Ayer desarrollé el tema de Jesús y la Prostituta, según Lc 7, 36-50. En ese contexto quiero presentar hoy el libro extraordinario de Esther Miquel, Amigos de esclavos, prostitutas y pecadores. El significado sociocultural del marginado moral en las éticas de Jesús y de los filósofos cínicos, epicúreos y estoicos. Estudio desde la sociología del conocimiento, Verbo Divino, Estella 2007 (418 págs.). Su autora es matemática y dirige el observatorio metereológico del aeropuerto de Valladolid. Le han interesado los temas de las ciencias sociales, la exégesis bíblica y la teología. Este libro es su tesis doctoral en Filosofía (departamento de ética), en la Universidad Pontificia de Salamanca, y quiero destacar sus temas principales, para centrarme en el motivo de Jesús y de la prostituta.
1. Motivos básicos y división temática
Como decía el subtítulo, este libro quiere se un estudio de sociología del conocimiento: quiere estudiar la manera en que algunos grupos de filósofos griegos y de maestros judíos se han situado ante el tema de la ?marginación moral??, expresada en los esclavos, prostitutas y pecadores. Son muy significativos tanto los grupos de ?conocedores/amigos?? como los grupos de marginados morales y el espacio social en que viven unos y otros.
1. Marginados morales. E. Miquel se atreve a vincular tres grupos muy especiales de marginados, con elementos económicos, sociales, afectivos, morales y religiosos. Siguiendo una división ya clásica, reflejada en la exégesis de dos grandes maestros de la actualidad (E. P. Sanders y J. D. Crossan), la autora distingue y vincula la marginación religioso/moral (que se fija más en los pecadores) y la marginación social (que se fija más en los expulsados de la sociedad). Evidentemente, no puede resolver el problema, pero lo plantea de manera muy aguda.
2. Conocedores/amigos. E. Miquel quiere estudiar la forma en que ?se conoce?? a los marginados/pecadores y acude para ello a las tres grandes filosofías helenistas del tiempo de Jesús (estoicos, cínicos y epicúreos). En ese contexto sitúa también a los maestros judíos y al mismo Jesús. En ese fondo pone de relieve que conocer implica, de algún modo, ?comprometerse con????, es decir, amar. En ese sentido habla de los ?amigos de las prostitutas????, no de los estudiosos teóricos de la prostitución.
3. Espacios sociales. E. Miguel comienza estudiando el tema en el contexto cultural helenista, dominante en tiempo de Jesús. En esa línea valora la tesis de aquellos que han destacado el carácter, por ejemplo, cínico del proyecto y movimiento de Jesús, para destacar, sin embargo, su carácter judío y su novedad mesiánica. En un sentido muy preciso, ella quiere presentar a Jesús como amigo de esclavos, pecadores y prostitutas.
2. Jesús amigo de esclavos, pecadores y prostitutas
E. Miquel no ha elaborado una biografía de Jesús, ni ha realizado una exégesis detallada de todos los textos de la tradición evangélica en los que aparece vinculado con los esclavos/pecadores/prostitutas. Más aún, ella apenas ha desarrollado el tema de los esclavos y de sus equivalentes judíos en tiempos de Jesús, en Galilea (campesinos sin tierra, artesanos sin trabajo, expulsados sociales??). Pero en el conjunto de su estudio queda claro el ambiente de crispación y ruptura que se estaba dando en aquel tiempo en Galilea y en el conjunto de la población de Palestina (y del Oriente), trasformada de un modo radical por el proceso de industrialización agrícola (agro-industria) que se estaba dando en aquel tiempo.
Era un tiempo y lugar de esclavos (personas que tenían que venderse y se vendían por motivos de trabajo y subsistencia); era un tiempo de ?pecadores?? (personas que parecían y eran impuras desde las perspectivas de pureza de la élite sacerdotal y desde el nuevo legalismo de los judíos); era un tiempo de prostitutas (mujeres sin capacidad ni posibilidades de un desarrollo afectivo y familiar que respondiera a las exigencias morales y religiosas de aquel tiempo.
En ese contexto ha situado E. Miquel a Jesús, como amigos de publicanos y prostitutas, es decir, de marginados sociales y morales (personales), de hombres y mujeres que no tienen ni pueden desarrollar un trabajo propio, de manera que viven por un lado ?oprimidos?? y por otro parece que oprimen manejan a los otros (a los ?buenos?? ciudadanos), apareciendo de esa forma como objeto de la explotación y del desprecio violento del conjunto de la población.
En ese ?avispero?? humano ha penetrado Jesús, haciéndose amigo de publicanos y prostitutas, para iniciar desde ellos y con ellos el camino del Reino de Dios, es decir, un movimiento integral, contracultural, de trasformación humana. En ese contexto se sitúan las páginas más bellas del libro, aquellas en las que la autora, dejando un poco al lado la sequedad normal de la investigación científica, se atreve a ofrecer algunos rasgos de la vida social y moral de los bajos ambientes galileos donde se mueven los publicanos y las prostitutas. Así nos pone ante un Jesús de los márgenes sociales, de las tabernas y tugurios donde se debaten y sobreviven con grandes dificultades los expulsados de la rica sociedad imperial romana, de la pura comunidad judía.
3. La mujer de la unción (Lc 7, 36-50).
De un modo especial se ha ocupado E. Miquel de la mujer de la unción de Lc 7, 36-50 (con su paralelo de Jn 8, 1-11 y también de Mc 14, 3-9), elaborando un bellísimo estudio de carácter exegético-social que aquí no podemos desarrollar. Sólo quiero destacar tres puntos que podrán servir de punto de partida de reflexión y trabajo para los que quieran profundizar más en el tema.
Dato histórico. E. Miquel demuestra que Jesús era ?amigo de publicanos y prostitutas??, con todo lo que eso significa de cercanía humana y de solidaridad vital. Entró en el mundo de los marginados morales y sociales, para iniciar desde allí (con ellos) su camino de Reino (su movimiento mesiánico). Eso significa que en el fondo de Lc 7, 36-50 tiene que haber una serie de recuerdos históricos que han resultado pronto molestos para una tradición cristiana más preocupada por la ?pureza?? de Jesús y sus discípulos. La tradición de los evangelios no ha negado esos recuerdos, pero los ha interpretado desde el conjunto de su visión mesiánica y pascual de Jesús (como se ver por las versiones que aparecen en Marcos, Lucas y Juan).
Texto de Lucas. Cualquier lector atento descubre que se trata de un texto ?complejo?? donde se han mezclado tradiciones y líneas diversas de interpretación cristiana: el trato de Jesús con las (algunas) prostitutas; la comparación entre la prostituta y el fariseo (en Marcos no hay ?fariseo??, sino un Simón leproso); la relación entre el amor y el perdón?? Aquí quiero fijarme en ese último tema, que E. Miquel ha destacado de manera muy hábil en las páginas 315 y siguientes de su libro. Respondiendo al fariseo, Jesús dice: ?se le han perdonado sus muchos pecados ?hoti?? ha amado mucho????. He dejado en griego la palabra ?hoti??, porque puede traducirse de dos formas: ?se le han perdonado sus pecado porque ha amado mucho?? o ?se le han perdonado los pecados, por eso ama mucho??. E. Miquel opina con muy buen criterio, que el mismo Luchas ha querido dejar el texto ambiguo, para que los lectores lo interpreten. Así haremos aquí las dos lecturas y con ellas, y con una breve reflexión sobre el perdón y el amor, terminamos nuestro comentario sobre este bellísimo libro:
a. La prostituta enamorada de Jesús: ?se le han perdonado sus muchos pecados porque ha amado mucho????. Eso significa que ha sido ella la que ?ha comenzado??. Ciertamente, ha ?respondido?? al estímulo de Jesús, a la irradiación de su amor?? y por eso ha venido a decirle que le ama y se lo dice ?abiertamente?? (no en la habitación privada de los encuentros profesionales), pero con gestos de inmenso cariño y servicio personal: lava sus pies, se los besa delante de todos?? ?sta es una ?prostituta capaz de amar??, una mujer que es mucho mejor que el fariseo y que todos aquellos otros justos, que son incapaces de amar en gratuidad y de decirlo, de una forma pública, rompiendo los tabúes religiosos y sociales. El amor de esta prostituta ?buena?? es amor mesiánico, principio de redención. Con ella se puede iniciar y se inicia un camino de Reino.
b. Jesús, amigo y redentor de la prostituta??: ?se le han perdonado los pecados y por eso ella ha amado mucho??. Era incapaz de amar, vivía del negocio de su cuerpo. Pero ha descubierto que Jesús le ha perdonado, es decir, le ha respetado, le ha querido, le ha tratado con cariño y dignidad?? Por eso, ella ha sido capaz de responder amando. En esa línea parece situarse la interpretación dominante del mismo texto de Lucas, a partir de la parábola de los dos deudores que se inserta en la trama. Es el perdón previo (perdón que es un tipo de amor) el que le ha hecho capaz de responder amando y de decir su amor, de forma pública, en la calle (o en la casa del fariseo, llena de personas). Ella aparece así como signo de una iglesia donde hombres y mujeres se dicen que se quieren y se quieren con gestos externos de afecto: lágrimas, besos, caricias con el pelo??(un pelo que Pablo dirá en 1 Cor 7 que las mujeres tienen que tapar cuando profetizan, porque tientan a los mismos ángeles??; pero Jesús no es Pablo, ni la situación en ambos casos es la misma).
Conclusión
¿Qué se hace desde el amor/perdón? Es evidente que esta prostituta amante/perdonada ha superado el nivel de la prostitución, aunque quizá tenga que ?vivir?? en el oficio (para no morirse, para alimentar a los hijos, porque es esclava del placer de otros??). Ella podrá ?trabajar?? de prostituta, pero no será nunca ya más una prostituta?? Pero el tema no es el de ella, sino el de la sociedad. Ella no puede cambiar de verdad si no cambia el contexto social, si los hombres y mujeres del entorno no le quieren y respetan como persona, ofreciéndole un lugar social y personal en el que pueda vivir sin necesidad de prostituirse. Por eso, en el fondo, este texto no habla directamente de la prostituta, sino de la Iglesia que debe amarla. Esto es lo que yo concluyo, No lo ha dicho E. Miquel, pues éste es un libro de sociología del conocimiento y de ética filosófica, no de pastoral cristiano. Pero yo lo puedo y lo debo decir a partir de su texto, bellísimo, austero, científico.