Benedicto XVI, con relación al relativismo, dice que “la misión de la religión es ayudar a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de los principios morales objetivos” Porque “sin la ayuda correctora de la religión, la razón puede estar cautiva de distorsiones y manipulaciones por ideologías que justifican el avasallamiento de los adversarios”.
Me extraña muchísimo que ante la situación de crisis y abusos de los lobbies especuladores, que ejercen su dictadura incluso sobre los gobiernos democráticos, y de las consecuencias nefastas que están produciendo: estafas a las economías reales, pobreza y muerte de hambre de millones de personas, cambio climático, etc., que han llevado a la humanidad a una situación insostenible, la Iglesia Católica haga mutis y no trate de condenar el mayor pecado que se está cometiendo en el mundo, que son las transacciones financieras especuladoras, ni condene a los políticos y especuladores que las propician. ¿A qué espera para iluminar la razón, esta vez sí, cautiva de graves distorsiones y manipulaciones?
Enviado a Cartas al diário Público, el 30/01/2.011