Páginas plasmadas con la sabiduría de los años y un mensaje polémico, pero lleno de esperanza para muchos. Así es ‘Religión sin magia’, el libro del teólogo y ex dirigente socialista, entre muchas otras cosas, Juan Luis Herrero.
-¿Quiénes son los agnósticos y cristianos sin iglesia a los que dedica el libro?
-Hay muchísima gente que ya no se siente a gusto dentro de esta estructura, y poco a poco la va dejando, se vacían las iglesias. Pero no pienso que por eso dejen de ser cristianos.
Y muchos agnósticos tienen en definitiva lo esencial de ser cristiano, que es el estilo de vida conforme al mensaje de Jesús: preocuparse por los demás, desde la propia mujer cuando se levanta con los rulos hasta los más pobres del Tercer Mundo. Se lo dedico porque creo que la Iglesia ha cometido una gran injusticia al obligar a que se marchen de casa. Yo estuve también dentro de las órdenes y esto es fruto de una vida de reflexión en la que he ido viendo, como dice el teólogo José María Castillo, que el evangelio seduce y la Iglesia repele.
-¿Qué ha hecho la Iglesia para que tanta gente la abandone?
-Fallar en lo que creyó que era su misión, nadie le mandaba ser redentora. Jesús provocó un movimiento de seguidores, pero Constantino en el siglo IV utilizó esa tendencia para dar estabilidad al Imperio. Automáticamente la contaminó, con el dinero y con el poder. Y así ha seguido y sigue.
-¿En qué momento la religión perdió la magia?
-El tema de la magia tiene conexión con la Ilustración. La Ilustración cayó en la cuenta de la autosuficiencia del cosmos no necesita ningún Dios mágico que lo esté moviendo. La magia es creer que con la oración podemos hacer a Dios cómplice de nuestros desastres, o para que nos libere de ellos. Esto tiene una influencia definitiva en la forma de ser persona y creyente, porque si no crees en ese dios mágico, te encuentras a la intemperie. Dios no va a venir a traer la lluvia.
-¿Qué futuro ve para la Iglesia?
-Eso lo está indicando la misma sociedad. Están vaciándose los templos, no hay vocaciones y la Iglesia se empeña en apuntalar los palos del sombrajo. Esta Iglesia hay que superarla, no valen reformas, es irreformable. No por mala voluntad de la gente, que hay mucha gente buena, incluso dentro de los obispos. Pero nunca ha respondido a lo que era el movimiento de seguidores de Jesús, que apostó fuerte por humanizar, por lo general ‘otro mundo posible’. Jesús tiene un mensaje poderosísimo, que ha sido encubierto y secuestrado por la Iglesia.
-¿Y después?
-Después de las religiones en general viene la espiritualidad solidaria, que en definitiva es mística y política. Es decir, ir a la raíz de las cosas, saber dónde se encuentra la felicidad y apostar por los demás, dar el pellejo por los demás. Eso es lo que nos transmite Jesús de Nazaret, como también lo hacen Confucio, Buda y tantos otros grandes hombres. La lucha de las religiones es algo absurdo. Démonos la mano todos, que hay demasiadas tareas urgentes como para embadurnanos en esas discusiones infantiles.
