LAS ULTIMAS VICTIMAS DE BENEDICTO XVI

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Marcial Maciel Degollado Cardenal Creszencio Sepe

En espacio de poco más de una semana, Benedicto XVI ha cosechado un total de 5 victimas. Cuatro cardenales (tres de ellos arzobispos y uno curial) y el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado.

Theodore Edgar McCARRICK Bernard Louis Auguste Paul PANAFIEU

Michele GIORDANO

Muchas sorpresas nos está dando Benedicto XVI en este pontificado. Parece que como pontífice ha decidido corregir los abusos y errores de Juan Pablo II, caiga quien caiga.

En el presente y fotográfico artículo, pondremos las opiniones de dos personas muy informadas que ven las cosas desde perpestivas distintas:
– Del extremo aperturista, José Manuel Vidal, el cual no firma sus opiniones en religión digital.
– la del extremo conservador, el ilustre Francisco José Fernández de la Cigoña (tómense con buen humor sus comentarios ácidos).
Julián Moreno Mestre

El Papa defenestra al cardenal Sepe (José Manuel Vidal)

Era uno de los cardenales con más poder de la Iglesia. Le llamaban el «Papa rojo», el color de su dicasterio, la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, con sede al lado de la embajada de España ante el Vaticano. Vecino de Paco Vázquez, pero por poco tiempo. El cardenal Creszencio Sepe acaba de ser fulminado como prefecto de la citada congregación y sustituido por el arzobispo de Bombay, Ivan Dias.
¡A ver si va a ser cierto que este Papa nos va a deparar grandes sopresas! Al menos nos ha dado dos (y no pequeñas) en los dos últimos días. Ayer, condenó al hasta ahora «intocable» Marcial Maciel. Y hoy, defenestra al cardenal Sepe y lo manda a Nápoles, una sede italiana importante, pero no de las de primer rango como Milán o Génova.
En Roma tiemblan ya todos los demás pesos pesados curiales. Si con Sepe que tiene sólo 63 años hizo esto…Parece el primer movimiento de calado para la tan esperada reorganización de la Curia.
El Papa echa al hombre de los grandes fastos, al organizador del Jubileo del año 2000, con el que ya entonces discrepó el cardenal Ratzinger. Y ahora deja claro que el espectáculo no es su estilo y que quiere una Iglesia más humilde y sencilla.

Los Legionarios en España y sus amigos (José Manuel Vidal)

La condena del Papa a Marcial Maciel significa su «muerte eclesial» y un baldón de consecuencias imprevisibles sobre su obra, los Legionarios de Cristo, que, en España, cuentan con significativas terminales, tanto a nivel político como eclesial. El baldón que ha caído sobre esta institución religiosa es de tales características que lo que más temen, en estos momentos, sus máximos dirigentes es que el fundador los arrastre en su caída.
A los Legionarios les preocupan especialmente dos cosas: que muchos de sus miembros decidan abandonar la institución que, a partir de ahora, se asociará siempre a pederastia y a abusos sexuales, y, en segundo lugar, que, por esa misma razón, muchos padres decidan sacar a sus hijos de los colegios legionarios, la principal actividad y fuente de ingresos de la institución religiosa.
La cuestión más urgente es saber hasta que punto el cáncer de la pederastia ha afectado a la orden de los Legionarios de Cristo. Miles de niños y adolescentes pueden estar en peligro.
O dicho de otra forma, si el tronco está podrido, ¿pueden estar las ramas vivas? Algunos temen que no.
Y es que, como publicaba El Pais, hace dos años, «las acusaciones de pederastia persiguen desde sus inicios a los Legionarios de Cristo, una organización fundada en México por el sacerdote Marcial Maciel Degollado, que, junto al Opus Dei, el Camino Neocatecumenal -los Kikos- y Comunión y Liberación, forma la vanguardia del catolicismo actual. Maciel llegó a España en 1946 de la mano de Íñigo de Oriol y Alberto Martín Artajo, ministro de Exteriores con Franco.
Es precisamente en los seminarios donde ocurrieron los casos de pederastia desvelados ahora en un libro que recoge documentos secretos de la congregación y de su movimiento de laicos, el Regnum Christi. Su autor es el periodista José Martínez de Velasco (Madrid, 1952), redactor jefe de la agencia Efe. Los documentos secretos de los Legionarios de Cristo, (Ediciones B), es continuación de un libro anterior del mismo autor, Los Legionarios de Cristo. El nuevo Ejército del Papa (La Esfera, 2002), sobre los vínculos de este grupo con el poder político y financiero y su avance en España.
Según José Martínez de Velasco, autor del libro «Los Legionarios de Cristo», «España es la base operativa para la expansión legionaria hacia Roma y el continente europeo. A través de selectos colegios y de un activo entorno universitario en Madrid, Valencia, Cantabria, Salamanca, Barcelona y Sevilla, la Legión de Cristo se está introduciendo en las familias y en los círculos más poderosos e influyentes de la economía y de la comunicación de nuestro país».
Legionarios reconocidos son dos ministros, Ángel Acebes y José María Michavila, además de una hermana de Ana Botella, que no oculta su proximidad al movimiento. Y en su órbita se mueven también otros apellidos ilustres de las finanzas y la universidad como Gustavo Villapalos; la familia Oriol (que cuenta con 4 curas legionarios) o Alicia Koplowitz y su fundación Vida y Esperanza. Dueños de la universidad privada Francisco de Vitoria, su estrategia actual consiste en ir comprando y/o fundando colegios para formar a los más jóvenes. Ejemplo de ello es el reciente caso del colegio El Bosque, de Madrid, cuyos alumnos han visto cambiar la orientación laica del centro a la ideología legionaria -separación de sexos incluida- a mitad del curso.
Son tamibén los Legionarios los encargados de la información religiosa del diario La Razón y de su suplemento de los miércoles, titulado «Fe y Razón». A nivel eclesial, sus miembros más conocidos son el padre Pardo y los periodistas Alex Rosal y Alex Navajas.
Entre los obispos españoles cuentan con el apoyo incondicional del cardenal primado, Antonio Cañizares, que celebró su primera misa tras la obtención del birrete cardenalicio en la sede de los Legionarios de Roma.

Siguen las sorpresas cardenalicias. (Francisco José Fernández de la Cigoña)

Este Papa que parece que no hace nada está haciendo una verdadera revolución. Sin que se le altere la sonrisa.
Bronca a los obispos austriacos, rapapolvo a los canadienses, aceptación de la renuncia para lo que comprometió dineros del arzobispadodel general vitalicio de los jesuitas, gravísima sanción al fundador de los Legionarios de Cristo, dos cardenales a los que se les acepta la jubilación nada más cumplir los setenta y cinco años, contra todo pronóstico. Pues, hoy, el tercero. Acaba de caer el cardenal arzobispo de Nápoles que había cumplido los setenta y cinco años el pasado 26 de septiembre.
Michele Giordano era un pobre hombre a quien le cayó la púrpura en una tómbola. Mezclado en oscuros asuntos judiciales, de índole patrimonial, por defender a un hermano seguramente calamitoso. Parece que salió bien de los Tribunales y Juan Pablo II le mantuvo en el cargo.
Benedicto XVI le ha mandado al retiro. Y el mismo día de su renuncia, luego habrá quien diga que me cebo con Monteiro, ya estaba nombrado su sucesor. El cardenal Sepe, hasta ahora prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Y, el mismo día, le sucedió, al frente de esa Congregación, el también cardenal Ivan Dias, arzobispo de Bombay. Queda vacante ese importante arzobispado indio. Vamos a ver lo que tarda el nuncio en la India en proponer sucesor. Apuesto doble contra sencillo que mucho menos que nuestro inefable Monteiro para cubrir Albacete.
¿Se frustran las aspiraciones de Sepe? Tal vez sí. Porque Nápoles suele ser destino final salvo que le elijan Papa. Está a punto de cumplir sesenta y tres años por lo que es el trigésimo cardenal más joven de la Santa Romana Iglesia. ¿Lo quiso apartar Benedicto XVI de la Curia dándole ese destino dorado? Chi lo sa.

Los hechos de Benedicto XVI (Francisco José Fernández de la Cigoña)

Los hace de un modo que pueden pasar desapercibidos si luego la prensa no se ocupa de ellos. Y con una sonrisa, entre tímida y traviesa, que resta dramatismo. Pero este Papa, que no pocos juzgaron de transición, y muchos de puro continuismo, ha entrado en erupción y parece decidido a gobernar firmemente la Iglesia.
En una semana se ha cargado a tres cardenales que acababan de cumplir los setenta y cinco años. Y nada menos que Marsella, Washington y Nápoles. Y no falta quien dice que se cargó a un cuarto, Sepe, al mandarle a Nápoles. Yo estoy más con esta opinión que con la que presenta el traslado como un ascenso. Que me parece muy equivocada.
Bronca, durísima, al episcopado austriaco. Y más matizada pero firme, al canadiense. A los Legionarios de Cristo les inutiliza a su fundador, con graves cargos, a los jesuitas les acepta la renuncia de su general vitalicio, sobre cuya personalidad me pronuncié ayer, a los kikos les enmienda su liturgia, a los franciscanos de Asís les priva de su autonomía, al obispo argentino Maccarone inmediatamente desaparecido tras el vídeo con aquel jovencito…
Y comienza a hacerse su Curia. Primero con el nombramiento de Levada que sorprendió a no pocos. Y que se está acreditando como un nombramiento hecho a conciencia por el Papa. Que sabía lo que quería y a quien elegía. Después barrida de algunos progres que se le habían colado a Juan Pablo II como el cardenal Hamao y el arzobispo Fitzgerald, el primero a su casa y el segundo a El Cairo. Tras Levada se trae a Ivan Dias de Bombay. Y todos estamos a la espera de la sustitución del cardenal Sodano como Secretario de Estado. Aunque también puede darnos la sorpresa de mantenerle algún tiempo.
Parece que es un decidido partidario de la tolerancia cero con los desórdenes sexuales del clero. Bendito sea Dios. Y le es igual que los trnsgresores sean de la derecha o de la izquierda. Pues de nuevo, bendito sea Dios. Ahora está por ver lo que hacen los obispos con los sacerdotes a ellos encomendados. Yo en estos momentos estoy mirando a un prelado español, muy directamente interpelado, y que sigue haciendo el Don Tancredo.
Pero a lo que hoy vamos. Menuda bronca a nuestro embajador. Vaya bofetada a Zapatero en la cara de Paco Vázquez. A todos recomiendo la lectura del discurso pontificio. No necesita la más mínima exégesis. Se entiende clarísimo.