«La astucia puede tener vestidos,
pero a la verdad le gusta ir desnuda».
(Clérigo y escritor inglés ? 1609-1661
Antes de escuchar a Cipriani, suelo tomar una cucharita de agua de azar. ?¿Porqué lo escuchas, si no te gusta???, me dicen. – ¿Acaso puedo ser indiferente cuando se miente a la gente? Tengo una vocación de servicio a la verdad, porque es la verdad que hace libres. Llámese soberbia o celo para la causa de Cristo y el hombre, no me importa. Simplemente no puedo callar, lo que reboza mi corazón.
Ayer, domingo 30 de Julio, Cipriani, como siempre en sus misas platicando desde el trono, debajo de una mitra sobredimencional y con la Biblia abierta en la mano citó San Pablo: «Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos» (Ef 4, 5-6), y siguiendo de un solo aliento, como terminar la cita: ?…un solo representante de Jesús, el Papa en Roma??. No debe extrañar, si en el curso de 2000 años, líderes hambrientos de poder en la Iglesia, hayan introducido en la Escritura anexos apócrifas, como detectan hoy los estudiosos.
Dijo su ?Excelencia?? que la Iglesia Católica tiene una larga historia de servicio a la gente. Menciona, entre otros, el área de la educación. – ¿Y, la otra cara de la medalla? Teniendo el Palacio de la Inquisición delante de la nariz, libros de historia que atestiguan siglos entre cruzadas salvajes, guerras y persecuciones contra herejes, Judíos y supuestas brujas y científicos, evangelizaciones forzadas bajo cruz y espada, ¡que no se levante sobre otros!
No se niega que hubo en la Iglesia muchas obras de beneficencia, gente humilde y generosa. Sin embargo, ¡cuantas veces se la condiciona con la sumisión incondicional a sus dogmas y leyes hasta nuestros días, cuando, por ejemplo, no se reciben en colegios católicos niños no bautizados y/o confirmados, de parejas convivientes o de otras religiones! Donde la beneficencia humilla y esclaviza contradice el Espíritu del Evangelio.
?Al César, lo que es del Cesar, y a Dios, lo que es de Dios.?? ¿Qué quiere decir Jesús con estas palabras? Indica que no debe haber concordatos o alianzas con los poderes seculares entre Iglesia y Estado. Era una de las tentaciones de Jesús: arrodillarse ante los poderosos para para conseguir por medio de leyes y sanciones lo que debería lograr por la mística de la fe y del amor.. Es conocido que el Opus Dei en sus máximos exponentes cortejaba al Generalisimo Franco, a Pinochet, a Videla y a Fujimori, y fue bastante condescendiente con Hitler en su genocidio de Judíos. Cierto, Alan no es comparable con estos tiranos, pero se trata de principios cristianos para no dar espacio al espíritu de la Inquisición que jamás hubiese habido sin este matrimonio entre Iglesia y Estado que se inició con Constantino.
Dado el mundo como es, se necesita el poder de un gobierno secular que promueva la justicia y proteja del abuso con leyes y sanciones. Su tarea será tanto más viable y fácil, cuanto más cristianos auténticos hacen el bien desde su conciencia cristiana y sin presiones y represiones desde fuera y desde arriba. Siendo católico, se me hace cada vez más difícil exhibirlo, mientras en la gente exista una concepción generalizada que los evangélicos son más honestos y sinceros. Para ganarse la credibilidad no se requiere ornamentos largas y pesadas, mitras, tronos y báculos. Jesús nuestro camino rechazaba estas apariencias. La verdad se defiende por si sola. Basta que se la anuncie y se la viva.
Cipriani, haz caso al acordado en el Concilio Vaticano II. La Iglesia requiere una conversión constante. No compita con otras bajo categorías de poder y dominio sobre la gente, sino bajando del trono y comportándose como un sirviente. No te des de padre, jefe y maestro, no como ?dueño de nuestra fe, sino como servidor de nuestra alegría.?? El ?dueño?? es el Pueblo de Dios, el ?cuerpo de Cristo??. Esto es que Jesús y San Pablo nos dicen.
Finalmente los católicos deberíamos protestar contra la actitud del Cardenal cuando de ?mi catedral?? y cuando utiliza la casa de Dios y de sus hijos para exaltar y defender su persona.