actúa.

Definitivamente la Verdad no puede explicarse. La Verdad se es . Y lo que produce la Verdad es un darse: Dijo Gandhi: ?para poder ver un día cara a cara al Espíritu de la Verdad que penetra el Universo entero, hay que llegar a amar como a sí mismo, aun lo mas insignificante de la creación??.
La realidad es que tú y el prójimo sois uno, en el sentido verdadero, porque formamos parte de una sola realidad , de una sola Unidad. Por eso no hay fin, son todos medios para llegar a UNA UNIDAD.

Motse dijo: ?la distinción del tú y del yo, es el principio de todas las lacras sociales??.
?nicamente la iluminación y la conciencia de que somos verdad podrá penetrar esta realidad. Aunque todos de una forma u otra llegamos a percibirla. Muchos hablan de unión y comunión, pero en total dualidad; por tanto, no llegan a la Unidad esperada.
Así lo dice el budismo Zen: ?cuando no hay ni tú ni yo,estás en el camino de la Verdad??.
La unidad de toda la humanidad existe, porque si nos ponemos a vivir este instante sin pensar en nada nos damos cuenta de la luz que desprendemos, en este instante, al estar todos unidos.
Solo hay que anudarla, completarla en otros planos mentales y, sobre todo, asumirla. Esto es así: somos una unidad y cuando a ti te duele la pierna, a mi también me duele.

Tenemos muchos medios para llegar a asumir LA VERDAD, la que no puede aprenderse. Pero el único medio valido es el que no tiene fin, ni se puede convertir en fin en sí mismo porque es inabarcable, un medio infinito.
Ni el científico más eminente que haya pasado por este mundo o que esté en él o que pasé en un futuro, será capaz de explicar la Verdad con palabras, fórmulas o recetas; solo podrá transmitirla, y la única forma de transmitirla es dándose. Y al igual, una persona sin ningún tipo de estudios podrá transmitir la misma Verdad dándose. Esto nos iguala y nos hace sentir la humildad de la Verdad, que sabe que es una pequeña partícula insertada en el Todo, en la Unidad. Y Cristo nos daba continuamente testimonio de ello: ?Lo que yo vi frente al Padre es lo que yo hablo. Todo el que es de Verdad oye mi voz??.

La Verdad, la razón de nuestras vidas, no puede aprenderse, ni puede practicarse mediante ritos. La vida ha de ser vivida y experimentada porque al final es solo un medio para trascender hacia lo que no se puede ver. Para vivir la Luz que todo ilumina y el Agua que sacia nuestra sed. Para sentir y vivir que somos parte de la Unidad, que descansa en el Amor y El Bien, y entender que ese Amor y ese Bien es nuestro Padre y que en ?l estamos formando parte de la Unidad, que ni el Uno ni la Otra son el Fin.

Dice Jesús estas preciosas palabras: ?No os preocupéis, pacificaos, porque donde yo voy hay sitios para todos??. ?Yo soy El Camino, La Verdad y La Vida??. Yo soy El Camino que lleva a la Verdad de la Vida verdadera. No hay un camino para llegar a Jesús, Jesús mismo es el camino. No hay un camino para llegar a la Verdad, la Verdad misma que habita en nosotros es el Camino. Cristo es la Revelación y Anticipación de lo que nosotros somos. Caminar en Cristo es caminar hacia esa Verdad que es Vida Verdadera. Ninguna importancia tiene el medio que escojamos para llegar a caminar la Verdad que nos habita. Hay muchos modos de vivirla, muchos medios donde aprender, donde informarnos, muchas religiones con su verdad y sus interpretaciones, pero esto no nos lleva a ningún fin. Caminando la Verdad que nos habita llegaremos a la Unidad, y la Unidad ni es el fin ni tiene fin.