ElArzobispado reconvierte una nave industrial para dedicarla a las víctimas nacionales obviando a los represaliados republicanos
El Arzobispado de Valencia parece haber declarado la guerra a la memoria histórica. Y lo hace por partida doble en un solo edificio. Además de dedicar una basílica a los mártires de la Guerra Civil y construir un macrosantuario, ha comenzado a alterar un edificio de la ciudad protegido por su carácter de elemento de arqueología industrial.
Tal como recuerda el concejal socialista del Ayuntamiento de Valencia, Juan Soto, “el cúmulo de despropósitos se inició en 1999”, cuando el municipio cedió siete parcelas a la Iglesia a cambio del solar de La Almoina, junto a la catedral, en cuyo subsuelo se encuentran los primeros restos de la ciudad, fundada por los romanos.
En aquel momento, y a cambio de la parcela que mide 332 metros cuadrados y de otra situada en la pedanía de Pinedo, que mide 1.150, la Iglesia recibió siete solares en distintos lugares de la ciudad con una medida total de 10.653 metros cuadrados. Entre ellos, el solar de 3.233 metros que alberga la nave que están transformando.
El equipo de gobierno municipal alega que en su momento nadie protestó. El caso fue, sin embargo, uno de los caballos de batalla del entonces concejal de Esquerra Unida (EU), Antonio Montalbán, para quien cualquier cesión de suelo público a la Iglesia está fuera de lugar en un Estado laico y que considera, que La Almoina debía haber sido expropiada.
Por la concesión administrativa de estos siete solares, en uno de los cuales el Arzobispado ha levantado una iglesia dedicada al fundador del Opus (único caso en España), la Iglesia paga al municipio un simbólico canon anual que se estipuló por aquel entonces en 12 euros.
Soto también denuncia que aunque el edificio tiene una protección de nivel dos, está siendo alterado de forma ilegal. Por una parte, el proyecto contempla que el exterior de la nave sea recubierto con trencadis, una forma de mimetizar la basílica en el entorno de la Ciudad de las Artes y las Ciencias en que se encuentra ubicada. La solución alterará el aspecto exterior que presenta la nave, rompiendo la historicidad del edificio y falsificando los materiales originales. Por otro lado, una inspección realizada por técnicos municipales constató que se están recubriendo con planchas metálicas los arcos que dan forma a la estructura.
La última modificación no sólo incumple, presuntamente, el proyecto original presentado al Ayuntamiento, sino que elimina parte de la cubierta del edificio. Se trata del campanario. En un principio, este elemento se disponía en el exterior, “como un hito exento en la zona ajardinada”, según el proyecto. La torre, con una altura de 29 metros, se está construyendo, en cambio, en la segunda crujía de la misma nave, alterando su silueta horizontal.
Sin monumento a los repúblicanos
Para el Foro de la Memoria, la construcción de esta basílica es un agravio comparativo, teniendo en cuenta que el cementerio de Valencia alberga las mayores fosas comunes de Europa, fruto de la represión franquista de la posguerra, y el equipo de gobierno municipal se niega a crear un monumento en su recuerdo. Según su presidenta, Amparo Salvador, “la basílica, la canonización de los que dicen mártires y la concentración de esta semana en el Vaticano, son parte de un show montado por la Iglesia, una de las organizaciones más poderosas de la Tierra, con dinero del estado, con terrenos municipales, para tratar de desviar la atención del inmenso horror en el que tuvieron un papel destacadísimo”.
Y todo ello en un momento en el que el revisionismo histórico se extiende como la pólvora entre los sectores más conservadores del PP en la Comunidad Valenciana, hasta el punto de negar la existencia de la represión. El Foro lleva recogidas desde julio 3.722 firmas contrarias a la construcción del santuario.
Otro elemento para la discordia tiene como protagonistas a las otras dos naves del complejo químico Cross, realizadas en madera y cada vez más deterioradas, sin que el Ayuntamiento haga nada por preservarlas, ni se sepa cuando se iniciará la construcción del complejo. En ellas está prevista la construcción de un pabellón polideportivo que daría servicio al barrio. Las tres naves industriales forman parte de la arquitectura industrial valenciana, datan de principios del siglo XX y gozan de un nivel de protección dos por lo que su estructura debe permanecer intacta.
Por otro lado, los terrenos adyacentes están destinados a la construcción de un colegio público, que tampoco tiene fecha de realización.