Durante la noche del viernes fuerte impacto causó la Homilía del Obispo Alvaro Leonel Ramazzini de Guatemala, leída por problemas de salud, por su compañero Monseñor Julio Cabrera.
Esta profética Homilía fue dirigida en la Eucaristía del día viernes 25 a todos los participantes de la V Conferencia y a la cual se hizo alusión en las sesiones de la sala de prensa y otras instancias.
Su texto analiza la relación de Pedro con Jesús, luego de haberlo negado tres veces y la afirmación a su triple pregunta. Pedro, ¿Me amas? “…reparando así su triple negación durante la Pasión del Señor.
Las preguntas vienen después que el Señor les ha preparado unas brasas, un pez sobre ellas y pan. Es Pedro mismo quien ha sacado la red a tierra, llena de 153 peces grandes, símbolo de los futuros discípulos de Jesús. Este pasaje se ha interpretado normalmente en referencia personal a Pedro, y se ha singularizado su aplicación a su sucesor, el Papa.
Sin embargo, nada impide ver en estas declaraciones de amor, a las que sigue el encargo de Jesús a Pedro de cuidar y apacentar sus ovejas, el fundamento del ministerio pastoral en la Iglesia, comenzando por el ministerio episcopal”.
Luego de una reflexión, el obispo Julio Cabrera continua “Hemos venido a Aparecida porque queremos decirle al mundo entero que estamos convencidos que solamente la sabiduría y la fuerza del amor, que es Dios, mismo, reorientará el rumbo de la historia, y vencerá el odio, la violencia, la injusticia y la mentira.
Pero el mundo de hoy, más que palabras, necesita de hechos. Ya lo dice el refrán: obras son amores y no buenas razones. Y ahí entramos nosotros.” Más adelante el Obispo afirma…. “Si seguimos manteniendo en nuestras relaciones interpersonales el formalismo y el protocolo de los títulos en lugar del protocolo de la hermandad verdadera, llamándonos de corazón hermanos, amigos, ¿podemos decirle al Señor que lo amamos?
Si no nos comprometemos activamente a ayudar a eliminar las causas por las cuales millones de personas mueren de hambre y de frío, o viven en condiciones inhumanas, o tienen que emigrar a otros países, porque en el propio no encuentra lo que necesita para vivir dignamente,…Si somos rígidos, y duros en nuestros juicios contra aquellos que consideramos pecadores, heterodoxos, y los condenamos y discriminamos: si hacemos del monólogo nuestra herramienta preferida…¿Podemos decirle a Jesús que lo amamos?”.
Y finaliza; “ Para Pablo, como para otros muchos testigos de la fe en nuestro querido continente incluidos aquellos obispos que dieron su vida por El y, quisiera recordar hoy de manera especial a dos obispos centroamericanos, Mons. Oscar Arnulfo Romero y Mons. Juan Gerardi Conedera, su vida fue Cristo y por El dieron su vida. Que Jesús nos dé la fuerza para hacer lo mismo”.