Ginebra: en la Plaza de las Naciones -- Jacques Gaillot, obispop de Partenia

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Partenia

Cada día, ciudadanos iraníes y familias de residentes de la ciudad de Achraf en Irak, se congregan en la Plaza de las Naciones, delante de la sede de la ONU, en Ginebra. De sol a sol, organizan sentadas, intervenciones de palabra y música.

La ciudad de Achraf se encuentra al noreste de Bagdad. Desde hace unos veinte años, viven allí 3.500 oponentes iraníes en familia. No tienen armas, trabajan y son bien considerados por la población civil y los jefes de tribus. Les ampara el cuarto convenio de Ginebra y su protección incumbe a las fuerzas multinacionales.
Pero el régimen de Teherán, que nunca aceptó este foco de resistencia en Irak, está incrementando ahora las presiones ante el gobierno iraquí para que sean entregados a Irán. En una declaración oficial, Bagdad anunció su intención de expulsarlos. Sería una catástrofe cuando se sabe como trata Teherán a sus oponentes.

Este es el contexto de mi invitación urgente a Ginebra, entre dos trenes. Un centenar de iraníes están en la Plaza de las naciones, con sombrillas amarillas, por el sol abrasador. Conozco a la mayoría de estos oponentes, entre ellos se encuentran mujeres que han perdido a sus hijos en las cárceles iraníes. Tomo la palabra, junto con algunos invitados llegados del extranjero. Los medios de comunicación están presentes.

« Yo soy también su amigo en los días amargos. Brindándoles mi solidaridad, se la brindo a los habitantes de Achraf. Ellos saben que estamos ahí con ellos, para ellos. Lo que les hace sufrir nos hace sufrir. Le pedimos al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que está muy cerca de aquí, que intervenga directamente para garantizar la seguridad de Achraf y la protección de sus habitantes.»
El CICR recibirá una delegación a lo largo de la tarde.