Enviado a la página web de Redes Cristianas
El ser humano siempre ha sentido la necesidad de relacionarse y comunicarse, por ello no ha dejado de inventar signos y códigos dotados de significado. Ha inventado las palabras y con ellas, combinadas y ordenadas, el lenguaje.
Este lenguaje es una herramienta imprescindible para expresar nuestras ideas, emociones y sentimientos y así poder hacer participes a los demás de nuestras inquietudes. Y aunque el lenguaje, a veces, nos resulte torpe, impreciso e insuficiente para expresar la sutileza y complejidad de nuestras ideas y pensamientos, no deja por ello de ser uno de los grandes logros humanos y, seguramente, uno de los factores determinantes en nuestro proceso evolutivo.
Las palabras las hemos hecho a nuestra medida y toman vida cuando las utilizamos, convirtiéndose así en una prolongación de nosotros mismos, de nuestros sentimientos y de nuestros valores. Las palabras son el reflejo de nuestro vivir y sentir, de nuestras miserias y grandezas; son el alma de quien las pronuncia o escribe. Son, en fin, un regalo de la inteligencia para la inteligencia. Con ellas no estamos tan solos. Con ellas podemos trascender nuestra mediocre realidad.
Pedro Serrano. Valladolid