Ha tardado mucho tiempo Don Antonio Cañizares en darse cuenta que hay una profunda división en la Iglesia. Tal vez ya se percató antes del tema, pero no debió darle demasiada preocupación. Pues lo cierto es que el trío de irresponsable de los Antonios, Rouco, Cañizares y Matínez Camino, que han querido llevar el peso y el protagonismo por encima del presidente del episcopado, Ricardo Blázquez, y la oposición contra el gobierno socialista, son los inmediatos responsables de la división eclesial.
Como obispos les importa un comino llevarse bien con los obispos catalanes o con los obispos vascos, incluso hay más prelados con los que no parecen congeniar bastante. Total, que si los obispos vascos apuestan por intentar tener algo de participación en aquel proyecto de paz, los otros tres se dedican a dinamitar su labor y arrojar fuego sobre la iglesia vasca. Unos prelados más cuestionados por la iglesia de a pie, una iglesia en Euskady puesta en duda, y no es de extrañar que unos fieles estén verdaderamente desorientados, aunque el caso de estos se debe más que nada a la política, que se mezcla con lo eclesial en su tierra.
El caso de Cataluña es bien distinto, los obispos catalanes vienen desde hace varios años jugando al peligroso juego de la política, y en el se quemaron, aunque su situación es delicada, ya que son unas diócesis donde el nacionalismo tiene muchísima fuerza y les toica en ocasiones hacer muchos equilibrios. Pero ocurre que los Antonios con esto del estatuto, han querido contrarrestar un nacionalismo con otro, y han metido a la moral en un terreno en el que no tenía mucho que decir, y han intrigado todo lo posible contra sus homólogos catalanes. No hay nada peor que combatir una ideología nacionalista con otra igualmente nacionalista.
Con estas acciones, han sumado crispación, y de tanto que han crispado veremos recogdos sus frutos. Lo ideal hubiera sido que hubieran hecho como el rey, pedir calma a los políticos, pero han preferido montarse a lomos de un partido, y seguir una política crispadota. Quien siembra vientos recoge tempestades.
Ocurre además, que los obispos encabezados por los Antonios, ya que a Blázquez ya sabemos como lo ningunean, han declarado guerras hacia el interior de la propia Iglesia. Ni más ni menos que contra los religiosos, a los cuales han estado criticando por sentarse a negociar a través de la FERE, la reforma educativa del gobierno socialista. La FERE ha negociado que la LOE no ataque la integridad de sus centros, ha buscado que no salgan perjudicados sus centros, y se diría que lo ha conseguido casi satisfactoriamente.
Pero ocurre que a pesar de todo, los obispos han querido colar una objeción de conciencia contra Educación para la Ciudadanía, una asignatura de la que desconocía hace un año todo el mundo que contenidos tenía, pero enseguida levanto polémica entre los obispos, los cuales aseguraron mil y una pestes de la misma. Al final polémica no tiene, pero aun así se la han buscado todo lo que han podido. Han querido ver eutanasia en la misma (pues no está por ningún sitio), el aborto (pues tampoco aparece), el matrimonio gay (y solo está el minúsculo apartado de un tema dedicado al respeto por las minorías raciales, sexuales, religiosas, ideológicas, etc). Han polemizado con que el estado va a enseñar a pensar a los niños, cosa que se hace con no poco éxito actualmente en los colegios. Han dicho que la materia es anticonstitucional (después que la misma intenta enseñar algo de la constitución en su cuarto bloque de contenidos).
Pues con todo esto, los religiosos andan preocupados, ya que les quieren colar la objeción de conciencia en sus centros. Objeción que no pueden hacer los alumnos ni sus padres contra una asignatura obligatoria. Estas objeciones, de producirse, van a sembrar fuertes rencillas entre los religiosos y los padres, y esperemos que las APAs afiliadas a la CONCAPA no cuelen en los colegios católicos conflictos. Por ello se sienten indignados, ya que si les toca lidiar ciertos conflictos en sus colegios con ciertos padres que no tragan bien incluso que sus hijos recen un ángelus, ahora tendrán que aguantar a unos padres que les criticaran por no permitir que sus hijos hagan Educación para la Ciudadania.
Lo que siento curiosidad es por la situación que se puede montar, el padre frustrado ¿a quien acudirá? ¿al obispo diocesano? ¿Y este que le dirá? ¿Qué a cursar la asignatura? ¿Qué no se quiere meter en líos? ¿Qué enviara una sanción al centro? Pues que no engañen a los padres los obispos, y menos que cuelen conflictos a los religiosos. Aunque lo grave es que la conferencia episcopal haya arremetido contra los religiosos y la FERE por oponerse a la objeción de conciencia. He aquí otra división eclesial.
Y es que a los religiosos, les han vertido una cantidad de acusaciones, como hacerles crítica de ser causa de la actual situación de descristianización de España, algo que no es verdad.
Pero tal vez lo que más divide a esta Iglesia, lo que más problemas está causando, es la cadena COPE. Existen muchos católicos, tanto progresistas, como conservadores, que no entienden como se está consintiendo tanta verdulería, mentiras y manipulaciones desde la COPE. Tampoco se entiende que desde la COPE se ningunee al presidente del Episcopado y se critique a los obispos catalanes.
Tampoco es explicable como varias de sus estrellas, como Federico Jiménez Losantos presuma públicamente de su agnosticismo y de no confesarse hace siglos, o el propio Cesar Vidal, un protestante que va publicando escritos contra la inmaculada concepción o la virginidad de Maria. Luego querrán los obispos pedirnos coherencia, expulsaran a profesores de religión por divorciarse o por casarse de nuevo sin la anulación eclesiástica del matrimonio, pero en su cadena de radio hay un coladero de personajes con un pensamiento abiertamente contrario no solo a la doctrina de la Iglesia Católica, sino contra la misma Iglesia Católica.
Pues divisiones las que los obispos han creado, que se atengan a las consecuencias. Y más la Santa Sede, que por lo que se ve su rígida política de nombramientos no parece estar dando muchos frutos, y más en España, con diócesis sin obispos o con obispos caducados, como diría mi compañero blogger Paco Pepe, y que hace años debieran estar jubilados. Que busquen soluciones, pero que hagan el favor de no ponernos por obispos a unos trepas, o bien a unos tipos ansiosos de protagonismo, de medrar más alto. Que no pocos de ellos por no mirar hacia el interior de sus diócesis, las están destruyendo y liquidando, no sin antes dividir a buena parte del clero y los laicos.