Enviado a la página web de Redes Cristianas
El gobierno y el presidente de la república del Ecuador, Rafael Correa, decretaron ochos días de duelo en todo el territorio Ecuatoriano.
Hasta hace unas semanas, el ambiente político caldeaba por las marchas y protestas contra las medidas económicas y leyes laborales que se dictan a través de la Asamblea Constituyente.
En medio de la crisis económica que atravesamos y de manera especial sienten los sectores vulnerables, el día 16 de Abril a las l9 horas, nuestro país sufrió un terremoto de 7.8 grados, que destrozó la costa ecuatoriana de manera especial las provincias de Manabí, Esmeraldas, Guayas, y causó también daños en otras provincias de la sierra en donde sentimos el fuerte sacudón de larga duración, que dejó cuarteadas algunas paredes de las casas y edificios destrozados, de las ciudades y las provincias. Lo lamentable ha sido que ha causado 660 muertos, miles de heridos, cientos de familias sin vivienda, carreteras destrozadas, y otros daños urbanos y rurales.
Este terremoto, me hizo recordar que hace 67 años, cuando tenía la edad de 9 años, un fuerte temblor nos hizo salir a las calles, el epicentro fue en las ciudades de Ambato y Pelileo las cuales sufrieron el terremoto y fueron destruidas totalmente.
Ahora que conozco un poco la historia de nuestro País, me hace concluir que siempre hemos sufrido este fenómeno, de temblores, terremotos, erupciones, porque estamos ubicados en el llamado cinturón de fuego, que va desde California hasta la Patagonia, siendo una zona sísmica en donde ciudades y provincias corremos el riesgo de sufrir temblores y terremotos.
Basta recordar años atrás por ejemplo en la época Colonial en 1660 Quito sufrió un fuerte terremoto a causa de la erupción del volcán Pichincha. En 1755 Quito nuevamente tembló. En 1768 erupcionó el volcán Cotopaxi, en 1773 erupcionó el volcan Tungurahua. En 1797 hubo un fuerte terremoto en Riobamba, que destruyó la ciudad que tuvo que ser reubicada. Estos fenómenos naturales causaron pánico y desesperación lo cual era apaciguado con las procesiones que se hacían con la Virgen y el Santísimo sacramento. En todos estos actos la población de esa época respondió con la solidaridad inmediata, recogiendo limosnas, víveres, vituallas, medicinas (Jorge Núñez S. El cataclismo de 1797.Quito)
En épocas recientes hemos sido testigos de la erupción del volcán Pichincha en 1999, el Tungurahua, que desde el año de 2006, no para en erupciones periódicas. Y ahora el Cotopaxi que ha iniciado su proceso eruptivo.
En esta ocasión la solidaridad nacional se ha demostrado de manera heroica, todo el país se ha levantado con fuerza para socorrer a los damnificados. La solidaridad internacional ha sido generosa, se ha hecho presente con brigadistas, rescatistas, médicos, víveres, medicinas, carpas, dinero, el estado ha tomado la responsabilidad de administrar todas estas donaciones y atender organizadamente a los afectados. El día 26 de Abril, llegó el presidente de Colombia con un avión y un barco de toneladas de donaciones, el día 27 llegó el presidente de Bolivia con tres aviones de carga, de igual manera China también se hizo presente con un avión lleno de donaciones. El Papa Francisco ha hecho llegar su apoyo y solidaridad. Todas las naciones del continente se han hecho presentes al igual que del Norte, de Europa, y de Asia.
Cabe señalar que la demostración de las obras realizadas por todos los creyentes y no creyentes, demuestra la fe y filantropía de los pueblos hermanos. Los testimonios de quienes sufrieron el terremoto han sido; el Señor me dio el Señor me lo quitó. Estamos en la intemperie, pero nos cubre la providencia de Dios. Dios se ha manifestado para anunciar su presencia y el cuidado de la creación. Cuidemos a la Pacha mama para que no se recienta y no se produzcan estos fenómenos duros (Evo Morales en la zona del terremoto)
Comunicamos que hermanos miembros de nuestro Movimiento Yahuarcocha, que viven en Manabí, la provincia más afectada, han sufrido fuertes daños. Keny Vinces perdió a su esposa y dos hijos, Jorge Eguez, falleció. El grupo de Portoviejo atiende Misiones en cuatro centros. Las necesidades son grandes. Si en algo Podemos colaborar seria formidable.
El grupo coordinador de Quito ha entrado en campaña de recolección de víveres, medicinas, donaciones. Ha resuelto que Juan Bazurto, coodinador de Portoviejo- Manabi, y Mario Mullo, de Quito, realicen gestiones para abrir una cuenta de ahorros para recibir ayudas nacionales e internacionales.
Esperamos de vuestra buena voluntad y de las oraciones, porque todavía la tierra sigue temblando en esos lugares.
Quito, 27 de Abril de 2016