–Confía en que la Iglesia algún día acepte cambiar su discurso para llegar a los jóvenes?
-Me gustaría. Los mensajes de la Iglesia son del pasado para preguntas del presente. ?sta sigue moviéndose aún en los paradigmas de los deberes y las prohibiciones en tiempos de defensa de los derechos humanos y de las libertades. Los jóvenes miran al futuro y la Iglesia al pasado.
_¿Permitirá alguna vez que el celibato sea voluntario para los sacerdotes?
-Tiene que llegar porque, de lo contrario, se seguirá manteniendo la estructura clerical y patriarcal en el seno de la Iglesia. Estamos en un momento de reconocimiento de derechos en el ámbito cívico y debe llegar también a la Iglesia. El celibato no está vinculado al sacerdocio, sino que es una norma disciplinar. No está en los orígenes del cristianismo.
_¿Y dejará a las mujeres ejercer el sacerdocio?
-El cristianismo nace como un movimiento igualitario de hombres y mujeres. En un primer momento ejercen funciones directivas y de representación pero la Iglesia se patriarcaliza y las mujeres se convierten en invisibles. De acuerdo con las reivindicaciones feministas y conforme a ese principio de igualdad la Iglesia católica debe incorporar a las mujeres y no discriminar por razones de género. Esta discriminación la convierte en una institución machista.
-Recientemente un miembro de la Iglesia se manifestó a favor del uso de medidas anticonceptivas para evitar enfermedades como el sida.
-Ojalá se escuche ese mensaje, pero también para embarazos no deseados, evitar interrupciones del embarazo y ejercer de forma responsable la práctica sexual. Pero, el teólogo que lo dijo ha sido sancionado y excluido de su cátedra.