La Parroquia Santa Cruz y la Pastoral Liberadora por Luis Alberto González
Introducción
1. La Pastoral Latinoamericana es una Pastoral
Liberadora (PL). En la cual se encuentra el modelo de la Iglesia Pueblo de Dios o Iglesia Samaritana, la Comunidad Eclesial de Base como lugar donde acontece la Iglesia, la Espiritualidad de la Liberación, la participación de los cristianos en los Movimientos Populares, la poesía, la Música, la literatura y también la Teología de la Liberación.
Esta última es la que mas se destaca. Pero todos estos elementos construyen una Pastoral Liberadora.
Ahora bien no todo lo que hay en Latinoamérica es Latinoamericano. Hay modelos eclesiales, teologías, movimientos cristianos, espiritualidades, que responden y se acomodan al sistema de Opresión de los pueblos (Opus dei, Legionarios de Cristos, Verbo Encarnado, etc), y aunque muchos de ellos llevan adelante importantes obras de caridad, y que en si mismas estas obras tienen parte de bondad, pero como están descontextualizadas, no son proféticas ni denuncian las causas que las provocan, y tampoco promueve al Pobre para que sea artífice de su liberación, si no que crea dependencia.
(Fragmento de este artículo publicado en la Revista de Santa Cruz)
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LA PASTORAL LIBERADORA IMPLICA UNA ESPÌRITUALIDAD LIBERADORA…
Los pueblos latinoamericanos y caribeños tienen derecho a una vida plena, propia de los hijos de Dios, con unas condiciones más humanas: libres de las amenazas del hambre y de toda forma de violencia. Para estos pueblos, sus pastores han de fomentar una cultura de la vida que permita, como decía mi predecesor Pablo VI, pasar de la miseria a la posesión de lo necesario, a la adquisición de la cultura… a la cooperación en el bien común… hasta el reconocimiento, por parte del hombre, de los valores supremos y de Dios, que de ellos es la fuente y el fin (Populorum progressio, 21). (Discurso de Benedicto XVI el 13 de mayo de 2007 y que forma parte del documento Final de la Aparecida)
Montevideo 4 de septiembre de 2006- Gabriel Sànchez
Existe una espiritualidad cristiana cuyo punto de partida es VER con sus ojos la realidad, la lucha y la historia cotidiana…para poder interpretar los signos de los tiempos…(Eclesiástico 42,18-Mateo 16,3; ), para que Jesús nos pide que estemos atentos a las señales de los tiempos, para que podamos encontrar su presencia en medio de los acontecimientos…, porque su presencia no será perceptible desde mirada sin Fe, sin Esperanza y sin Amor…pero si logramos MIRAR, con sus ojos y desde su corazón nuestra realidad…sentiremos su misma con-moción, compartiremos su misma com-pasiòn, es decir padecer junto con…¿con quienes padeció Jesús, por quienes padeció Jesús?
Por todos, pero especialmente por los que sufren y muy especialmente por los que desposeídos, los enfermos, los débiles, los pobres y los pecadores… (Lc. 6,20; Lc 14,13-Lc 14:18,22; Lc 18,10-14; Mt. 9, 36-38, Mc. 6,56; Am. 8,6-7), esa espiritualidad nos habrá a la realidad de sufrimiento en el mundo y le reconocemos allí sufriendo (com-padeciendo) y también obrando la liberación, es liberación del pecado, liberación de todo los que se opone al Reino de Dios (Lc. 6,24; Lc. 13,30; Lc 18,18-25)…
El misterio de la iniquidad se concreta en nuestra historia oponiéndose al Reino de Dios… esa concreción esta especialmente presente en situaciones, estructuras…procesos, dinámicas…sistemas…que tienden a crear una verdadera cultura de la muerte en contradicción con la cultura de la Vida, que nos indica la presencia y el obrar de Dios presente en medio de nuestra historia…Dios es Yhavhe…Dios con su pueblo… Dios con nosotros es el “EL EMANUEL”…por esto una espiritualidad cristiana, expresará su adhesión al Señor…luego de VER…en el juzgar…es decir…dejar que el Espíritu inspire su vida que debe ser una entrega…el JUZGAR CRISTIANO, es antes que nada una oración de apertura al ESPÍRITU SANTO presente en todas las cosas, pero muy especialmente en los otros y en los acontecimientos… (Mt. 18,19-20; Mc. 9, 37; Mt. 28,20).-
Es EL MISMO ESPÌRITU QUE NOS IMPULSA A ACTUAR…Es decir no transforma en servidores de su accionar en medio de los acontecimientos de nuestra historia…nos ENVIA…a ser sus testigos… (Hch 1,8).-
En la situación actual esta dinámica que parte de la profunda convicción de que Dios tiene para nosotros una pedagogía de Fe…que nos enseña…desde los acontecimientos, desde los otros y nos llama a comprometernos en junto a todos los hombres de buena voluntad, luchar por la civilización de la vida…que es Liberación del pecado, que es la fuente de todo lo que oprime al hombre y a comprometernos con la acción que despliega en medio de nuestra realidad el ESPÌRITU SANTO…que es una acción liberadora, como lo fue con su Pueblo en Egipto (Exo. 6,6-7).
Por esto los oprimidos por la estructura de iniquidad opresora que representa el capitalismo y las fuerzas de la acumulación de unos y el despojo de los más…es un signo de la opresión del mal, que todo cristiano esta en obligación de combatir, es por eso que los cristianos viven como un imperativo de fe…ese secundar la labor liberadora de ESPIRITU SANTO…en medio de la realidad de opresión que especialmente en América Latina vivimos…esto implica una presencia del discípulo junto a todos los hombres de buena voluntad, en compromiso de movimientos, organizaciones y estructuras que trabajen por un proceso de liberación de los oprimidos, esos ámbitos en donde se comparte la lucha por la instauración de la justicia y contra la injusticia, los fracasos y los sueños las búsquedas y las esperanza por un mundo mejor, se transforman en un verdadero altar…en donde los hombres entregan su vida en el día a día …aún sin ser creyentes, aún sin saberlo…para que el REINO DIOS PRESENTE EN MEDIO NUESTRO…SE DESPLIEGE…CONSAGRANDO EN ÈL TODA LA HISTORIA…TODOS LOS ESFUERZOS, LAS LUCHAS, LOS MARTIRIOS…CADA GESTO DE GENEROSIDAD, DE SOLIDARIDAD Y DE AMOR DE TODOS LOS HOMBRES…
(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)