La fiesta y el trabajo de los argentinos pareciera que deben ser pensados desde el Once.
En Cromañón, el neocapitalismo reinante seduce a la clase media empobrecida, con sus luces y bengalas, a una noche inolvidable, y deja a los niños en las guarderías baño. Y cuando hay conciencia de infierno cierra la puerta de salida.
En el tren de la tragedia no hay frenos, no hay gomas, hay puertas abiertas que no cierran. Va el pueblo empobrecido a trabajar. Saben que no es un tren bala, pero no hay otra cosa. ?Lamentablente no es un feriado y el riesgo es mucho grande?? dijo Schiavi.
¿Quiénes son los responsables de que vivamos así? ¿Menem? ¿De la Rúa? ¿Cristina? ¿Néstor? ¿El maquinista? Hay que averiguarlo. Es utópico pensar que vendrán políticos que van a actuar como ese emblemático caso suizo donde una ministra renunció cuando se comprobó que había pasado gastos donde figuraban dos Chocolatines. Tenemos un país vecino donde Dilma ya reemplazo a varios de sus ministros sospechados de corrupción. En este país todavía nadie renuncia, nadie siente vergüenza y pareciera que la condena social dura apenas un par de semanas.
Cuando asumió Néstor una de sus primeras medidas fue investigar la corrupción relacionada con el Tango 01, y esa medida algunos la tomamos como algo esperanzador para lo que se venía, la esperanza no se pierde pero desgraciadamente no hay signos entre los contubernios entre los políticos que hacen negocios con los empresarios corruptos. El descontrol del mantenimiento ferroviario pareciera viejo pero hoy se acrecienta con los conflictos con Ciccone, Jaime, y otros patrimonios millonarios. Lamentablemente da argumentos a los que quieren cambiar todo, y eso también significa empezar a sospechar de este modelo de inclusión que le costo tanto a la gente afianzar y que algunos creemos que muy pocos lo ensucian.
Para los que hacemos teología, Cromañón y el tren son como el Arca de Noé al revés: el arca fue para preservar y honrar la vida, y estos maxi infiernos la hunden y la pierden. El capitalismo de Honduras dijo que los trecientos cincuenta presos que murieron carbonizados se lo merecían. El capitalismo nuestro se va humanizando, y algunos funcionarios hablaron de azar, pero por lo menos no se incrimina a los pobres pero somos concientes que le cuesta desligarse de los miasmas históricos de la corrupción . Ayer la encargada de cultura del parque Pereyra Iraola me contó que un guarda en un tren, la semana pasada echó por la fuerza a un hombre que se sentó al lado de ella. El vagón estaba vacío. El guardia hecho al señor que se ponía de acompañante por que sabia que tenia antecedentes de manoseo de otras mujeres. Se jugo por mi amiga , desarmado y sin conocerla.
Me acorde lo que decía Italo Calvino: que el cielo y el infierno en una misma ciudad pasan por el cuidado y el descuido que nos procuramos .Ojalá que Cromañón y los trenes instalen un ?nunca más?? para los pobres como fue el soldado Carrasco, y trabajemos mientras estemos vivos para esto.
Leonardo Belderrain, Capilla Santa Elena, Parque Pereyra Iraola