Gallardón le manda un claro «recado» a Rouco

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Religión Digital

Rouco3.bmpA la Iglesia Católica se le han acabado los privilegios en materia urbanística en la ciudad de Madrid. O al menos eso es lo que se desprende del anuncio que hizo ayer la concejal de Urbanismo, Pilar Martínez. Tras recordar que España es un estado laico, la concejal comunicó al Pleno que a partir de ahora, todos los terrenos que el Ayuntamiento ceda o permute con una institución religiosa deberán someterse a un concurso abierto en el que puedan participar todas las confesiones. La concejal dio a entender que se valoraría la viabilidad del proyecto y sus características en función del contexto en el que va a ubicarse.

Martínez respondía así a la pregunta del portavoz de IU, Ángel Pérez, sobre el convenio que el Ayuntamiento firmó con el Arzobispado en 1997 y por el cual cedía a la Iglesia 41 parcelas de suelo público (unos 80.000 metros cuadrados) a cambio de otras que sumaban 240.000 metros cuadrados en suelo rústico. Pérez pidió a que se reviertan esas cesiones tan poco ventajosas para el Ayuntamiento, que ha perdido con ellas unos 120 millones de euros en terrenos.

Martínez dio a entender que el convenio firmado por Álvarez del Manzano no era bueno para Madrid y aceptó que «comparte» el fondo de la iniciativa de Pérez. Pero el convenio, la asesoría jurídica del Ayuntamiento ya lo ha revisado, no es reversible. Por eso, anunció el nuevo modus operandi del Ayuntamiento. Pérez no quedó satisfecho y reclamó que las cesiones no se limiten a confesiones religiosas, sino que incluyan a colectivos sociales o equipamientos públicos necesarios en barrios.

En los mentidoeros eclesiásticos y políticos de Madrid se considera que ésta es la respuesta del alcalde Gallardón a la «bendición» del cardenal Rouco al núcleo duro de la Cope y, en concreto a Jiménez Losantos, al invitarlos a un Congreso sobre medios de comunicación del arzobispado de Madrid, que el propio cardenal va a presidir. Gallardón reprocha a Rouco que avale a Losantos en vísperas precisamente de que ambos se vean las caras en los juzgados. El cardenal se ha metido entre dos mihuras y puede salir corneado.