INDIGNA A VÍCTIMAS FALLO SOBRE MACIEL

0
51

El Porvenir (Mexico)

El comunicado de la Santa Sede sobre el caso de Marcial Maciel Degollado provocó el enojo de algunos de los primeros denunciantes sobre los abusos sexuales que cometió en su contra el fundador de los Legionarios de Cristo.

A tal grado que determinaron presentar el caso ante una instancia internacional de derechos humanos para alcanzar justicia.

José Barba, Saúl Barrales, Juan José Vaca y Arturo Jurado, acompañados por el ex sacerdote Alberto Athié, consideraron que el mensaje difundido de manera oficial por la oficina de prensa del Vaticano, y del cual se enteraron de manera indirecta por los medios informativos, es el resultado de una ?negociación entre la autoridad de Roma, representada por el cardenal William J. Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe , y el sacerdote Macial, para darle una salida que beneficie a las dos partes??, y da por concluido el caso.

La falta de severidad del cardenal Levada sobre las aciones cometidas con Maciel saltan a la vista para la parte ofendida por el Legionario de Cristo, si se compara la primera sentencia que aplicó al frente de su dicasterio, el 19 de julio de 2005, contra el fundador de la Congregación de los Siervos del Corazón Inmaculado de María, el padre Luigi Burresi y la conducta cometida por el sacerdote Marcial.

Para el primer caso, el prefecto emitió un decreto donde especifica ampliamente las sanciones canónicas a que se hizo acreedor el italiano de 74 años, por abusos en las confesiones y en la dirección espiritual de la orden, más vejaciones sexuales ?éstas últimas citadas de manera extraoficial por fuentes de la Santa Sede ?contra antiguos discípulos o seminaristas durante los años 1970 y 80s.

En cambio, para el caso del religioso mexicano emitió un comunicado de tan sólo cinco párrafos.

Anunció que no se abrirá un proceso canónico en su contra por motivos de edad avanzada (tiene 85 años) y por s ?débil salud??.

Y le invita a llevar una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público.

Es decir Roma nunca asume que siguió un juicio en su contra, ni le dicta sentencia.

Ni siquiera admite que a Maciel se le denunció por absolución de cómplice, el ilícito que nunca prescribe para la Iglesia Católica y que implica la máxima pena: la excomunión.

Nadie, explicó el profesor Juan José Vaca, puede abusar de alguien, confesarlo, absolverlo y mandarlo a comulgar.

Eso implica la absolución cómplice y por lo tanto se le debió ?rebajar al estado laical??, y así debió informarse desde el Vaticano.

?Que no nos vengan ahora con el cuento de que la praxis de la Santa Sede ahora es que cuando uno tiene edad avanzada ya no se le sanciona??, sentenció Barrales.