La hora de la responsabilidad. Sobre economía, ética y política -- Antonio Duato

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Atrio

Viendo esta última semana la firmeza con que José Luis Rodríguez Zapatero está aguantando la diaria ración de sapos que tiene que tragarse por prescripción facultativa, está aumentando mi estima por este político socialista a quien le ha tocado llevar el timón del país en este tremendo temporal que él no ha provocado y ningún meteorólogo economista había predicho con claridad.

Al menos se podrá decir en el futuro que se ha mostrado como un político responsable, dispuesto a inmolar su carrera política, y no como un jugador electoralista. Y la gente acabará agradeciéndoselo. Así lo hizo a posteriori con Adolfo Suárez y con Felipe González que se tragó el ?sapo?? de la OTAN para ingresar en Europa (provocando el hundimiento de Fraga, que jugó la baza electoralista).

En ATRIO se han ido publicando en la última época muchos análisis de la situación y muchas críticas al sistema que ha provocado esta solución. En el Tablón de ATRIO hemos podido ver los vídeos de José Luis Sampedro, Cohn-Bendit y Julio Anguita. Eloy Isorna, en su último artículo en ATRIO, hace dos referencias interesantísimas a las opiniones de José Viñals ?un valenciano que ha llegado a los escalones más altos del FMI? y del exministro de Economía con Felipe, Miguel Boyer. Lo más importante de este último artículo es que distingue con claridad tiempos, siguiendo el proceso de los últimos dos o tres años.

Me ha gustado que este santón de la economía reconozca que en España se han ido tomando las decisiones apropiadas en cada momento, según lo iba demandando el análisis de la situación y el consenso de los demás países. Boyer no ha hecho como otros ex que algún día presumían de que ?España era el país mejor para enriquecerse rápidamente?? (Solchaga) o de que ?si sube el precio de las viviendas es porque en España la gente tiene mucho dinero para comprarlas?? (Álvarez Cascos) y ahora arremeten contra la política de Zapatero que tiene que desfacer el entuerto provocado por ellos.

Pero yo quisiera decir dos palabras sobre el tema de la ética y la crisis financiera.

Hay una ética de los principios, que se basa en los valores que deben regir la acción humana. Esta ética, aplicada al funcionamiento de la economía y a las financieras, cuestiona el sistema actual y busca soluciones alternativas. Sobre esto se ha hablado mucho en ATRIO. La tónica general ha sido la de buscar una revolución radical del sistema, para el bien de los más empobrecidos y del futuro del planeta. Ahí me apunto. Y por eso he recordado un llamamiento de Frei Betto a los militantes de izquierdas, que fue publicado originalmente en la Agenda Latinoamericana en 2002.

Pero, para tomar decisiones, hay que usar lo que ya Max Weber señalaba como ética de la responsabilidad. Dada una determinada situación ¿qué es lo mejor para el mayor bien del mayor número de personas en el momento actual? La ética de la responsabilidad parecerá que uno no dirige su acción directamente hacia los principios proclamados.

Pero, a veces, como en el caso la hermana Margaret que fue excomulgada por los fundamentalistas de los ?valores absolutos?? (ver artículo en Atrio), la mejor decisión podría parecer una vergonzoso hincar la rodilla ante ?la realidad?? (sea médica o financiera). Pero una ética responsable lleva a elegir el mejor medio de resolver problemas inminentes actuales que podrían provocar catástrofes. Y esto es lo justo, si no se abandona el esfuerzo de caminar hacia la solución total. La política, como la praxis revolucionaria, obliga con frecuencia a tragarse sapos y a tomar decisiones que uno no hubiera querido tomar.

Estamos aún en días decisivos. Zapatero va tal vez a tener que decidir sobre la reforma laboral y sobre otras medidas de restricción del déficit. Sólo así se podrán afrontar después nuevas metas de reforma y de alianzas, con la lección del realismo bien aprendida. ¿Provocará todo esto una huelga general, que sería un motivo de júbilo para sus hipócritas adversarios de la derecha? A no ser que se imponga entre las partes el principio de responsabilidad, puede que sí. Y será desgarrador para la izquierda. Pero hará bien el presidente en mantenerse en su puesto responsablemente, intentando acertar lo más posible (podrá equivocarse y hará bien en rectificar cuando se de cuenta de ello) y dejando para más adelante reconquistar la confianza de los sindicatos. Mi estima por él y su partido no disminuirá sino que aumentará.