EL VATICANO EXIGE A LA EMISORA CAT?LICA POLACA ‘RADIO MARÍA’ QUE NO SE POLITICE

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Roma ha mostrado su preocupación pública a la principal radio católica y una de las más populares de Polonia por su «constante intromisión en asuntos políticos, su toma de posiciones definidas en elecciones como la pasada y asuntos actuales que tocan al funcionamiento del Legislativo y el Ejecutivo». El Vaticano, tras llamadas de atención y una advertencia ya en enero, pide ahora a la Iglesia local una solución sobre el contencioso con la emisora que califica como «penoso e inconveniente».

El obispo de Gdañsk dijo ayer a la agencia polaca que Radio María, que cuenta entre uno y tres millones de oyentes, debería «enseñar religión, estudiar la Biblia y emitir oraciones en vez de practicar la política». El director de la misma, Tadeusz Rydzyk, ha sido reprendido repetidamente, sea por la Iglesia o por intelectuales y personalidades polacas, por difamar y azuzar el nacionalismo.

Daños a la imagen de la Iglesia

En el comunicado del Nuncio, Jozef Kowalczyk, se dirige a la Conferencia Episcopal sugiriendo que «el penoso asunto de Radio María debe ser tratado con atención y firmeza». La tradicionalmente combativa Iglesia polaca está dividida desde hace años por la emisora fundada en 1991 por los Redentoristas y, aunque algunos defienden su papel, muchos la acusan de personalizar y dañar la imagen de la Iglesia.

Poco antes, el Consejo para la ?tica en los Medios había criticado en un comunicado a la emisora por «expresiones sucias y primitivas» e incluso «antisemitas», unas opiniones sobre política exterior vertidas por el conocido comentarista y publicista Stanislaw Michalkiewicz que desbordaron al parecer el vaso de la paciencia. El jefe del alzamiento del gueto de Varsovia, Marek Edelman, había pedido el día anterior por primera vez al Gobierno que interviniera ante Radio María, en favor de quienes considera víctimas «por creencia, sexo o nacionalidad» de un mensaje de «chauvinismo y odio que desde hace 16 años difunde la emisora con total impunidad» y «no debería tener una Polonia libre».

Edelman, a la vez un reputado cardiólogo de 83 años, que trataba en la clandestinidad a los líderes de Solidaridad, pide directamente al primer ministro Marcinkiewicz que «tome las medidas para eliminar la ideología difundida por Radio María en sus emisiones políticas».

La radio, originada entre los variados y extremos movimientos que conformaron la protesta de Solidaridad, y de los que ya prácticamente no existe ninguno, se ha ido desplazando durante los años noventa de la modernización de Polonia, atrincherándose en una visión primaria y combativa de los cambios acaecidos, entrando poco a poco en una vía del insulto y la simplificación. En los últimos meses, con el retorno al poder de la corriente más conservadora, de los hermanos Kaczynski, Radio María ha ganado presencia.

Recientemente se han recibido en el Consejo ?tico para los Medios cuarenta denuncias de extremismo contra la emisora, según revela la prensa polaca. Benedicto XVI, que ha hecho especial hincapié en las relaciones con los judíos, debe viajar a Polonia dentro de dos meses.