El Levante (Valencia)
El Papa Benedicto XVI cumplió ayer Cracovia su tercer día de estancia en Polonia. En los actos programados se pudo constatar, como el día anterior en Varsovia, la sencillez y sobriedad de los altares y escenarios montados para que el Pontífice alemán se dirigiera a los miles de fieles, que le pidieron la beatificación de Juan Pablo II. Es una visita marcada por la austeridad.
Una sencilla tribuna con una gran tela al fondo con la imagen de Carol Wojtyla se levantó en la localidad de Wadowice, ciudad natal de Juan Pablo II, fue la plataforma desde la que el Pontífice habló a los centenares de miles de polacos que le vitorearon. Entre la iglesia barroca de Santa María y la casa donde nació Juan Pablo II se instaló un pequeño arco metálico para la ocasión. La manta que colgaba en el escenario decía: «Canonización de inmediato, Juan Pablo II el Grande». El encuentro se celebró en la plaza Rynek, en el centro del pueblo, donde se congregaron más de 25.000 personas.
La plataforma tanto en Wadowice como en Varsovia (un estrado escalonado, un pequeño toldo y una cruz de 21 metros) contrasta con el megapresbiterio que se está levantando sobre el puente de Monteolivete, que ya lleva varias semanas cortado al tráfico con problemas de atascos y malestar en los conductores, con un coste global de 835.000 euros. El coste de la visita de Joseph Ratzinger será muy superior, aunque desde el Consell ya se ha advertido que no darán ningún tipo de información.
La plataforma Jo no t’espere contraria al Encuentro Mundial de las Familias, aseguró ayer, ante las diferencias entre los sencillos altares polacos y el que se monta en Valencia, que «se constata que la denuncia del derroche de la administración valenciana no tiene parangón. Una administración que desoye el mandato constitucional de una sociedad y un estado laico».
Benedicto XVI, en Wadowice, resaltó la fe firme de Juan Pablo II y rezó para que el primer Papa polaco de la historia «sea pronto elevado a la gloria de los altares». También visitó la casa donde nació Wojtyla. Más tarde peregrinó al santuario de Kalwaria Zebrzydowska, donde pidió a los polacos que recen por él y por toda la Iglesia e insistió en que espera que la Providencia «nos conceda» la rápida santificación de Juan Pablo. Luego Benedicto XVI visitó otro de los lugares unidos a la memoria de Juan Pablo II, el santuario de la Divina Misericordia, en las afueras de Cracovia, donde se reunió con varios centenares de enfermos.
Entrada la tarde, Benedicto XVI mantuvo un encuentro con cerca de un millón de jóvenes en el parque público «Blonie» de Cracovia, un lugar donde Juan Pablo II reunía a millones de polacos siempre que regresó como Papa a la ciudad de la que fue arzobispo y cardenal. En la vigilia les dijo que que no tengan miedo de «apostar» por Cristo, ya que «quien construye su vida entorno a Jesús sabe que esa casa jamás se derrumbará porque está construida sobre la roca». La plataforma tenía como hito una gran imagen de Jesucristo. Entre el viaje de Polonia y el futuro de Valencia, al margen de los altares y los lugares escogidos, también se producen otras diferencias, ya que el Papa sí que fue a la sede del Gobierno polaco a visitar al primer ministro, mientras que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero deberá a acudir al Arzobispado, ya que Benedicto XVI sólo estará en Valencia poco más de 24 horas y no se desplazará a Madrid.