El silencio de los obispos sobre el celibato (16) -- Rufo González

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CelibatoLos obispos ?deben tomar una nueva iniciativa en el asunto del celibato??
Sigue el ?Memorando para la discusión sobre el celibato?? -febrero 1970- que teólogos alemanes escribieron para su Conferencia Episcopal. Hoy más actual y urgente.
La ley actual no es verdad absoluta ni legislación definitiva
?La legislación anterior acerca del celibato desde luego no puede entenderse como una referencia absoluta para las reflexiones, según la cual deban orientarse con exclusividad todas las demás consideraciones eclesiásticas y pastorales. Si pese a los `graves reparos´, el Papa mismo aparentemente no rechaza la idea de la consagración de hombres mayores casados («viri probati??) a priori y absolutamente como indiscutible (de hecho, en algunos casos ya se está haciendo), entonces implícitamente se acepta la nueva revisión de la legislación vigente del celibato y su práctica.??

La ley actual disminuye los candidatos y el talento

Basta oír las homilías y leer los escritos de los ?nuevos?? curas para percibirlo.

?A su vez debemos admitir – por lo que percibimos en nuestros estudiantes de teología – que a menudo tenemos la impresión, de que nuestra actual reglamentación en gran medida conduce no sólo a una disminución en el número de candidatos para el sacerdocio, sino también a un empobrecimiento del talento, y por tanto a una reducción en las exigencias y la eficacia de los sacerdotes aún disponibles; sin perjuicio de un número muy reducido de teólogos muy talentosos, que a menudo se acercan a nosotros con el propósito de una segunda formación. Los que aseguran a su obispo no tener ninguna dificultad con respecto a la aceptación del celibato, no han demostrado por esto de modo concluyente que son aptos para la consagración.??

Atención al impacto de la ley en la actualidad

Siempre esta ley ha sido poco cumplida, generado mucho sufrimiento, pervertido muchas conciencias (abusos de menores, esposas invisibles, hijos abandonados, violaciones…), inducido muchas sospechas… Consecuencias de su inhumanidad.

?Un legislador de la Iglesia no puede limitarse a decir: nuestra ?ley ? y nuestras intenciones son en sí mismas buenas por su contenido, son formalmente legítimas y sólo pueden tener buenos resultados, siempre que esta ?ley?? sea acatada (como debería ser). Cada legislador a su vez debe reflexionar sobre las consecuencias reales de sus disposiciones. Esta consideración sencilla, a primera vista aparentemente abstracta, pero de ninguna manera secundaria, no parece efectuarse siempre suficientemente.??

¿Es humanamente viable la vida célibe de los jóvenes de hoy?

Hoy conocemos mejor la valoración humana y la ética de la sexualidad. Muy distintas a la que había cuando se impuso el celibato para el ministerio. A muy pocos jóvenes les convencen las razones que se aducen para seguir con la misma ley.

?Este problema, empero, también debe pensarse en cuanto a la viabilidad de la vida de celibato de los sacerdotes jóvenes de hoy (véase, por ejemplo, la cuestión de la atención en el hogar – `ama de casa´-; el creciente aislamiento y la pérdida de verdadero `reconocimiento´ de numerosos sacerdotes en medio de muchas comunidades; la falta de nitidez de la imagen sacerdotal; la indecisión y la inestabilidad psicológica de cuantiosos jóvenes para llevar adelante hoy día en la sociedad sexualmente sobre-estimulada una ?saludable?? vida de celibato, etc.). La situación totalmente modificada por todo esto no es por sí misma un argumento concluyente contra la ley del celibato, pero requiere sin embargo una revisión muy seria de la cuestión desde numerosos puntos de vista.??

El problema del celibato debe ser tratado por toda la Iglesia

?El nuevo examen sobre la cuestión del celibato debería ser realizado por los obispos alemanes entre sí, en primer lugar. Por supuesto, deberían ser invitados a participar expertos de todos los ámbitos que puedan aportar un esclarecimiento real a esta cuestión. Tampoco hay razones para excluir otros representantes imparciales, no manipulados y genuinos de los sacerdotes y sobre todo del clero más joven. En caso contrario, el episcopado sólo daría la impresión de no creer realmente en la fuerza interior de la recomendación evangélica del celibato ?por el bien del Reino Divino??, sino únicamente en el poder de la autoridad formal. Tal inventario positivo y análisis del problema debe llevarse a cabo, a su vez, porque el asunto del celibato debe ser expuesto comprensiblemente y con sentido, mismo dentro de los condicionamientos de la opinión pública y de la sociedad actuales ? en tanto esto sea posible – conociendo los límites muy claros de este esfuerzo…??

También los obispos españoles, ya ante Francisco, tienen ?una real obligación??

Lo exigen los sacerdotes casados -que ?reavivan el don de Dios que recibieron con la imposición de manos?? (2Tim 1, 6-7)-, las parroquias sin sacerdotes, los seminarios vacíos, los sacerdotes importados de países más necesitados que España…

?Además, estamos convencidos de que los obispos alemanes deben propiciar ante Pablo VI una revisión seria de la ley de celibato y sugerir aclaraciones y medidas pertinentes. Los obispos tienen el derecho a esto y, en la situación actual, creemos también una real obligación… Creemos que esta cuestión de Roma sólo puede resolverse en cooperación verdaderamente sincera y colegial con el episcopado del mundo… Pedimos a los obispos alemanes una pronta intervención en Roma, en vistas de la evolución reciente de este asunto. La experiencia… demuestra lo que ocurre y como las dificultades van en aumento casi trágico, si falta la cooperación. Esta opinión no cuestiona ni limita la primacía papal. Es sólo la aplicación de la afirmación implícita, que también el Papa debe utilizar en sus decisiones las ?apta media?? para encontrar la decisión adecuada. En la situación actual, esta cooperación con el episcopado mundial es, al tratar estas cuestiones, prácticamente parte de estas ?apta et ? hodie necessaria – media??, y no un simple ?simulacro de disputa??.

Jaén, octubre 2018