Deberían mirar hacia los verdaderos problemas de los curas, como las denuncias por abusos», critica la FELGTB
Los homosexuales, aunque guarden los votos de castidad, no podrán ser sacerdotes. El Vaticano mostró ayer esta postura a través de un documento en el que se plantean incluso recurrir a psicólogos para evaluar las tendencias sexuales de los candidatos. Para Antonio Poveda, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), esta es una prueba más de la “postura claramente homófoba” de la Iglesia, además de una muestra de su “desconocimiento de la realidad social”.
En un documento presentado esta semana por el prefecto de la Congregación para la Educación Católica, Zenon Grocholewski, el Vaticano ha reiterado que las personas con una “identidad sexual incierta” o con “tendencias homosexuales fuertemente asentadas” no podrán ser sacerdotes. En este sentido, el texto sugiere a los responsables de los seminarios que recurran a psicólogos para valorar esta tendencia, que ha definido como “una desviación, una irregularidad y una herida” que no permite desarrollar adecuadamente la misión sacerdotal.
La «grave inmadurez» de ser homosexual
Según el documento, la formación de los curas deberá interrumpirse si los candidatos “a pesar de su esfuerzo y el apoyo psicológico o la psicoterapia, sigan manifestando incapacidad para afrontar de forma realista su propia grave inmadurez”. Y dentro de esta “grave inmadurez”, la Iglesia engloba las “tendencias homosexuales fuertemente enraizadas”.
«Profunda homofobia»
El presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Antonio Poveda, mostró a El Plural su disgusto ante la noticia y criticó al “grave homofobia” que hay instalada en el seno de la Iglesia. A su juicio, este tipo de posturas “les quita argumentos cuando hablan en contra de leyes como la del matrimonio entre personas del mismo sexo”, pues demuestra que “su único argumento es una profunda homofobia”.
«Respeto»
Sobre la determinación de examinar psicológicamente a los seminaristas, Poveda recordó que la propia Organización Mundial de la Salud afirmó “hace muchos años que no se puede considerar de ningún modo enfermos o inmaduros” a los homosexuales y destacó que “todas las orientaciones sexuales se merecen el mismo respeto”.
Los «verdaderos problemas» de la Iglesia
A su juicio, este “nuevo disparate” del Vaticano no hace sino dejar a la Institución “cada vez más sola” en sus posiciones y demuestra “un profundo desconocimiento de su propia realidad, ya que en la Iglesia, como en el resto de instituciones, hay un alto número de homosexuales”. “Lo que el Vaticano debería hacer es mirar hacia otros asuntos mucho más importantes en relación con sus sacerdotes, como el hecho de ser la institución con más denuncias por abusos a menores por sus sacerdotes. Eso sí es un verdadero problema”, argumentó.
No basta con la castidad
No obstante, el Vaticano insiste en que “la castidad para el Reino es mucho más que la simple ausencia de relaciones sexuales” y advierte que “no basta asegurarse de la capacidad de abstenerse del ejercicio de la genitalidad, sino que es necesario también valorar la orientación sexual según las indicaciones emanadas por esta congregación.