Umoya
Entre el 4 y el 7 de Junio 2009, ciudadanos de 27 estados miembros de la Unión Europea (UE), vamos a elegir a nuestros representantes en el Parlamente Europeo. Tenemos la sensación de que por parte de los medios de comunicación y de los propios políticos, no se ha prestado suficiente atención a la importancia capital que puede tener su voto, no solo dentro de la UE, sino para África y el mundo entero. Los 736 miembros que saldrán elegidos para 4 años extenderán su poder, no sólo en las políticas comerciales internacionales, sino en múltiples aspectos legislativos y financieros.
La red África-Europa, Fe y Justicia (AEFJN), ha elaborado un texto para que reflexionemos sobre varios de los aspectos que están en juego.
Cambio climático. Las consecuencias no son iguales para los ricos que para los pobres. Millones de pequeños agricultores y pescadores ven amenazada su seguridad alimentaria. La UE debería ser líder mundial en políticas que estimulen la sostenibilidad.
Transgénicos. La biodiversidad debe estar por encima del aprovechamiento económico. Una alimentación sana, debe utilizar con precaución los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) que además acrecientan la dependencia de las multinacionales.
Acceso universal al agua. Existe una iniciativa europea para el agua pero, vistos sus criterios económicos, no será raro que pase por encima de las necesidades de los que están privados de ella. Si es así, pueden frenarse las perspectivas de una paz internacional y regional.
Soberanía alimentaria. Para luchar contra el hambre en el mundo, las políticas europeas deben apoyar la agricultura familiar y garantizar el acceso equitativo, para todos, a los recursos económicos (tierra, agua, semillas, créditos, redes y mercados).
Derecho a los medicamentos básicos de calidad. Para ello la UE debe revisar ciertos aspectos de su política comercial, como los Derechos de Propiedad Intelectual (ADPIC), que minan los esfuerzos de los países en desarrollo, -poniendo en peligro la vida de centenares de miles de personas- y abrirse a los medicamentos básicos genéricos,
Derechos humanos, sociales, democráticos, culturales y medioambientales. La calidad de vida debe ser una medida prioritaria y, para garantizarla, la economía y el comercio deben estar al servicio de las personas, en cualquier lugar donde se viva.
Leyes comerciales basadas en principios de equidad y justicia, y que no favorezcan a las naciones ricas. La UE debe comprometerse a elaborar, para empresas y sociedades que establecen contratos con otros países, una reglamentación con criterios de igualdad.
Exportación de armas. El código de conducta obliga a todos los estados miembros, a velar por su cumplimiento. De todos es sabido la falta de control actual, la ausencia de transparencia que mantiene vivos los conflictos armados de tantos países. Es absolutamente necesario que nuestros futuros parlamentarios estén convencidos de que es preciso anteponer medios pacíficos en la resolución de conflictos, antes que recurrir a opciones militares, como está sucediendo ahora.
El agravamiento de la crisis financiera ahonda más el abismo entre países ricos y pobres; lo que está en juego es sumamente importante. Es preciso movilizarnos y concienciarnos de que está en juego la creación de una Europa más interesada por la promoción del bien universal, la justicia social, y el respeto al ser humano y la creación.