«Queda mucho por hacer». ?sta es la conclusión a la que llegan tanto responsables católicos como de otras confesiones cristianas respecto al actual estado del diálogo ecuménico en nuestro país. Con motivo de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, distintas diócesis han organizado vigilias de oración en las que participan representantes de todas las confesiones cristianas, según cuenta Jesús Bastante en Abc.
En España, la presencia de evangélicos es muy minoritaria (algo más de un millón, frente a los 35 millones de católicos).
Pese a ello, responsables católicos y protestantes reconocen que los trabajos para una futura unidad, a diez años vista del quinto Centenario del comienzo de la Reforma planteada por Martín Lutero (con la presentación de sus famosas «95 tesis»), han quedado bloqueados, después del impulso que supuso el Vaticano II.
Mayor compromiso ecuménico
Con motivo de esta semana, la Conferencia Episcopal ha publicado un mensaje en el que aboga por «hacer crecer la comunión de las Iglesias en Europa» y por «un mayor compromiso» en la evangelización del Viejo Continente. Al tiempo, los obispos añaden que habrán de realizar cuanto esté en sus manos «para lograr que llegue el momento en que todas las Iglesias cristianas puedan reconocerse mutuamente como una sola comunión en la fe y una misma realidad». Pese a los importantes gestos llevados a cabo por Benedicto XVI, la realidad en nuestro país no deja mucha cabida a la esperanza. ABC ha sondeado el «estado de la cuestión» con Mariano Perrón, delegado de Ecumenismo del Arzobispado de Madrid, y con Pedro Tarquis, portavoz de la Alianza Evangélica Española.
Para Perrón, después de la «euforia a raíz del Vaticano II», los «fervores ecuménicos fueron decayendo en nuestro país». Aquellos años, en su opinión, supusieron «encuentro, diálogo y reconocimiento de comunidades que, durante siglos, habían mantenido una actitud de hostilidad mutua».
«Relaciones inexistentes»
Para el sacerdote, «en la actualidad, no se están afrontando acciones que nos comprometan conjuntamente. Sólo cuando veamos en serio peligro el derecho a la libertad religiosa, nos volveremos a unir frente a líneas ideológicas y políticas totalitarias».
Pedro Tarquis va más allá, denunciando que «el estado de las relaciones ecuménicas en España es prácticamente inexistente en cuanto a repercusión real». En su opinión, «las iglesias protestantes que tradicionalmente participan son poco representativas en número e influencia, y las que no lo hacen ven el ecumenismo de manera muy crítica».
Sobre la actitud de la igelsia católica, Tarquis sostiene que «lo ven como un trámite obligado, sin excluir que por ambos «bandos» hay personas convencidas y de buena voluntad».
Tarquis apunta que «no se ha avanzado casi en nada, salvo gestos de cara a la galería», y añade que «queda por hacer todo: fundamentalmente, establecer un diálogo real, al margen de los grandes intereses institucionales católicos y protestantes, y realmente centrados en lo que nos separa».
Sin embargo, Mariano Perrón considera que «se ha avanzado en la conciencia de que las comunidades cristianas somos una opción de vida o fe en una sociedad progresivamente secularizada, en la que se intenta borrar toda una historia de cultura, civilización y sentido vital heredada no sólo del cristianismo, sino de la tradición grecolatina». El responsable de Ecumenismo de Madrid sí coincide con el líder evangélico en considerar que «en España, queda mucho por hacer», como «superar la intolerancia que, desde cualquier perspectiva, política, social o religiosa, sigue existiendo».
«Por el camino que llevamos -tercia Pedro Tarquis- me parece iluso pensar en una unidad real. Siempre es posible el cambio, pero sabiendo que deben producirse dos cosas: una revolución en la forma de entender el ecumenismo y una evolución constructiva y constante en el diálogo a partir de esa revolución».
En cambio, Mariano Perrón es más optimista, y observa los pasos hacia la unidad como reconocimiento de «las paradojas y contradicciones de una historia que nos ha dividido y de la que, la mentablemente y sin culpa personal, somos herederos».
¿Es posible la unidad entre los cristianos? Con motivo de la Semana de Oración por la Unidad, ABC ha sondeado el estado del diálogo ecuménico en España. Las conclusiones no son muy esperanzadoras.