Los dos años de violencia en la región norteña de la República Centroafricana (RCA) han obligado a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares.
Según una estimación de los socios humanitarios y en el desarrollo en la RCA, al menos 291.000 civiles han sido forzados a dejar sus hogares.
Más de 200.000 son desplazados internos [viven en condiciones extremas en la selva] mientras que 79.000 han huido a Chad, Camerún y Sudán.
Esta información se produce después de un informe del consejo de seguridad de Naciones Unidas, en junio, que expresaba su preocupación por las graves violaciones de los derechos humanos y las leyes humanitarias internacionales por parte de los grupos armados y las fuerzas armadas del país.
A pesar de las crecientes condenas y preocupación internacionales, la región septentrional del país, especialmente el noroeste, sigue bajo el ataque de bandas armadas, grupos rebeldes y fuerzas del gobierno.
Los civiles, que han sido acusados de ayudar a ambas partes, se han convertido en las víctimas de la violencia armada.
La violencia se cobra su precio mayor en las zonas en guerra de la RCA donde se estima que 450 niños mueren de malnutrición. Además, las mujeres y las niñas se han convertido en víctimas regulares de violación.
Con más del 70% de su población viviendo en la pobreza y con un alto índice de analfabetismo, el gobierno de la República Centroafricana se enfrenta al desafío de proporcionar alimentos a millares de sus ciudadanos, especialmente a aquellos en su región septentrional, mientras lucha con la aguda escasez de alimentos.
En el pasado, la nación ya fue escenario de intensos combates entre los soldados leales al estado y los rebeldes.