El prelado que sustituya a Agustín García-Gasco al frente de la archidiócesis de Valencia vendrá de Madrid o de Oviedo, si las quinielas episcopales no fallan. Los auxiliares del cardenal Rouco Varela y el cabeza de la iglesia asturiana y valor en alza en el episcopado Carlos Osoro son los nombres que más suenan en los corrillos eclesiásticos. De nuevo, como es tradición, ningún valenciano parece que será profeta en casa.
El arzobispo cumplió la edad de jubilación impuesta por el Vaticano para los de su título el pasado mes de febrero, de manera que una vez superado el reto del Encuentro Mundial de las Familias y la visita de Benedicto XVI la Santa Sede podría aceptar en cualquier momento la renuncia de García-Gasco y nombrar sustituto. Un comentario potente en círculos eclesiásticos es que el Papa podría decretar el relevo en lo que queda de año o, a más tardar, antes de la próxima primavera.
No es inusual que los obispos disfruten de una prórroga de dos años cumplida la edad del retiro, pero esta es una gracia que se aplica más comúnmente con los cardenales, que no es el caso del arzobispo de Valencia.
La sede valenciana ha pasado a estar así en todos los comentarios sobre movimientos en el episcopado. En ocasiones, se ha especulado con la posibilidad de que esta fuera destino del presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, pero esta opción ha perdido fuerza con el tiempo. En especial, cuando arrecian los rumores sobre la posible marcha de los cardenales Rouco o Antonio Cañizares a Roma.
Benedicto XVI ha iniciado la reforma de la curia vaticana y los dos españoles han aparecido en medios romanos como candidatos a presidir algún dicasterio (ministerio) de la Santa Sede. Por su juventud, el valenciano Cañizares podría tener más opciones. En todo caso, el ascenso de alguno de ellos abriría una vacante en una de las sedes más potentes y Blázquez, por su responsabilidad actual, tendría el perfil idóneo para cubrirla.
Con Blázquez al margen, Carlos Osoro, Eugenio Romero Pose y César Franco son los nombres que más suenan para venir a Valencia. Los tres son sacerdotes cercanos al cardenal Rouco, que ya no manda en la Casa de la Iglesia, pero continúa siendo un referente para Roma.
El primero, cántabro, es arzobispo de Oviedo desde 2002 y forma parte del comité ejecutivo de la CEE, el órgano reducido que gobierna la Iglesia (están los cardenales y arzobispos de más peso).Romero Pose, gallego, es obispo auxiliar de Madrid desde 1997 y está considerado como la mano derecha de Rouco. Es también un cura respetado en la Conferencia Episcopal, donde forma parte de la comisión permanente (como García-Gasco) y preside la comisión episcopal de Doctrina de la Fe, situación que no suele ser habitual con auxiliares.
César Franco, madrileño, lleva diez años como auxiliar de Madrid, está considerado un experto en teología -realizó estudios en Jerusalén- y forma parte de la comisión episcopal de Enseñanza y Catequesis.