Padre ejemplar de cinco hijos. Líder moral de 30 millones de protestantes. Una de las 25 voces evangelistas más influyentes en Washington, según «Time». Y sin embargo, la vida del reverendo Ted Haggard parecía ayer una farsa.
Los problemas del presidente de la Asociación Nacional de Evangélicos, con línea directa a la Casa Blanca, empezaron cuando Mike Jones, un atractivo y musculoso hombre de 49 años, saltó a la luz pública para contar que durante tres años le ha vendido sexo y drogas cada vez que pasaba por Denver.
Al principio el honorable pastor lo negaba todo y lo achacaba a las sucias triquiñuelas de campaña electoral. Después de que se hicieran públicos mensajes que dejó en el contestador de Mike, ha admitido haberle conocido cuando fue a darse «un masaje» a su casa.
«Es importante que sepáis que ha confesado al consejo supervisor que algunas de las acusaciones contra él son ciertas», escribió el pastor en funciones a la congregación. Hasta ese momento sus feligreses creían con fe ciega en su inocencia y no dudaban en dar la cara por él ante los medios de comunicación. «¡Esto es ridículo!», clamaba E.J. Cox ante la agencia Associated Press. «La gente siempre dice cosas sobre el pastor Ted, sólo porque está en el ojo público, pero uno sabe que no son verdad y ni siquiera las escucha». Otro de los parroquianos notaba la coincidencia. «¿Justo antes de las elecciones? Todo política», decía Brian Boals.
El predicador cazado se hacía pasar por Art en su relación con el hombre gay que vendía sus favores sexuales a través de internet. Según él, al reverendo le gustaba meterse metanfetamina para acentuar la experiencia sexual, y a eso es a lo que se refieren las grabaciones que han facilitado a algunos medios.
«Hola Mike, soy Art», dice alegremente la voz. «Oye, llamaba para ver si me podías conseguir más. Uno de 100 o de 200». Aparentemente, Mike no estaba ese día en casa, y el pastor tuvo que dejarlo para una próxima visita. «Hola Mike, soy Art, estoy aquí en Denver, siento no haberte encontrado. Pero como te dije, si me puedes comprar ese material sería genial. Ya lo recogeré en algún momento de la semana que viene, o la otra, o cuando sea». El reverendo reconoció ayer haber sido «tentado» para comprar droga, pero asegura que la tiró sin probarla.
Mike Jones dice que ha contado la relación ahora porque le indignaba la hipocresía del pastor. ?ste ha hecho campaña contra la propuesta para legalizar los matrimonios homosexuales, que se votará en Colorado el martes.
abc, 6 de noviembre de 2006.
NOTA: Redes Cristianas publicó el 15 de agosto un artículo sobre el pastor Haggard y su influencia política, ver aquí