Genocidio en México -- Gabriel Sánchez (Montevideo-Uruguay)

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En medio de este mar de angustia cuya marea crece en torno a ti, en medio de esa gente que muere de hambre, de esos cuerpos amontonados en las minas y esos cadáveres mutilados yaciendo a montones en las barricadas… Tú no puedes permanecer neutral; vendrás y tomarás el partido de los oprimidos, porque sabes que lo bello y lo sublime -como tú mismo- está del lado de aquellos que luchan por la luz, por la humanidad, por la justicia. El príncipe[] Piotr Alekséyevich Kropotkin

Montevideo, 1 de marzo de 2011 ? Hemos recibido de un queridísimo hermano Mexicano, que nosotros entendemos hoy exilado por la dictadura del Narcogobierno de Calderón, este desgarrante testimonio, si ustedes entran a la pagina, cosa que recomendamos vivamente, verán un rosario de situaciones terribles, en donde la vida del pueblo de a pie, no tiene ningún valor y las fuerzas de seguridad y el ejercito mexicano, actúan con tal impunidad y saña asesina, que no podemos hablar de dos fenómenos distintos el ejercito por un lado y los sicarios del crimen organizados por el otro, parecen actuar al unísono, hoy los narcotraficantes no sólo se han comprado al ejercito y han puesto en el poder a sus políticos, sino que han logrado un narcoestado, en donde la democracias cayó, en donde la leyes y la constitución no se aplican, en donde los jueces actúan con tal parcialidad y negligencia que existe para el pueblo sencillo una verdadera denegatoria de justicia, hemos pegado el articulo completo de la tragedia de esta mujer, madre y abuela??.relatando el martirio de esta familia sencilla de trabajadores (panaderos), asesinados uno por uno??la hemos pegado completo y les pedimos que con los ojos de padres, madres, hermanos, hijos, nietos, que ustedes son, lean cada párrafo, necesitamos pensar y hacer algo??necesitamos de alguna manera hacer llegar nuestra solidaridad??pero le pedimos que entienda que esta tragedia hoy recorre muchas familias e incluso poblaciones invadidas y destruidas por el narcotráfico, con la prescindencia y negligencia en la aplicación de justicia de toda la institucionalidad del Estados de México??

Agresiones cotidianas / Blog de Sanjuana Martínez
Los Reyes
Sara Salazar de Reyes

Sara Salazar de Reyes no ha dejado de cavar tumbas desde hace un año. Primero le mataron a su nieto Julio César de 15 años. Los militares, los paramilitares, los escuadrones de la muerte, valga la redundancia, lo secuestraron y lo mataron. A partir de entonces alzo la voz para denunciar esa atrocidad y sus visitas al cementerio aumentaron: ha enterrado ya a cuatro hijos, un nieto más y una nuera.

Ha llorado tanto, llora siempre. Las lágrimas no las puede contener. Va vestida de negro, ese color maldito que no se puede quitar de encima. La desgracia se ha cebado con su familia. La desgracia de pertenecer a un país como México donde la impunidad militar esta por encima de todo; donde los escuadrones de la muerte actúan bajo la atenta mirada del Estado.

Tiene 76 años y no piensa callar. Uno muere varias veces en la vida. Ella en 14 meses ha ido muriendo cada vez que sepulta a un miembro de su familia. Su cabello esta cubierto de canas y tiene un rostro endurecido por el infortunio y el desamparo; por el desprecio de este gobierno indolente.

Sara Salazar es una luchadora social y lo seguirá siendo. Es la matriarca de la familia Reyes cuyo activismo empezó en la década de los 70. No quiere irse del Poblado Juárez y Reforma del Municipio de Guadalupe, en el Valle de Juárez, Chihuahua donde vive, a pesar de las ofertas de asilo que ha recibido de diversos países. Allí seguirá. Allí se quedará. El destino, siempre es manifiesto.

Los Reyes son una familia de panaderos. Por azares del destino se empezaron a involucrar con denuncias por graves violaciones a los derechos humanos: desapariciones forzadas, ejecuciones, asesinatos de mujeres, corrupción policial, impunidad militar… No podían permanecer impasibles ante el atropello constante de las garantías individuales contra los ciudadanos del poblado donde radican. Tal vez, por eso, desde 1992 empezaron a recibir presiones y amenazas. A pesar de eso continuaron con su labor y en 2006 criticaron duramente el llamado Operativo Conjunto «Chihuahua» que ya ha registrado 150 casos de abusos militares.

Pero la desgracia en cascada llegó luego del asesinato de Julio César. A partir de allí, su madre Josefina Reyes no paró de exigir justicia y denunciar la impunidad del ejército mexicano. A consecuencia de eso le asesinaron otro hijo, Miguel Angel de 26 años. En ese momento a Josefina le dio un vuelco la vida. Dedicada a la panadería y a la venta de barbacoa en su casa, decidió instalar un comité de derechos humanos para denunciar los abusos de los militares en el poblado. Lo pagó caro. El 3 de enero del año pasado le dispararon 6 balazos en la cara, luego de pasar un reten militar. Los soldados habían allanado su casa en tres ocasiones y le habían advertido que se callara. No lo acepto. Haber guardado silencio hubiera significado convertirse en cómplice del asesinato de sus hijos.

El relevo de Josefina en la familia Reyes lo tomó entonces Rubén, fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y regidor en su municipio e integrante del llamado ?Gobierno Legítimo?? del líder político Andrés Manuel López Obrador. Rubén también era panadero y mientras se dirigía a comprar insumos básicos para su negocio fue ejecutado en plena calle a las 8 de la noche el 18 de agosto del año pasado.

Sara había enterrado a tres seres queridos y pensó que la pena era tan inmensa que ya no podía haber nada peor. Se equivocó. La saña, prepotencia e impunidad se cernían nuevamente sobre su familia que seguía denunciando los crímenes.

«A mí me matan en el camino porque no me voy a quedar en casa», repetía Sara quien a sus 76 años no dejaba de ir a oficinas gubernamentales a pedir justicia y reparación, sin saber que aún estaba por llegar lo peor.

En eso andaba con dos de sus hijos y su nuera cuando el pasado 7 de febrero entre las 6 y 7 de la tarde fueron detenidos cerca de su pueblo. Iban en una camioneta y los obligaron a bajar. Era un comando de hombres encapuchados fuertemente armados. Se llevaron a sus hijos Malena y Elías y a la esposa de este, Luisa Ornelas. Allí dejaron a Sara en la calle junto a su nietecito, ahogada en llanto y desesperación.

Empezó entonces una nueva lucha: la búsqueda de sus tres desaparecidos. Ella y su hija Marisela instalaron un plantón permanente en la subprocuraduría de Justicia de la zona norte de Chihuahua, Jorge González Nicolás. Durante dos semanas estuvo pidiendo ser atendida y el funcionario jamás se dignó a verla, mucho menos a ofrecerle una solución. Pidió a los medios difundir una carta donde con voz entrecortada pedía clemencia a los captores de sus familiares para que se los entregaran. Como respuesta le quemaron su casa esa misma noche.

Fue entonces cuando Sara y su hija Marisela decidieron viajar a la Ciudad de México para hacer el plantón afuera del Senado de la República. Allí estaban esperando noticias cuando el pasado viernes 25 de febrero les llegó la fatal noticia: el hallazgo de sus familiares, muertos, tirados en una carretera secundaria de Chihuahua.

Sara constataba así el exterminio paulatino de su familia por parte de fuerzas de seguridad del Estado; un Estado que no actuó nunca para resolver los crímenes porque es cómplice de esos grupos paramilitares, militares o policiales que violan la ley desapareciendo y ejecutando ciudadanos que se atreven a alzar la voz para denunciar abusos.

La historia de la familia Reyes demuestra que en México existe un modus operandi manejado desde el gobierno de Felipe Calderón y las fuerzas de seguridad, policial y militar que permite de manera sistemática violar derechos humanos, torturar, desaparecer y ejecutar ciudadanos.

Es muy grave, ver como ?comandos armados de encapuchados?? actúan bajo la negligencia dolosa, la connivencia y la complicidad del Estado. Y como el gobierno se justifica ante estas muertes argumentando que se trata de ?pleitos entre rivales?? o ?crímenes de la delincuencia organizada??.

Sara esta segura que no son omisiones del Estado. Que la matanza ominosa de su familia tiene el sello del gobierno: ?No merecían morir así?? pero sabemos que estamos en manos del gobierno, de unos criminales que hacen lo que les viene en gana??, dice sin dejar de llorar.

No hay consuelo para Sara. Viste de negro, ese color espectral que no la deja vivir en paz…

http://www.elboomeran.com/blog/175/agresiones-cotidianas-blog-de-/

Pero esta desgarrante y terrible historia que hoy se ha generalizado en México, nos habla de un sistema que no ofrece garantías al pueblo simple y sencillo?? Que debido a su connivencia, cuando no su pertenencia a las organizaciones criminales del narcotráfico el funcionariado político de México, son contumaces en evitar toda investigación, esto ha tomado tal estado de gravedad que ha trascendido a los niveles internacionales, justamente una serie de casos de asesinatos, a los que el narcogobierno de Calderón aplica su política de negarse a investigar, han sido llevados ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y esta ha fallado en estos casos llamando a responsabilidad al gobierno Mexicano??

?De diciembre de 2009 a diciembre de 2010, el Estado mexicano recibió cuatro sentencias contra soldados por abusos perpetrados en territorio guerrerense: la desaparición, en Atoyac, de Rosendo Radilla durante 1974 (diciembre de 2009); la violación sexual a las indígenas Inés Fernández Ortega y Valentina Rosendo Cantú ocurridas en 2002 (octubre de 2010), así como los tratos crueles e inhumanos infligidos a los ambientalistas Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera en 1999 (diciembre de 2010). En todas, la Corte ordena al Estado mexicano reformar el Código de Justicia Militar; en la última sostiene ?La jurisdicción militar no es fuero competente para investigar, y en su caso juzgar y sancionar, a los autores de las alegadas vulneraciones de derechos humanos, sino que el procesamiento de los responsables corresponde siempre a la justicia ordinaria.??*

Sin embargo como nos informa la periodista Gloria Leticia Díaz?? ?Pese a que las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra México en relaciones con las violaciones de derechos humanos cometidas por el Ejercito se acumulan, el gobierno de Felipe Calderón se niega a sancionar a los implicados.?? *

A pesar de las trampas que el gobierno hace, para evitar sacar de la jurisdicción de la justicia militar el juzgamiento de personal del ejercito (lo que garantiza la impunidad absoluta) de los casos de violación de derechos humanos, la corte ha sido claro, como nos lo indica Gloria Leticia Díaz ?Esta exclusión aplica no sólo para casos de tortura, desaparición forzada y violación sexual, sino a todas las violaciones de derechos humanos.??*

Ante esta contumacia de un gobierno que representa hoy más a los narcotraficantes que al pueblo mexicano, que incluso desacata el dictamen de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a tal punto que cada vez que una de estas sentencias internacionales salen, los sicarios del ejército, o del narcotráfico (tal vez sólo se cambian de ropa) asesinan a los auspiciantes de estos juicios, ya sean abogados de derechos humanos, a los denunciantes (normalmente familiares de victimas de esos incalificables crímenes) o a otros familiares del mismo, entendemos que en esta materia, el gobierno mexicano no tiene la capacidad, ni la voluntad de proteger a sus ciudadanía y se esta produciendo un verdadero genocidio de las personas honesta e integras de México en manos del ejercito y el crimen organizado, ante la denegatoria de justicia por la vía de los hechos, que el gobierno apaña, hasta el grado de desacatar el dictamen de una corte internacional, es que entendemos que como el caso de Libia, el caso de México debe tratado en el Consejo de Seguridad de la ONU, pues se esta ante un verdadero caso de genocidio justamente por la gravedad de los hechos y ante que más vidas valiosas se pierdan es que solicitamos que el Consejo de Seguridad de la ONU, tome las previsiones que sean necesarias, para que se garantice la vida, integridad física y seguridad del pueblo mexicano y se habilite para los juzgamientos de todo tipo de responsabilidades, en estos asesinatos en México, como delitos de Lesa Humanidad, y se denuncien los mismos ante la Corte Internacional de Justicia, para su juzgamiento ??así como quienes incurren en la concurrencia a los mismos, sea mediante la denegatoria de justicia que supone asegurar la impunidad dentro del territorio mexicano de estos crímenes eludiendo realizar la investigación, juicio, sentencia y cumplimiento de la penalización de los mismos??Para esto le solicitamos que escriba a la Corte Penal Internacional
* http://www.proceso.com.mx/rv/hemeroteca/detalleHemeroteca/153375

Al Corte Penal Internacional PPP@icc-cpi.int
A la Presidencia de México?? correofjch@presidencia.gob.mx.
A la ONU?? http://www.un.org/es/contactus/

(Información recibida de la Red MUndial de Comunidades Eclesiales de Base)