Jesús y la cultura mágica. Pensar a Dios desde Santiago del Estero -- Leonardo Belderraín, bioeticista (Argentina)

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Las afirmaciones del biblista santiagueño, a mi modo de ver, buscan inconscientemente colisionar con una teología dolorista y «milagrera», casi en sintonía con la visión de Jesús que están proponiendo algunas iglesias de corte pentecostal en América latina.

Es probable, en razón del auge de este estilo, que convenga no ponerse en una actitud reactiva ni mucho menos sincrética. Se trata de ver, en comunión con el magisterio y con las comunidades cristianas, el camino que nos permita tomar lo bueno y no replegarnos en fidelidad a nuestra tradición mas viva.

Resulta curioso que los pobres de América latina elijan cultos pentecostales para expresar su fe y que al mismo tiempo, los biblistas propongan estilos de creencias sobrios, sin mitos, con poco «gancho?? para las culturas curiosamente nostálgicas con lo mágico. No se trata de entregar la catequesis a Harry Potter para no quedarnos solos en los templos. Se trata de aprender a reinterpretar nuestras tradiciones desde aquello que «fascina» y no siempre aliena a la cultura popular.

– Decia Alvarez en su defensa: ?Yo había afirmado que a Dios no le agrada el sufrimiento del hombre, que no lo manda, ni lo permite directamente, porque Dios salva mediante el amor y no mediante el dolor. Y que jamás puede entrar en la voluntad de Dios algo que pueda hacer sufrir al hombre??.

Sin embargo, esto no coincide con las enseñanzas de la Iglesia Católica, acerca de que el sufrimiento tiene un valor salvífico.

Belderrain: Es cierto, en Salvificci doloris, el amor-sufrimiento de Jesús redimensiona nuestro amor-sufrimiento en la instauración de su reino.

En el martirologio latinoamericano, amor y sufrimiento son inescindibles, de allí la ascética cristiana camina entre dos extremos: el hedonismo (Dios no me puede pedir nada que no me de placer) y el dolorismo (sólo sufriendo por los demás salvo y me salvo).

Alvarez: ?Yo había afirmado que Dios siempre hace milagros, pero no suspendiendo ni superando las leyes de la naturaleza, pues estas leyes están bien hechas por Dios, y no hay necesidad de suspenderlas; que Dios cuando hace milagros los hace a través de las mismas leyes de la naturaleza, muchas de ellas desconocidas por el hombre, por eso a veces tenemos la impresión de que éstas se «suspenden». Y que esta explicación no minimiza en absoluto el poder de Dios, al contrario, lo afianza y engrandece.

Sin embargo, esto no coincide con las enseñanzas de la Iglesia Católica, en relación a que los milagros, en cuanto suspensión de las leyes naturales, son posibles.

Belderrain: Que sea incluso posible no le quita «normalidad» a la economía salvífica en cuanto a la intervención de Dios en la historia; Dios ?entre las ollas??, como diría Santa Teresa, es el mayor milagro que hace extraordinario lo más ordinario y cotidiano. Un ejemplo de un buen entronque con el realismo mágico de esta nueva cultura es Harry Potter. Articula, sin buscar hacerlo, valores como la amistad, la fidelidad a los amigos con la recuperación de poderes especiales. Todos podemos ser iniciados en aquel conocimiento salvador que no sólo nos quita la angustia del individualismo, sino que además, enfrentando lo que parecía encantado, nos permite perderle el temor a los muertos y compartir con ellos.

Alvarez ?Yo había afirmado que, con las enseñanzas de Cristo, el valor doctrinal del libro de Job había sido superado, pues este libro fue escrito cuatrocientos años antes de la venida de Cristo, y su autor no conocía las novedosas enseñanzas de Jesús respecto del sufrimiento. También afirmé que, con las enseñanzas de Cristo, el valor de los diez mandamientos había sido superado, pues éstos fueron enseñados por Moisés para el pueblo judío, mientras que Jesús afirma en el Sermón de la montaña (Mt 5) que los cristianos no deben basarse en los diez mandamientos sino mostrar una conducta superior??.

Sin embargo, esto no coincide con las enseñanzas de la Iglesia Católica pues con la aparición del Nuevo Testamento, el valor doctrinal del libro de Job o de los diez mandamientos no fue superado (CIC 123).
Belderrain: Creo que el libro de Job ofrece un estilo de psicología y metafísica del sufrimiento, que en algo puede haber tocado la forma de sufrir de Jesús y de muchos hombres. Su lectura puede hacernos comprender -como en el libro ?Los hermanos Karamazov??- que aunque estemos en un camino espiritual (incluso Jesús) en muchas noches oscuras debemos transitar momentos en que los cuales no entendemos la justicia de Dios ni comprendemos por qué se destruyen tan fácilmente nuestros proyectos de vida. Es verdad que esto le ocurre con menos frecuencia a los «iluminados» porque están, no en sus deseos, sino en la sabiduría de Dios. Creo para las actuales teologías de la liberación latinoamericanas es tan negativo decir que Jesús se entrega en la cruz para reconciliarnos con el padre y liberarnos del pecado, como decir que Jesús murió porque lo mataron, ya que siempre se elimina al que pone en jaque el buen vivir de los poderosos.

Ambas lecturas deberían confrontarse con una tercera: Que a Jesús, en sus últimos días le interesó muy poco la muerte, porque ya estaba sumergido en la vida eterna y que vivió sus gestos finales con dolor, pero con la confianza en que lo único malo para quien está en el Espíritu, es desviarse del camino del amor (vida eterna).

Parafraseando a Theilard, así se comprende mejor cómo lo Divino se fue haciendo totalmente humano en Jesús y en nosotros. Creo que tampoco es muy operativo hoy plantear ?mandamientos versus amor??. Probablemente Jesús, con su Vida y su Amor, posibilite la práctica no hipócrita de aquellos mandamientos.

Alvarez: ?Yo había afirmado que los primeros capítulos del Génesis (el relato de Adán y Eva, de Caín y Abel, del arca de Noé) no contienen historia en el sentido moderno de la palabra, sino que pertenecen a un género literario especial, con el que se pretende transmitir más bien unas enseñanzas sobre el origen del hombre y del pecado en el mundo.??

Sin embargo, esto no coincide con las enseñanzas de la Iglesia Católica, y que, no obstante los géneros literarios, estos capítulos contienen relatos históricos.

Belderrain: Me parece que la exégesis actual no está tan interesada en demostrar la historicidad de los relatos, como en recuperar el valor de los mitos, sobre todo para la cultura popular y para las nuevas culturas emergentes que se subyugan con los cuentos fantásticos. Para estas culturas, el valor del arca está en que se hace impensable para cada uno la sanación del todo, sin el cuidado, no sólo de mi familia, sino también de todas mis micromilitancias, o sea mi arca, mi jardín, mis mascotas.

Alvarez: ?Yo había afirmado que el relato de la Anunciación del Evangelio de San Lucas, es decir, la narración de un ángel que entra volando en la casa de María y conversa físicamente con ella, realmente no existió de esa manera, sino que Lucas empleó un género literario especial para contarlo, llamado «relato de anunciación», frecuentemente empleado en otras partes de la Biblia??.
Sin embargo, esto no coincide con las enseñanzas de la Iglesia Católica, que dice que el relato de la Anunciación realmente tuvo lugar en la historia, tal como lo cuenta San Lucas.

Alvarez: ?Yo había afirmado que la idea de la virginidad de María «durante el parto» (es decir, el hecho de que no hubo ruptura de himen) está basada en los Evangelios Apócrifos, y que el parto de María, en este sentido, debió haber sido normal, como el de toda muchacha, ya que esto no añade ni quita nada a la grandeza de María, así como no afecta al hecho de su virginidad perpetua??.

Sin embargo, esto no coincide con las enseñanzas de la Iglesia, de que María se mantuvo virgen incluso durante el parto (CIC 499).

Belderrain : También es cierto que para las nuevas culturas, poco interese el exponer o saber sobre la ruptura del himen; a mí jamás me lo preguntaron en treinta años de cura, pero sí es importante, de cara a nuestra sexualidad y entrega completa, que aquella escenografia que reivindicamos con nuestro pesebre humano la noche de Navidad, tiene su fuente primaria en el Misterio, no como cosa oculta de gnósticos, sino como milagro de amor para mi «big-bang cuántico», ícono de aquel amor trinitario que se comprendiera mejor en Pentecostés.

Alvarez: ?Además de esto, quiero aclarar dos afirmaciones que hice correctamente, pero que pueden ser malinterpretadas: Al escribir yo que el relato de Adán y Eva comiendo del fruto prohibido en el Paraíso, no era una narración histórica, sino que sólo pretendía transmitir una enseñanza religiosa, algunos han pensado que yo negaba con ello la doctrina del pecado original. Por eso quiero aclarar, que nunca negué tal doctrina, sino que la sostengo y reafirmo, tal como enseña la Iglesia Católica.

Belderrain: en esto compartimos con Drewerman, que es la angustia común a todo hombre y la necesidad de dar un sentido a la vida, lo que mejor nos plantea la vigencia, y el seguir hablando de angustia o pecado original; sin esto, nos sumergiríamos en un optimismo evolucionista con pocas bases en los que nos acontece a todos los seres humanos.

Alvarez: ?Yo había afirmado en este espacio, que una vez muerto el ser humano, el alma no se separa del cuerpo. Que tal separación es una idea de la filosofía griega, que no aparece en el Nuevo Testamento, de donde tomamos el concepto de resurrección. También había afirmado que la resurrección se produce inmediatamente después de la muerte, porque después de la muerte no hay tiempo que esperar??.

Sin embargo, esto no coincide con las enseñanzas de la Iglesia Católica, de que, al morir, se produce la separación del alma y del cuerpo, y mientras el cuerpo cae en corrupción, el alma va al encuentro de Dios en espera de reunirse con su cuerpo glorificado (CIC 997).

Por lo tanto me retracto de estas afirmaciones, que no están de acuerdo con lo que actualmente enseña la Iglesia Católica.

Belderrain: Pensar con qué paisaje ecológico vamos a la otra vida, sugiere las más vastas fantasías; quisiéramos tener nuestro mejor cuerpo en nuestra mejor performance intelectual, y en esto, cuánto nos ha ayudado la pintura religiosa, y cuánto, aporta la plástica anticlerical de León Ferrari, para pensar modelos plausibles como señala Brunero en la revista Criterio.

?La prensa insistió en las sartenes o licuadoras con imágenes religiosas de yeso y muchos creyeron ver blasfemia sin detenerse a leer los cuestionamientos que el autor hace a determinada visión del infierno que ciertos sectores de nuestra Iglesia han sostenido.

Plantear que Dios o María se ofendan por ello es tener una imagen, al menos, no-evangélica del Ser Supremo y su Madre. Seguramente nos cuestionarán cuando lleguemos al Juicio: no haber defendido, no defender hoy mismo, a cada ser humano vulnerado en su dignidad.??

Agradecemos a Alvarez el habernos estimulado y a prevenirnos en el abrazo a las nuevas culturas emergentes y no engancharnos con los neofundamentalismos posmodernos ya sea de corte rastauracionistas o populistas. Frente a una pastoral europea ?a mi juicio decadente- que busca las «monjas bellas» para decir que no somos tan débiles, viene bien relatos de Jesús y de lo humano menos «superstar» Creo que Alvarez, con su trabajo intelectual, nos está estimulando a proponer nuevos metarrelatos, que, como dijera el filósofo Mario Casalla, puedan enamorar «el tiempo», sin liturgias precedidas por showman que curan y que sólo por eso se creen parecidos a Jesús.

Se trata de optimizar la imaginería, imaginándonos algo mejor en la experiencia del caminar cristiano que tengo menos de cuento de hadas y no por eso esté privado de aquel sano encantamiento de nuestros mitos.

(*) Padre Dr. Leonardo Belderrain, Bioeticista,
Capilla Santa Elena, Parque Pereyra Iraola.
Leonardobelderrain@ciudad.com.ar
Teléfono 0221-15-4-208-913 0221-4731674
Diócesis de Quilmes