El otro día, paré un taxi y me llevó a vía España. Al pasar cerca de una Iglesia católica, el taxista se persignó mecánicamente y sin preguntárselo me dijo: ?soy católico. Todos los años voy a la procesión de Portobelo y deposito la limosna al Santo??.
Esto me motivó a decirle que la Fe cristiana no consistía solo en dar limosnas ni creer en maderas en forma de Jesús, pensando que es Dios. ?Más importante es amar y hacer el bien al que esta próximo a nosotros??, le dije. Este hombre, no le importaba saber si el núcleo de la Fe cristiana, era de un Jesús, que desde la cruz selló con su sangre, la dignidad del ser humano, la salud del hombre y la vida con libertad. Su imagen de dios en forma de madera era lo más importante.
Indefectiblemente esta imagen de dios del taxista, es el dios de la mayoría de los panameños. Creemos en una religión de sacerdotes, del poder y la riqueza. Sin embargo, nuestro fundador Jesús, lo ejecutaron en una condena legal para esclavos y subversivos en una cruz por no creer en este tipo de religión Y para la mayoría de nosotros la cruz ha perdido su fuerza y su capacidad de significación, compromiso, movilización y comunitariedad.
Seguimos en la actualidad, torturando, asesinando a punta de balas y metrallas, a hombres de buena voluntad, seguidores de Jesús, porque molestan al mundo carente de solidaridad humana.
Las causas y consecuencias de esta alienación son claras. El empobrecimiento de la Teología pastoral y la generación de los grandes teólogos del Concilio parecieran que no tuvieran sucesores. Y, además, se observa una regresión evidente en todos los aspectos de la vida cristiana en nuestro país. Frente a esto, pareciera que nos interesaran más las muchedumbres en la procesión que una real devoción.
Pues, el Evangelio de Jesús nos motive a sanar a la Iglesia de sus lacras históricas y nuestra práctica comunitaria esté fundada en el Amor y servicio a los demás. Y nos libere del oscurantismo, fanatismo y de la torcida devoción que cree que el Jesús de los Evangelios está en un pedazo de madera, piedra o tela.