La mujer en el viaje de Benedicto XVI -- Engracia Vidal Estévez, del grupo Mulleres Cristiás Galegas

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Religión Digital

«Asignatura pendiente en la jerarquía eclesiástica»
Da pena comprobar la «volta atrás» y que sigamos siendo discriminadas
En la predicación, escandalosa la referencia a la realización de la mujer en el «hogar y en el trabajo»…Echamos en falta la misma referencia a los varones.

Una vez más comprobamos que la mujer sigue siendo asignatura pendiente en la jerarquía eclesiástica. No hace falta recurrr a las «influencias malignas» del gobierno socialista, ni a evocaciones republicanas. La Iglesia se está jugando el futuro de la mujer en la participación y en la militancia eclesial.

A título de flash voy a resaltar algunas observaciónes en las horas televisivas del viaje papal.

En la plaza del obradoiro la perspectiva, por lo menos vista desde frente, era casi toda masculina. Ya no solo por los 500 curas, que tenían que ser hombres, «naturalmente», sino que daba la casualidad de que «ellos» ocuparon casi todas las sillas del lado contrario. Suponemos que serían los invitados, y , en ese caso, dominaron con mucho.

La participación directa se contentó con la lectura de una sola mujer. Y una organista. Los demás, desde el jefe a los acólitos, pura masculinidad.

En la predicación, escandalosa la referencia a la realización de la mujer en el «hogar y en el trabajo»…Echamos en falta la misma referencia a los varones. ¿Por qué ellos no han de buscar también realizarse en el «hogar y en el trabajo»? Sería una buena forma para ayudar a que el hombre se realice mejor, al igual que la mujer. Y no que siga ella viviendo la doble función con doble esfuerzo, porque, muchas veces, en el hogar se la deja sola.

Pero el colmo lo hemos visto en la Sagrada Familia. Me llamó la atención la cantidad de aceite vertido para ungir el altar. Yo pensaba que solo tenía que ser un gesto simbólico y no una «mano» completa. Sentí al momento el trabajo que iba a dar su limpieza…

Lo que nunca pude imaginar fue que minutos despues, llegaran unas monjas, de hábito decimonónico. Bien negro por cierto. (El Concilio del siglo XX, aconsejó a las religiosas el aggiornamento de sus hábitos…) Y se dispusieron a hacer el servicio completo de limpieza…He aquí el «papel de la mujer en la Iglesia», parece que nos quiso decir.

Y que non se me diga que no es relevante. En esa celebración todo está pensado y medido. No se escapa nada. No es casual que todas las personas que comulgaron de la mano del Papa, lo hicieran de rodillas y en la boca. O fue intencionado en el Papa, o las personas estaban «escogidas»…

Quienes lo hacemos en la mano, no lo hacemos tampoco por menor respeto. Es que la higiene nos lo aconseja y también el concilio nos lo recomienda, esta postura es más adulta. Non somos niñas ni niños para que tengan que introducirnos el alimento en la boca. Tampoco es casual el uso del latín, y los cantos elegidos, por cierto, todos en castellano.

En fin que da pena comprobar la «volta atrás» y que las mujeres sigamos siendo discriminadas cuando tenemos acreditada nuestra fidelidad en el servicio. Pero queremos vivir a nivel de la cultura del siglo XXI.