El arzobispo emérito se queda a vivir en Burgos, en un palacete antiguo, que le costó 300.000 euros a la diócesis
Además de los 300.000 euros de la compra, la restauración del caserón grabó las cuentas diocesanas con otros 180.000 euros
Se trata de un enorme caserón de piedra de 1900, con una superficie de 930 metros cuadrados, con salón, comedor, seis habitaciones, biblioteca, terreno cuidado, pozo y hasta merendero … ver noticia…
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