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Con este texto del Evangelio de Lucas comenzábamos hoy nuestra mañana en la cárcel de Navalcarnero, una mañana que prometia ser diferente a la de todas las mañanas de los sabados. Ibamos a tener una Eucaristia muy especial, íbamos a celebrar la misa como todos los sábados pero de modo diferente. Y los chavales como siempre nos han dado ejemplo y han entendido y entrado perfectamente en la celebración de la Eucaristia de este sábado.
Hace dos semanas tuvimos la campaña de Manos unidas en todas nuestras diócesis, y a nosotros se nos ocurrió que también podían participar en la campaña nuestros chavales de Navalcarnero. Sobre todo porque además los pobres y los necesitados de la calle, los de nuestro país y los de otros países, están siempre presentes en nuestras misas cada sábado, a través de las diferentes peticiones y oraciones que ellos van haciendo. Raro es el dia que algún no pide por la gente que pasa hambre, o los que están en paro, o los que no tienen casa; pero además están presentes porque muchos de los muchachos de la cárcel proceden de esos países, y o bien han vivido esa realidad en su infancia y juventud, o bien incluso la están viviendo también ahora, cuando llaman por teléfono a sus familias que están en sus países de orígenes. Los pobres por son parte de nuestras celebraciones. Y desde ahí se nos ocurrió la idea de que también podrían participar de modo directo en la campaña de manos unidas, es verdad que porque también ya se hacia en otra cárcel de Madrid, en la cárcel de Meco.
Los chavales de la cárcel en su mayoría no tienen dinero (peculio como se dice allí dentro) y por eso no podían participar de ese modo directo en la campaña. Pero si podían participar con lo que ellos tienen y tienen a reventar: su esfuerzo, su ilusión, su alegría, y su coraje; su empeño en conseguir las cosas a pesar de tantas dificultades y su esfuerzo que manifiestan cada dia a pesar de todo lo que tienen que vivir en la prisión. La idea era hacer una carrera solidaria a favor del proyecto diocesano de Getafe de Manos Unidas de este año. Nosotros conseguiríamos dinero de alguien o alguienes que nos patrocinaran la carrera, y los chavales aportarían su esfuerzo; ellos correrían en el campo de futbol y a la vez aportarían su dinero, porque cada vuelta al campo iba a tener un valor, según el dinero que consiguiéramos.
Nos parecía, una vez mas que era no aislar a los muchachos del mundo exterior ( que a veces por desgracia, bastante aislados están), y a la vez una manera de hacerles protagonistas de la vida de cada dia, y entre esa vida de cada dia también esta el problema del hambre y la necesidad en el mundo, y hacerles ver que ellos están privados de libertad pero mal o bien comen todos los días, y otros muchos millones de seres humanos no tienen lo necesario para vivir. Lo valoramos en el grupo, y como siempre por temor a que desde la dirección de la cárcel nos pusieran pegas, nos lanzamos a la aventura, también con mucha ilusión por nuestra parte.
Para que fuera mas fácil la aprobación desde la dirección pensamos hacerlo un sábado en la hora de las misas, además con la idea de decirles a los chavales que eso iba a ser la misa, que ese sábado íbamos a tener una misa especial: nos uníamos a la entrega de Jesus en la Eucaristia, hacíamos memoria del resucitado desde nuestra entrega y nuestro esfuerzo al servicio de los pobres, como que ese dia iban a ser los pobres protagonistas especiales, en aquel lugar ?de pobres??, donde nos reunimos cada sábado. Era descubrir que los pobres tenemos también que preocuparnos de los pobres, valga la redundancia. Y asi se lo planteamos también a la dirección. Con cierta alegría, nos dijeron desde el primer momento que sí, y asi lo hemos celebrado en esta mañana.
Confieso que estábamos también todos un poco nerviosos al principio por ver como iba a resultar la experiencia, porque era la primera vez, y como siempre de su resultado final nos jugábamos el que se pudiera volver a realizar en años sucesivos o no. Dudabamos también si hacerlo en el campo de futbol o en el polideportivo ( es verdad que desde el monitor deportivo del centro todo han sido facilidades para hacerlo, según el tiempo, donde nos viniera bien). Al final, como hacia un dia de sol aunque con un poco de frio lo hemos hecho en el campo de futbol.
A las diez, como cada dia, han venido los chavales de la primera misa, hoy estaban unos 45, y nos hemos reunido como siempre en la sala. Alli hemos explicado de nuevo la actividad, hemos leído un cuento, ?la piedra de sopa??, para hacerles caer en la cuenta de la importancia del compartir, y luego hemos leído también el mencionado texto de San Lucas, y les hemos repartido el numero de cuenta de Manos Unidas por si alguien también quería desde su peculio ingresar algo para el proyecto. Despues de explicar como iba a ser la carrera y de recibir la bendición de parte de Dios nuestro Padre (bendición que para mi significa siempre recibir el amor de parte de Dios, su abrazo, para poder transmitir también ese abrazo y ese amor siempre a los demás, hoy Dios nos envía a transmitir ese amor a los mas pobres del mundo, a los mas hambrientos a través de nuestro esfuerzo en la carrera solidaria), hemos ido en grupo al campo de futbol. Alli se habían preparado en cada esquina del campo las mesas con los controles para ir siguiendo el paso de los chavales.
Y enseguida, por grupos de diez, han empezado a correr. Desde el principio ha sido una gran fiesta, todos corrian o andaban a su aire, porque lo importante y lo buen era participar con nuestro esfuerzo; algunos mayores no podían correr, pero iban andando, otros corrian y andaban?? pero era la fiesta solidaria; todos animabamos, les apoyábamos, les dabamos caramelos y sonreímos, era una fiesta de alegría y de compartir. Ver sus caras, ver su alegría, ver su esfuerzo, ir hablando con algunos de ellos mientras caminaban dando la vuelta al campo?? era especialmente emotivo. Y, por qué no, había también una presencia especial del Dios de la vida, del Dios solidario, del Dios de Jesus que en aquel lugar sagrado de Navalcarnero de nuevo se nos ha hecho presente. No había mayores, ni jóvenes, ni enfermos??. Todos una vez mas eramos iguales, unidos a lo mismo y para lo mismo. Hemos estado como cuarenta minutos en la carrera, y cuando hemos terminado nos hemos reunido para valorar la experiencia y todos han coincidido en que había merecido la pena. Todos coincidían en que había sido un esfuerzo pero que les había gustado unirse a todos los mas pobres de la tierra.
De pronto, con toda naturalidad, Cesar, un muchacho con varios años de prisión a sus espaldas y al que le ingresamos 10 euros mensuales para sus gastos personales porque no tiene nada me ha dicho que el próximo mes no se lo ingresemos, que él quería darlo para el proyecto, y he recordado con alegría y confieso que entre lagrimas de emoción, la palabras de Jesus a la viuda con las que comenzaba este escrito: es verdad que Cesar en la cárcel tiene comida y sus necesidades mas primarias cubiertas, pero esos 10 euros son para gel, o pasta de dientes o algún café, y estaba renunciado a eso, y además con una sonrisa en los labios que siempre le caracteriza?? se me ha escapado como siempre alguna lagrima y he dado gracias profundamente a Dios por los pobres, por su vida, he dado gracias por aquel hombre que de nuevo me estaba diciendo que merecía la pena estar allí compartiendo nuestro tiempo con él?? y he dado gracias porque en esa Eucaristia de carrera se ha vuelto a hacer presente el mismo Jesus, como El sabe hacerse presente: entre los pobres, entre los que no cuentan, entre los presos?? de nuevo he descubierto que Navalcarnero era un lugar sagrado.
Hemos seguido comentando la experiencia con alegría y con entusiasmo. Hemos dado un aplauso a los pobres de Kenia a quienes iba dirigido el dinero de proyecto, unos pobres que ellos no conocen, pero a los que querían unirse, y yo les decía la semana pasada que era como cuando la gente de la parroquia nos da dinero o ropa para ?los chavales de la cárcel??, que dicen ellos, tampoco les conocen pero se hacen solidarios con ellos y comparten.
Ahora de nuevo los pobres, los crucificados por diferentes causas que estaban en la cárcel, se hacían solidarios con los pobres y crucificados de nuestro mundo. Era una ayuda de crucificado a crucificado. Y cuando ya se iban, de nuevo se me ha acercado otro muchacho, Carlos, un chaval toxicómano de hace muchos años, con mucha cárcel vivida y sufrida, a quien también ingresamos los 10 euros que me ha dicho lo de Cesar: yo no tengo nada pero este mes no me ingreséis los 10 euros, ya vere que hago yo, me decía, pero ellos tienen menos?? y esas palabras ?ellos tienen menos?? me han acompañado durante todo el dia, porque las decía alguien que, como la viuda, no daba lo que le sobraba como puedo dar yo, sino que las decía alguien que sabia lo que es la pobreza, la soledad y la cruz en toda su crueldad y dureza.
Le he dado un abrazo, y de nuevo con lagrimas en los ojos, le he dado las gracias; y él, con una sonrisa de oreja a oreja, me ha dicho que no tenia ninguna importancia, que hacia lo que tenia que hacer?? era compartir con alegría, era hacer realidad el mensaje de las bienaventuranzas ?Dichosos los pobres porque de ellos es el Reino de los cielos??, Carlos me demostraba que solo los que no tienen, los que no cuentan, los mas al margen de todo, son los que entienden de verdad el mensaje de Jesus, y de nuevo recordaba que estaba pisando la mejor de las catedrales del mundo, que aquel lugar llamado ?cárcel de Navalcarnero?? es el lugar sagrado por excelencia, que no hay sagrarios, que no hay imágenes, porque las imágenes y los sagrarios son cada una de las vidas de los que nos reunimos cada sábado en aquel lugar, para escuchar la Palabra de Dios y hacerla nuestra.
Javi, otro de los chavales, muy joven por cierto,que se marcha en libertad dentro de quince días, y que perdió a su madre hace un año, sin sitio donde ir, nos decía que él también había vivido de pequeño una infancia parecida a la de muchos niños de países pobres y que por eso se unia también mas a ellos; ojala que Javi, cuando salga además de que no vuelva a entrar encuentre un sentido para su vida, gente que le quiera y gente que le haga valorar que la vida merece la pena. Otros como Alfono, con una enfermedad mental terrible (hace unos días llego a clavarse un bolígrafo en la palma de la mano), decía que no podía correr porque le faltaba el aire, pero ha dado varias vueltas; Manuel, otros hombre mayor, con problemas de salud, también ha dado varias vueltas?? el crucificado vivo y resucitado se hacia presente entre los crucificados de navalcarnero.
Hacia las 11,30, y después de despedirnos como siempre con abrazos y con una sonrisa en los labios, se han marchado a sus modulos, para poder dar paso al otro grupo, a los otros modulos. Este segundo grupo es mas numeroso, había unos 70 muchachos; igual que antes nos hemos reunido en la sala, hemos motivado la ?misa?? de hoy, hemos leído el cuento de la ?piedra de sopa?? y el texto del Evangelio, y también les he dado la cuenta de manos unidas escrita y han sido muchos los que me han pedido el papel para poder ingresar dinero para el proyecto. Hemos ido al campo de futbol y de nuevo por grupos ha comenzado la carrera. Este grupo ha sido distinto, quizás porque los chavales de estos modulos están mucho mas deteriorados y muchos de ellos no pueden correr. Pero todos iban andando, incluso Juan, que lleva muletas ha ido caminando alrededor y ha dado varias vueltas. La alegría también brillaba en toda la carrera y todos tenían la ilusión de lo que estaban haciendo, había un clima especial de ilusión.
Se repartían caramelos, se sudaba, se reia?? era también la alegría del compartir y de que juntos podíamos hacer algo nuevo. Santi, como siempre a pesar de no poder correr por sus problemas de huesos ha dado varias vueltas andando, siempre con su sonrisa en los labios, y al llegar y al marcharse y despedirse siempre su fuerte abrazo, su abrazo de Dios, y sus palabras, gracias, gracias por venir, gracias por todo, gracias por lo que haceis por nosotros??
Hacia la una menos cuarto, hemos terminado la carrera de este segundo grupo, también la hemos revisado y todos han estado contentos por participar, también hemos dado un abrazo a los hermanos de Kenia a quien no conocíamos?? muchos han pedido el papel para ingresar dinero en la cuenta??y todos con alegría y con entusiasmo han vivido la experiencia, diciendo que había sido una misa muy especial, y muy bonita, y que había merecido la pena.
Cuando se han marchado , hemos recogido las cosas, y hemos ido todos los voluntarios por la M-30 hacia la calle todos coincidíamos en que el dia había sido muy especial, en que como siempre los chavales nos habían dado lecciones de participación, y de fe?? todos habían aportado su esfuerzo y su teson para la causa, incluso cuando muchos de ellos estaban terriblemente dañados en su cabeza o en su cuerpo. Nos volvíamos nosotros también contentos y llenos de esperanza. Nos volvíamos alegres porque Dios había estado en todo momento con nosotros. Hoy las palabras de la Eucaristia ?tomad y comed, tomad y bebed???? habían sonado de modo especial en nuestra cárcel, hoy había sonado como esfuerzo solidario a favor de los mas pobres.
Hoy el buen Dios también nos sonreía porque habíamos hecho de la solidaridad no un duelo como a veces hacemos, sino una fiesta; hoy habíamos hecho realidad el canto de la misa de niños ?la misa es una fiesta muy alegre, la misa es una fiesta con Jesus????; había sido una fiesta alegre de encuentro entre nosotros y de encuentro con Jesus. Recordaba las palabras de Monseñor Romero ?el hombre es tanto más hijo de Dios cuando mas hermano se hace de los hombres??; de nuevo habíamos vivido esta experiencia hoy en nuestra comunidad de Navalcarnero, de nuevo habíamos hecho la mejor consagración de la Eucaristia, de nuevo habíamos hecho memorial, presencia del Señor resucitado.
Y de nuevo habíamos experimentado las palabras de Jesus en el Evangelio ?lo que hicisteis a uno de estos hermanos mas pequeños a mi me lo hicisteis????, hoy habían sido los ?pequeños?? los que se lo habían hecho a ?los pequeños??, había sido una ayuda de pequeño a pequeño , de pobre a pobre, de crucificado a crucificado, pero una ayuda que una vez mas tenia mucho de pascua, porque desde ese lugar de muerte que es Navalcarnero, de nuevo había brotado, una mañana mas, LA VIDA.
Y esa vida contagiada es la vida que cada dia nos invita el mismo Dios a dar y a compartir, esa vida a veces machacada y deteriorada por el fracaso, por la miseria, por la pobreza, es la vida que tenemos que compartir. Y es que los chavales de Navalcarnero contagian cada dia mas vida, cada dia nos invitan mas a dar un sentido a nuestra propia vida, nos hacen descubrir lo bonito y lo mágico que es el hecho de vivir. Es como decía siempre, Jose, un chaval dominiciano, cuando nos reuníamos en la misa y llegaba el momento de al empezar ver de que podíamos dar gracias, siempre decía ?gracias porque estamos vivitos??, pues ese vivitos es lo que cada dia allí se nos transmite.
Porque el Dios ?vivito?? de Jesus de Nazaret pasa cada dia por esas rejas, por esos pasillos, por esos chavolos?? porque es el Dios que pasa además por tantos abrazos, por tantos sufrimientos, por tantos dolores, por tantos fracasos?? es el Dios crucificado y resucitado, es el Dios que les dice a las mujeres en la mañana de resurrección ?No esta aquí, ha resucitado, decid a los apostoles que yo les espero en Galilea????, es el Dios que cada sábado, que cada mañana, que cada dia, nos espera resucitado en la Galilea de Navalcarnero, y nos espera para hagamos extensible su bendición, su abrazo, entre ellos, entre nuestros chavales.
Pues, quizás sonara muy presuntuoso, pero esta noche siento que también ese Dios hoy nos da las gracias a todos, nos da las gracias desde navalcarnero, desde Galilea, desde Kenia, y nos dice lo que les dijo a sus primeros discípulos ?yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo??.
Navalcarnero 22 de Febrero de 2014