Foro Mundial de Teología de Liberación, Belén, 24 de enero 2009: Sostenibiliad de la vida y espiritualidad guaraní -- Margot Bremer

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Los que pertenecemos a una sociedad que se llama democrática, desarrollada y civilizada, nos interpela profundamente el siguiente juicio de un cacique xavante:?…las multinacionales que vinieron aquí, no tienen pasión por la tierra. No aman a las plantas ni a los animales, aman al dinero.
Por eso, tampoco tienen pasión por el pueblo…??1 .

Estas palabras sencillas nos demuestran una vez más cómo el sistema económico actual puede deplazar las relaciones comunitarias y reemplazarlas por ambiciones de ganancia de dinero destructivas y destructoras. Ellas señalan la crisis existente de desequilibrio y desintegración en nuestra convivencia que reclama urgentemente la búsqueda de una alternativa, en concreto, de otra sociedad, más sostenible, la que Leonardo Boff caracteriza de la siguiente manera:?esta sociedad es sostenible cuando consigue atender a sus necesidades en un sentido integrador (holístico), manteniendo el capital natural con su capacidad de reposición, regeneración y co-evolución,
garantizando además las condiciones para que las generaciones futuras puedan también atender a sus propias necesidades??el ideal es llegar a un modo sostenible de vida que sea bueno para nosotros y para toda la cadena de la vida, desde los microorganismos, pasando por los vegetales y animales, hasta los seres más complejos, que somos los humanos.??

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No será facil alcanzar este idel porque ya estamos alzanzado por otro, ilustro con un ejemplo: en un taller con indígenas cristianos analizamos el clásico texto bíblico sobre el maná que relata: ?unos recogieron mucho, otros poco, pero cuando lo midieron, ni los que recogieron mucho, tenían de más,
ni los que recogieron poco, tenían de menos: todos tenían lo necesario para su sustento?? (Ex 16,17-18). Con nuestra mentalidad occidental, aunque alternativa, interpretamos a los que habían recogido mucho, como laboriosos
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1 Cumbre de la Tierra, Río de Janeiro, ECO ´92
2 Leonardo Boff, Florecer en el Yermo, Santander/España 2006, p.80
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2 que compartieron con los otros generosamente su ganancia. Pero los indígenas no lo interpretaron de esta manera: dijeron que aquellos que habían recogido mucho, no hicieron bien porque recogieron más de lo que necesitaban y por eso los otros ya no encontraban lo suficiente.
Estas dos interpretaciones nos confirman el abismo existente en nuestro Continente entre dos lógicas o visiones de vida totalmente antagónicos: una dominada por el afán de ganancia que instrumentaliza los recursos naturales, privatizándoles, contaminando y envenenando aire, agua, tierra y hasta la mente de la gente. La otra que veremos a través de la espiritualidad guaraní, que presentaremos a continuación.

Detrás de cada lógica de convivencia y relación hay una espiritualidad que las sostiene. He aquí algunos elementos fundamentales:

Espiritualidad guaraní de sostenibilidad
Los guaraníes kayová o paí tavyterá conciben -como todos los pueblos indígenas- a la tierra como generadora de vida y la celebran con la danza sagrada en la que las mujeres marcan el ritmo, golpeando con la takuara la tierra.

Explican los chamanes que ?las mujeres están más cerca de la vida; ellas saben que la tierra es la primera en producir vida; por eso, con sus golpes, ellas quieren despertar toda la vida que está durmiendo dentro de la tierra a fin de que germine y brote??

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Para todos los pueblos guaraníes5, la tierra es sagrada, no profana, porque está relacionada con la vida y da el sustento a sus pobladores. Por esta razón cuidan a la tierra, jamás la explotan por intereses de lucro; viven en y con ello un estilo de vida austero, limitándose a lo necesario (existen mitos en su defensa) para poder intensificar de esta manera sus relaciones solidarias en la comunidad.

. Sin embargo, ese modo de convivencia nunca fue valorado por nuestra sociedad. El diario de Cristóbal Colón del 11 de Octubre de 1492, nos lo

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4 Encuentro-Taller latinoamericano de Teología India, Asunción, Ykua Sati, mayo 2002
5 En Paraguay hoy encontramos mbya, ava, paí tavyterá, ñandeva, guarayos guaraníes. Todos
ellos llegaron hace más de 4 millones de años desde la cuenca amazónica a la cuenca de los ríos
Paraguay, Paraná y Uruguay y ocuparon allí las mejores tierras.
6 Cristóbal Colón, Los cuatro viajes; testamento, Madrid/España 1986, p.62/63

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confirma: ?(estas gentes) todo daban y tomaban de aquello que tenían, más me pareció que eran gente muy pobre de todo????6 Con esta conclusión suya, Colón ??encubría su propio descubrimiento?? como acertadamente dijo Bartomeu Meliá7.

Los pueblos guaraníes han encontrado en la naturaleza un inmenso ecosistema y una gran sabiduría respecto a sus interrelaciones. Su visión de la tierra en la indisoluble interrelación con la vida, es marcada por una espiritualidad llena de búsqueda, compenetración, admiración, respecto al
autor de toda la vida.

La tierra con su vida es su lugar de encuentro con Dios. Como maestros y expertos en la interrelación entre seres humanos, naturaleza y Dios (visión ecoteándrica), ellos procuran definir y redefinir su lugar delante, con y entre todo lo creado, relacionándose con Nuestro Padre (?anderu, ?amandú,
?anderuvuzu). Esta espiritualidad de interrelación les posibilita, en situaciones de crisis, re-situarse en las coordinadas de tierra, cosmos, Dios y comunidad.

Pero la tierra cambia, es mutable e inestable. ?Esta tierra ocupada por el Guaraní es un lugar siempre amenazado por el desequilibrio entre la abundancia y la carencia?? dice B.Meliá8. La vida misma, la tierra, la convivencia, el cosmos, siempre corren peligro de desequilibrarse, ya que nuestra vida se realiza entre los extremos de vida y muerte, de abundancia y carencia, de inundación y sequía, de calor y frío, de enfermedad y salud, de paz y guerra, de explotación y cuidado, de luz y oscuridad, etc.

Siempre existían épocas de una verdadera ?divina abundancia??9 la que les ayudaba a desarrollar su extraordinaria hospitalidad, pero también había épocas de extrema carencia.

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7 Bartomeu Meliá: En busca de una teología indígena (a partir de una experiencia guaraní),
apuntes, Charagua, Bolivia dic.1992, p.2
8 Bartomeu Meliá, La tierra sin mal de los guaraní, Suplemento Antropológico, Asunción, 1987,
p.83
9 Ya los primeros europeos que entraron en contactos con los guaraníes de esta región, se
sorprendieron de la ?divina abundancia??, término usado por Ulrico Schmidl y Alvar Nuñez Cabeza de
Vaca en sus relatos.
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Así como entre los guaraníes existe un concepto de la tierra sin Mal, así hay también una conciencia de la inestabilidad de una tierra que rápidamente se puede llenar con Males:??la destrucción está siempre en el horizonte??10

El desequilibrio puede tener diferentes causas: sequía, inundación, huracanes, grandes quemazones, pero también el agotamiento del suelo, desequilibrios ecológicos los que contagian e influyen en el desequilibrio de la convivencia humana. El mal sobre la tierra puede venir también de un enemigo de afuera11. El mal mayor es la imposibilidad de celebrar la fiesta con su correspondiente convite, ya que en estos momentos se realiza la plenitud de la vida guaraní.

El conocido mito guaraní de los gemelos -en su variante concreta de los apapokuva-12 nos relata que ?amandu, al crear el mundo, ató dos palos en forma de cruz y sobre ése ?fundó?? la tierra. Esta cruz puede ser interpretada como fundamento constitutivo de esta tierra: un equilibrio armónico de
convivencia entre tierra y hombres, con otras palabras, la tierra es el sustentáculo de una vida en reciprocidad entre la naturaleza y vida humana.

Un consejo guaraní nos refleja la conciencia de esta responsabilidad:?Habiendo conseguido la plenitud de tus frutos, darás de comer de ellos a todos tus vecinos sin excepción. Los frutos perfectos se
producen para que de ellos coman todos, y no para que sean objetos de tacañería. Dando de comer a todos, sólo así, viendo nuestro Padre nuestro amor a todos, alargará nuestros días para que podamos sembrar repetidas veces??12 El día que se rompa este equilibrio en la convivencia eco-humana, el
Creador tendrá que sacar la cruz, que implicaría la destrucción del mundo.

Este principio sagrado de la tierra, los guaraníes lo observan y respetan hasta hoy. ?Si ustedes destruyen nuestro monte nos destruyen a nosotros mismos y también a ?amandu??, dijo el maestro Porfirio categóricamente en una reunión (Asunción, 12 de febrero 2006). Un reciente manifiesto guaraní lo

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1 0 Bartomeu Meliá,La Tierra sin Mal de los Guaraní, economía y profecía, en: Suplemento
Antropológico 1987, p.83
1 1 Por ejemplo por el sistema de la encomienda que transforma el concepto de usufructo en
propiedad privada, o loteamiento y titulación de terrenos limitados
1 2 cf. Nimuendaju (Curt Unkel), Los Mitos de la Creación y de Destrucción del mundo como
fundamentos de la Religión de los Apapokuva-Guaraní, Lima/Peru 1987
1 2 León Cadogan, Ayvu Rapytá, Textos Míticos de los Mbya-Guaraní del Guairá, reedición de
Bartomeu Meliá, Asunción 1997, p.213

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confirma: ?Nosotros somos de la tierra, a ella pertenecemos, ella nos recibe al morir, nunca la tierra será nuestra como nosotros de ella??.13 Tenemos aquí una espiritualidad de reciprocidad que se manifiesta en la vida guaraní en todos los niveles: en el trabajo mediante la minga, en la economía mediante el jopoi, en la toma de decisiones mediante el consenso, en la educación mediante el aprendizaje mutuo, etc. Justamente la diversidad de dones, productos, seres vivientes y personas humanas, posibilita en la práctica de la reciprocidad, atender a todas las necesidades de la
comunidad. La reciprocidad es concebida por las culturas indígenas desde el reconocimiento de la diversidad existente, acogida como algo constitutivo e inherente a la tierra. Desde esta realidad han sabido tejer una red de interrelaciones equilibradas entre las diversidades. Muchas comunidades
indígenas conservan y observan hasta hoy estos saberes para mantener la sostenibilidad en el uso de sus recursos energéticos, curativos y alimenticios etc. Saber e integrar la inmensa diversidad de vida que les rodea en una especie de ?comunidad cósmica??, es fruto de su espiritualidad. La reciprocidad no la practican solamente a nivel espacial sino también a nivel temporal, pues desde las últimas raíces de su ser guaraní que se plasma en los mitos, ellos son capaces de descubrir nuevos horizontes.

Reestablecer y mantener el equilibrio en la vida comunitaria va unido con el modo de relacionarse con la vida de la tierra. Los árboles, las plantas y todos los animales tienen espíritus protectores a los que los seres humanos deben pedir permiso antes de intervenir en sus protegidos. Es la misma naturaleza la que les enseña a los que conviven con ella, hacerse espirituales.

Esta espiritualidad tan particular se encuentra reflejada también en el término tekoha que significa en guaraní ?modo de ser, de estar, sistema, ley, cultura, norma, comportamiento, hábito, condición, costumbre??14. Se trata de una identidad espiritual que sabe integrar todos los aspectos importantes
de su vida con la tierra concreta en donde acontece la cotidianidad de su vida.

Una de las fuentes más ricas que alimentan la espiritualidad guaraní, es el mito de la búsqueda de la Tierra sin Mal (yvy marane?y) que orienta su

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1 3 Consejo de ancianos indígenas en un manifiesto Tekojoja añetegua (Bienestar verdadero)
1 4 Montoya, Tesoro de la lengua guaraní 1639, f.363
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caminar en la vida hacia la plenitud. Pues así como la tierra llega solamente a su plenitud en una convivencia armoniosa con los seres humanos, así también las personas humanas llegan únicamente a la plenitud en una convivencia armoniosa con la tierra. Saber convivir con la tierra en reciprocidad, es su principio de sostenibilidad (ñandereko) del que emerge esta profunda espiritualidad guaraní.
Muchos son los mitos guaraníes que invitan volver a la génesis de aquella tierra que ?amandu había soñado al crearla; estos mitos orientan a los guaraníes, especialmente en situaciones de crisis, a renovar su búsqueda de la tierra sin Mal

Conclusión
En la espiritualidad guaraní el modo de vivir está sostenido por una relación de reciprocidad con la tierra que busca siempre de nuevo el equilibrio perfecto en la convivencia eco-humana. Los guaraníes no son antropocéntricos, sino se conciben como parte de la naturaleza y del cosmos:
?Pertenecemos más a la tierra que ella a nosotros??. Ellos están conscientes que la tierra puede vivir sin ellos, pero ellos no sin la tierra. Conciben la vida en la interrelación trifacética entre Dios, la tierra y los seres humanos (relación ecoteándrica). La visión guaraní es totalmente biocéntrica. La
naturaleza les revela las leyes de vida y en ellas descubren la sabiduría y los designios divinos de sostener el equilibrio en su convivencia con la tierra. La estrecha relación de su vida con una tierra con inestabilidades y desequilibrios les somete a frecuentes renovaciones en su búsqueda de la tierra sin mal

Durante miles de años, los guaraníes han sacado del monte materiales sin perjudicar o alterar el eco-sistema. El mismo monte les inspiraba e invitaba a la sostenibilidad. Hoy ya hay pueblos indígenas que presentan públicamente su proyecto de sostenibilidad de la tierra. He aquí el ejemplo de la articulación de 390 pueblos amazónicos que presentan en su proyecto común Volviendo a la Maloca: su visión del buen vivir (sostenibilidad): ?Con nuestra visión del ?buen vivir??15 afirmamos nuestra alteridad a este sistema moderno desde nuestra manera milenaria de ocupar nuestro habitat. Es el
1 5 cf. las dos nuevas Constituciones latinoamericanas de 2008 que presentan como su Proyecto de
Vida el ?buen vivir??
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compromiso de nuestra vida temporal que sigue a miles de otras vidas en tiempos pasados, presentes y futuros y se inscribe en el cumplimiento de nuestro deber espiritual de salvaguardar nuestras tierras sagradas. Esta visión integral da sentido a los hombres y las mujeres de un pueblo en sus búsquedas del origen y del fin de la vida??. 16 Esta visión integradora e integral es fruto de una espiritualidad que la vida de la misma tierra les ha brindado.

Las dos recientes Constituciones de Ecuador y Bolivia son otros ejemplos más de la búsqueda de la tan necesaria sostenibilidad
Estamos en un buen momento, un kairós, de transformar nuestra mirada y buscar alternativas por caminos que menos hemos transitado, caminos milenarios que hoy nos ofrecen los pueblos indígenas con su espiritualidad acumulada y profundizada en resistencia pasiva de más de 500 años.

– Frente a la mercantilización de la tierra, la espiritualidad guaraní propone la sacralidad de la tierra.
– Frente a la homogeneización de culturas y pensamientos, la espiritualidad guaraní propone la complementariedad en la diversidad de vidas y culturas.
– Frente a la desintegración social y el creciente individualismo, la espiritualidad guaraní propone las interrelaciones y el sentido comunitario para llegar a la comunidad cósmica.
– Frente al consumismo, derroche y lujo a costa de la depredación de la naturaleza, la espiritualidad guaraní propone la austeridad y un vivir de lo necesario.

– Frente al desequilibrio social y ecológico, la espiritualidad guaraní propone la armonía en la convivencia con la tierra.

– Frente al status quo del bienestar de una sociedad, la espiritualidad guaraní propone estar en permanente camino de renovación.
– Frente a una actitud exclusivista y excluyente, la espiritualidad guaraní propone una actitud incluyente e integradora desde una visión holística.

1 6 ?Volviendo a la Maloca??, Proyecto de 390 Pueblos Indígenas de la Cuenca Amazónica
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– Frente a un eje etnocéntrico y antropocéntrico de la vida, la espiritualidad guaraní propone el eje cósmico.
– Frente a los megaproyectos de las multinacionales, la esperitualidad guaraní propone servirse en medida justa de lo que ofrece su medio ambiente local.
– Frente a un sistema que promueve la independencia económica de unos pocos, causando la dependencia de otros muchos, la espiritualidad guaraní propone la interdependencia entre todos.
– Frente al sueño de abundancia de capital, la espiritualidad guaraní propone la abundancia de vida que ?amandú manifiesta en la diversidad de vida (abundancia no es amontonamiento o acumulación
sino interrelación entre lo diverso para complementar y enriquecerse mutuamente).

Prestar oídos a esta propuesta de la espiritualidad guaraní significa desandar un camino que nos impuso un sistema y encauzar un camino nuevo, experimentado por miles de años en estas tierras de Abya Yala. No significa ningún retroceso en nuestro modo de concebir la vida, sino un avance. En un momento de cambio de épocas, la sostenibilidad del futuro está en las raíces sagradas del pasado.
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