Decenas de miles de italianos se congregaron ayer sábado, bajo estricto control policial, para protestar contra la planeada expansión de una base del Ejército de Estados Unidos que provoca una fuerte oposición y divide al gobierno de centroizquierda.
Los izquierdistas que el año pasado votaron por el primer ministro Romano Prodi, un opositor a la guerra en Irak, llegaron en masa para rechazar la aprobación del Gobierno a los planes estadounidenses de extender una base militar en la ciudad de Vicenza, sede de la Brigada Aérea 173.
Los pacifistas llevaron pancartas con arco iris dibujados mientras algunos manifestantes mostraron consignas anti estadounidenses como «Yankis, Vayánse a Casa».
«No hay razón para tener esta base aquí», dijo Antonio Faitta, un jardinero de 25 años que viajó desde Genoa.
El primer ministro italiano, Romano Prodi, pidió a los manifestantes que evitaran la violencia, tras la advertencia del ministro del Interior italiano de que la marcha, que comenzo a tempranas horas de la tarde de ayer podría atraer a personas «hostiles a las fuerzas de la ley y el orden».