Todo indica que la problemática de fondo es en realidad la autonomía de la gestión financiera del Vaticano…(Paul Buchet).
A veces es difícil entender lo que ocurre en el Vaticano y muchos se pueden escandalizar de una o otra manera desconociendo por completo de qué se trata.
La crisis moral por la que pasa la Iglesia católica, en materia sexual por ejemplo, se explica por los cambios acelerados de la época y por la diversificación cultural que la globalización provocó. Se comprende que la institución eclesial perdió sus prerrogativas para impactar modelando la civilización mundial.
Más allá de la crisis moral, la secularización ha planteado el problema de la convivencia de lo político y de lo religioso: en el pueblo, entre el cura y el alcalde, entre los obispos y el Estado y como era de prever también entre la sociedad de las naciones y el Vaticano.
La Iglesia católica con sus pretensiones universales y su largo pasado de haber jugado un rol importante en la civilización europeana ha logrado un compromiso con el Estado Italiano (1929) para conservar un territorio de 44 hectáreas en Roma como garantía que se estimaba, necesaria, a la época, para la independencia del Papa y la realización de su misión espiritual en el mundo.
Es así que hasta los días de hoy, la Santa Sede tiene soberanía política que le permite una red de 174 misiones diplomáticas en el mundo, estructura que se yuxtapone a los episcopados nacionales.
Uno puede entender la historia pero también puede preguntarse acerca de la coherencia de la permanencia y coherencia de esta soberanía territorial con lo que dijo Cristo a Pilato ; » Mi Reino no es de este mundo»(Juan 18,36).
Curiosamente, el Concilio Vaticano II, aún cuando supo recalcar el rol del Papa como cabeza del Episcopado, no entró en reafirmar la importancia de esta soberanía de la Ciudad-Estado del Vaticano.
En la laboriosa unificación de Europa, varios países no participaron y el Vaticano no es el sólo a quedarse en margen. Sin embargo el Vaticano no pudo quedarse indemne de la problemática financiera que se globalizó.
La crisis económica de los años 80 le había ya creado unos problemas que se superaron no sin escándalos pero en estos últimos años, volvió el cuestionamiento de la soberanía financiera que el Vaticano entendía mantener para su administración vaticana. Muchos quisieron mantener particularmente el Instituto para las obras religiosas IOR (Banco del Vaticano) fuera de toda ingerencia o control pero la opinión mundial no lo permitió
Los cuestionamientos internacionales acerca del blanqueo del dinero y el apoyo financiero al terrorismo llevaron las organizaciones internacionales a idear organismos de control en esas materias. Hay que recordar que los Estados Unidos pusieron el Vaticano en la lista de los paraísos fiscales. El Papa Benedicto XVI tomó acta de esta crítica y decretó la obligación de transparencia del Vaticano en materia financiera como lo había hecho para los escándalos de pedofilia.
Presionado por sus relaciones financieras estrechas con Italia y para lograr una evaluación favorable de sus finanzas por el comité de expertos auditores (Monreyval) creado por el del Consejo de Europa, el Vaticano debía transar algo de su soberanía. Muchos, en la curia romana, no estuvieron de acuerdo con esta concesión de control externo, lo consideraron un atentado contra el Poder absoluto del Papa que la constitución jurídica y soberana del Estado del Vaticano debe asegurar.
Los conflictos internos se complicaron por estos desacuerdos. En la prensa aparecieron unas revelaciones a veces contradictorias como las que involucró, por ejemplo a Ettore Gotti Tedeschi ex presidente del IOR. Algunos dicen que encontró oposición por ser demasiado drástico en el blanqueo de la institución, otros lo implican en vínculo amistoso con un banquero italiano implicado en comisión de venta de armas. Para evitar mas escándalos, el Papa aceptó su demisión y hasta la fecha hay dificultades de nombrar su sucesor.
Otras revelaciones contradictorias existen en torno al cardenal Tarcisio Bertone que fue cuestionado por proponer una transparencia de las finanzas vaticanas pero solamente a futuro manteniendo una reserva de investigaciones y de control de cuentas anteriores a abril 2011. El motivo de este resguardo es ambiguo y puede ser motivado por el deseo de no abrir la puerta a los cazadores de brujas como el de esconder polvo bajo la alfombra.
Todo indica que la problemática de fondo es en realidad la autonomía de la gestión financiera del Vaticano. Las filtraciones y las investigaciones que hacen noticias en la prensa revelan los conflictos profundos que se dan en torno a las prerrogativas del Poder del Papa que muchos conservadores no quieren ni tocar frente a las demandas «peligrosas», según ellos, de descentralización y de reformas internas que emergen por todas partes en el pueblo de Dios.
En medio de todas estas historias vaticanas que abundan en la prensa, los cristianos, podemos volver a leer un texto del evangelio de San Mateo (17,24ss) que puede inspirarnos:
«Cuando entraron a Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los que cobraban el impuesto y le dijeron: ¿No paga vuestro maestro el impuesto?» Dice él: «Si». Y cuando llegó a casa, se anticipó Jesús a decirle:»Que te parece, Simon? Los reyes de la tierra, ¿de quien cobran tasas o tributo, de sus hijos o de los extraños? Al contestar él: «de los extraños». Jesús le dijo: «por lo tanto, libres están los hijos. Sin embargo, para que no les sirvamos de escándalo, vete al mar, echa el anzuelo, y el primer pez que salga, cógelo, ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y dásela por mi y por ti.»
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