La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, considera «incomprensible que alguien pueda objetar a educar a sus hijos en valores de ciudadanía». La vicepresidenta propone caminar hacia un estado «aconfesional», en que los asuntos religiosos no tengan «ningún tipo de influencia en los asuntos públicos».
La vicepresidenta del Ejecutivo destacó que los tribunales han dictado sentencias en distinto sentido sobre EpC, por lo que «al final tendrá que decidir el Tribunal Supremo». «Creo que es muy importante que haya una asignatura democrática que eduque a los jóvenes en los valores democráticos, como la convivencia, el respeto y el diálogo, y en la resolución de los conflictos a través de la palabra», añadió.
En cuanto a las relaciones con la Conferencia Episcopal, De la Vega manifestó que si los socialistas ganan las elecciones van a «mantener las relaciones que hemos mantenido siempre, utilizando el diálogo y el respeto». «De la misma manera que el Gobierno ha respetado a la Iglesia, exigimos que la Iglesia también respete al Gobierno», sentenció.
Además, la vicepresidenta del Ejecutivo abogó por caminar hacia un estado «aconfesional y laico», en la que los asuntos religiosos no tengan «ningún tipo de influencia en los asuntos públicos». «La Iglesia tiene su espacio, que es el ámbito de las relaciones religiosas con sus fieles, y el Gobierno tiene el ámbito de la política democrática de los ciudadanos», concluyó.