J. Mª Arizmendiarreta -- Gabriel Mª Otalora

0
27

Enviado a la página web de Redes Cristianas

Ahora que se cumple el primer centenario del nacimiento de este adelantado a su tiempo, no quiero dejar pasar la efeméride para reflexionar con los lectores sobre la singularidad del personaje. Algunos damos por sentado que su figura es bien conocida vista la magnitud de su trabajo; y porque insistía machaconamente en las ideas fundamentales de su ideario. Pero no sé yo si pasaría la prueba de saber quién fue José María Arizmendiarreta a la puerta de un centro universitario o de una escuela de formación profesional.

Fue un sacerdote metido a impulsor del cooperativismo vasco y un gran pensador humanista que trabajó a destajo por mejorar el país desde su involucración en la mejora de la calidad de vida de las personas. Las personas son lo más importante para él, lo que impulsó la raíz del desarrollo del cooperativismo vasco. Tan es así, que sus aciertos se han visto mejor cuando las personas han dejado de ser el epicentro del modelo cooperativo que él impulsó, por primar otras facetas donde la corresponsabilidad solidaria ya no es esencial. La práctica del modelo se ha resentido desde sus fundamentos al frotarse con el modelo neoliberal. Cuando la dignidad del ser humano era el objetivo central, se pudo levantar aquél modelo económico solidario que ha sido ejemplo y admiración en medio mundo y todavía mantiene sus esencias.

Arizmendiarreta vino a ser pionero de la cultura de los valores, que pronto se percató de que, aquello que vivas y hagas, eso eres. En estos tiempos en que lo espiritual no tiene valor, y menos todavía si es religioso, los resultados del modelo neoliberal tan injusto le dan la razón a nuestro curilla de Markina-Xemein, revolucionario en su sentido más transformador del término. La cultura de los valores humanistas que él lideró generaron unos comportamientos capaces de construir algo completamente novedoso, aunque las cooperativas como figura mercantil no lo sean. El origen cercano de los movimientos cooperativos se encuentra en la Revolución Industrial, pero tiene sus antecedentes históricos en las primeras etapas de la civilización. La novedad que Arizmendiarreta introdujo fueron las actitudes que promovió y le dieron ese carácter tremendamente singular al movimiento cooperativo en torno a aquél Mondragón de apenas siete mil habitantes.

Frente a la lucha de clases, lideró la actitud de colaboración entre personas como un modo de sentirse responsables del mundo que les rodea, con exigencias éticas concretadas en valores que conllevaban un desarrollo práctico concreto. Quiero destacar aquí el ejemplo que irradió en un mundo necesitado, también entonces, de colaboración y confianza. Sobre todo con aquellos jóvenes desnortados a los que tanto ayudó a salir adelante. Fue un visionario en su manera de entender el trabajo humanizado desde la cooperación. Las técnicas de dirección de empresa, profundamente autoritarias en su tiempo, han evolucionado hasta darle la razón y reclamar el liderazgo de servicio. Con varias décadas de retraso sobre Arizmendiarreta, las formas de gestión más avanzadas ofrecen a las organizaciones poner en el centro de la gestión a las personas para lograr el éxito, centrados en la motivación, su integración y desarrollo desde el trabajo en equipo.

Su vida fue recia, pero vivida de manera humilde; y ahora está en curso el proceso de su canonización como referente cristiano gracias a un grupo de laicos, cosa nada habitual. Desde aquél 5 de febrero de 1941 en que llega a Arrasate-Mondragón destinado como sacerdote sin que nadie le espera al bajar del tren, en medio de aquellas tensiones sociales y políticas, se hizo fuerte a base de ideas, coraje, ejemplo y de muchas iniciativas llenas de tesón y amor que inoculaba a sus nuevos conciudadanos.

Fue un emprendedor especial en medio de aquél mundo mercantil, logrando el objetivo del desarrollo de las personas y de las empresas haciendo realidad su lema de ?Transformar la empresa para transformar la sociedad??. Lo hizo posible, y lo logró bien cerca nuestro.