¿Por qué un hambre galopante en el siglo XXI y cómo erradicarla?
Damien Millet y Éric Toussaint
Mondialisation.ca
Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
¿Cómo explicar que en el siglo XXI sigamos enfrentándonos al hambre? Uno de cada siete habitantes del planeta sufre hambre de forma permanente
Las causas son conocidas: una profunda injusticia en la distribución de la riqueza, el acaparamiento de tierras por parte de una reducida minoría de grandes propietarios. Según la FAO[1], 963 millones de personas padecen hambre en 2008. Estructuralmente, estas personas pertenecen paradójicamente a la población rural. En su mayoría son productores agrícolas que no poseen propiedades o las tierras suficientes, ni los medios de sacarles partido.
¿Qué ha provocado al crisis alimentaria de 2007-2008?
Hay de destacar que en 2007-2008 hay 140 millones personas más que padecen hambre. Este aumento neto se debe a la explosión del precio de los productos alimenticios [2]. En muchos países este aumento del precio de venta de los alimentos al por menor es de aproximadamente un 50 %, a veces más.
¿Por qué un aumento semejante? Para responder a esta pregunta es necesario entender lo que ha pasado desde hace tres años y, a continuación, establecer unas políticas alternativas adecuadas.
Por una parte, los poderes políticos del norte han aumentado sus ayudas y sus subvenciones a los agrocarburantes (erróneamente llamados “biocarburantes”, aunque no tienen nada de bio). Por ello, se ha hecho rentable sustituir los cultivos alimenticios por cultivos de forraje y de oleaginosas, o desviar una parte de la producción de grano (maíz, trigo…) para la producción de agrocarburantes.
Por otra parte, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y después del rebote en el resto del mundo, la especulación de los grandes inversores (fondos de pensiones, bancos de inversión, hedge funds…) se ha desplazado a los mercados bursátiles donde se negocian los contratos de los productos alimenticios (principalmente tres Bolsas de Estados Unidos especializadas en mercados a plazo de los granos: Chicago, Kansas City y Minneapolis).
Por consiguiente, es urgente que los ciudadanos actúen para que se prohíba por vía legal la especulación de los alimentos… Aunque la especulación a la alza haya acabado a mediados del año 2008 y los precios en los mercados a plazo hayan caído después en picado, los precios al por menor no han seguido el mismo movimiento. La aplastante mayoría de la población mundial dispone de unos ingresos muy bajos y sufre todavía las dramáticas consecuencias de la subida de los precios de los alimentos en 2007-2008.
Las decenas de millones de pérdidas de empleos anunciados para 2009-2010 a escala mundial van empeorar la situación. Para contrarrestar esta situación es necesario que las autoridades públicas ejerzan un control de los precios de los alimentos para hacer que bajen.
El aumento del hambre en el mundo no se debe por el momento al cambio climático. Pero este factor tendrá unas consecuencias muy negativas en el futuro en términos de producción en ciertas regiones del mundo, en particular las zonas tropicales y subtropicales. La producción agrícola en las zonas templadas debería verse menos afectada. La solución consiste en una acción radical para reducir brutalmente las emisiones de gas de efecto invernadero (el GIEC [3] recomienda una disminución del 80 % de las emisiones para los países industrializados y del 20% para los demás).
Erradicar el hambre es totalmente posible. Las soluciones fundamentales para alcanzar este objetivo vital pasan por una política de soberanía alimenticia y una reforma agraria. Es decir, alimentar a la población a partir de los esfuerzos de los productores locales al tiempo que se eliminan las importaciones y exportaciones.
Es preciso que la soberanía alimentaria sea el centro de las políticas de las decisiones políticas de los gobiernos. Hay que basarse en explotaciones agrícolas familiares que utilicen técnicas destinadas a producir los productos denominados “bio” (u “orgánicos). Esto permitirá además disponer de una alimentación de calidad: sin Organismos Modificados Genéticamente (OMG), sin pesticidas, sin herbicidas, sin abonos químicos.
Pero para lograr este objetivo es necesario que más de tres mil millones campesinos puedan acceder a una cantidad suficiente de tierra y trabajarla por cuenta propia en vez de enriquecer a los grandes propietarios, a las transnacionales de la agroindustria y a los comerciantes. También es necesario que dispongan, gracias a la ayuda pública, de medios para cultivar la tierra (sin agotarla).
Para ello es necesaria una reforma agrícola, reforma que siempre falta de manera cruel, ya sea en Brasil, Bolivia, Paraguay, Perú, Asia o en algunos países de África. Esta reforma agraria debe organizar la redistribución de las tierras prohibiendo las grandes propiedades privadas y proporcionando apoyo público al trabajo de los agricultores.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=84761
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LA CLASE TRABJADORA DEBEMOS LUCHAR POR LA REFORMA AGRARIA…
Vivimos en un mundo terrible. Una mitad del planeta muere de hambre y la otra de colesterol. Jesús Quintero
Montevideo, 6 de mayo de 2009 – Gabriel Sánchez
La incidencia en los próximos años en la falta de alimentos debido al funcionamiento del sistema, se ira incrementando exponencialmente y concomitantemente, la escasez de alimento, al volverse más caro, afectará a más gente imposibilitadas de adquirirlo…
En forma paralela pero concordante, los problemas propios de la contaminación de los grandes cursos de agua dulce y el cambio climático, presionarán en forma importante sobre el aumento de la escasez de alimento…
Si a este elemento le sumamos el hecho de que el ajuste elegido por los poderosos, cara a esta crisis, es el ajusto no de los grandes centros bancarios, o del enorme consumo de algunos sectores en algunos países, sino el ajuste del salario, que deprimirá los mercados interno, generando más desempleo, esto generalizará la imposibilidad e tener recursos suficientes de parte de los sectores asalariados y trabajadores para comprar los alimentos que estarán en alza…
Ante esto es necesario salvaguardar de las multinacionales y de capitales que la contamina o la dejan ociosa a las grandes extensiones fértiles del planeta, se impone una reforma agraria que cambie el sentido en el que se ha avanzado en el derecho comparado sobre la tenencia de la tierra, combatiendo como una peste la acumulación de la misma (latifundios) y se posibilite el acceso a la utilización de la misma a pequeños campesinos, impulsando una agricultura familiar y de cercanía, con mercados locales y con acopio estatal para exportar los excedentes…quitando de las manos de los intermediarios (las grandes multinacionales), el control de la comercialización…
En resumen la soberanía Alimentaria…A los trabajadores del mundo entero nos ira la vida en eso, es decir la posibilidad de sustentar a nuestras familias en un futuro muy próximo, es por esto que debemos unirnos al campesinado y a las naciones indoamericanas en la lucha por conseguir estos objetivo y un arma no menor, es, nuestra capacidad de articular propuestas políticas, que impulsen a los partidos a concretar estas reformas y no apoyar a los partidos políticos que se niegan a apoyarlas, también tenemos un arma formidable en posibles medidas concertadas, para boicotear el consumo de determinados productos o empresas.-
La hora es ya de dar esta batalla, tal vez luego…sea tarde y la hambruna irreversible.-
(Información recibida de la Red MUndial de Comunidades Eclesiales de Base)