EL SALVADOR. MOVIMIENTO SOCIAL CELEBRA 90 A?OS DEL NATALICIO DE MONSE?OR ROMERO. Gloria Silva Orellana

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Argenpress

Oscar Romero1.jpgEl padre Miguel Ventura, en la Capilla del Hospitalito La Divina Providencia, afirmó que la vigencia del pensamiento de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, toma fuerza «frente a la condición de las mayorías desposeídas en el país».
Monseñor Romero nació el 15 de agosto de 1917, en Ciudad Barrios, departamento de San Miguel, ordenado sacerdote el 4 de abril de 1942 en Roma. Fue nombrado Obispo de Santiago de María, el 5 de octubre de 1974, y Arzobispo el 3 de febrero de 1977. Fundó el hospitalito de la Divina Providencia el 21 de junio de 1970, junto a las hermanas Carmelitas, para atender enfermos de cáncer terminal. En esta capilla fue asesinado el 24 de marzo de 1980.

La peregrinación, convocada por el movimiento social en las principales calles de San Salvador, entremezclaba el pensamiento de Romero y la demanda de mayores espacios de libertad para que la ciudadanía se pronuncie públicamente.

Margarita Posada, de APROC-SAL, afirmó que el asesinato de Monseñor Romero, a manos de sicarios enviados por el poder económico y político, fue por el ‘temor a la verdad’.

«Su muerte fue un símbolo para nosotros: acallar la denuncia de la injusticia de un pueblo pobre y que sufre a diario, las políticas de un modelo neoliberal que no permitía que existiera la oposición su pensamiento tiene vigencia hoy, más que nunca», en referencia al texto de la homilía pronunciada por Monseñor Romero el 24 de diciembre de 1979 que denunciaba: «las violaciones seguirán cambiando de nombre, pero habrá siempre violencia mientras no se cambie de raíz de donde están brotando esas cosas tan horrorosas de nuestro ambiente».

A la peregrinación se unió la Comunidad «Oscar Arnulfo Romero» de la Cripta de Catedral, que inició su jornada con el canto de Las Mañanitas y ponencias sobre la obra y vida del Arzobispo mártir.

Doña Candelaria Meléndez, de 80 años de edad, viajó desde Santo Tomás, para participar de la jornada y afirmó que pese al dolor por reumatismo en sus piernas, no se pierde la celebración.

«Yo lo recuerdo mucho, uno podía estar allí sentado sin hacer ni ruido, en un rincón, y cuando él pasaba levantaba su mano y lo saludaba a uno, nos daba mucho consuelo, así lo recuerdo», dijo refiriéndose a Monseñor Romero.

Mientras, Miriam de Martínez lo evoca dándole cariño a sus hijos, con los que asistía puntualmente a la misa del domingo en Catedral Metropolitana.

«Cuando ya le habían hecho ese gran daño (asesinato), mi hijo pequeñito en ese entonces, tenía miedo y con señas (porque él es sordomudo), como que presentía, nos hacía señas de un avión sobre nosotros y de disparos es que, Monseñor Romero, viera como los quería abrazaba a los niños y los hacía felices», recordó.

Las actividades de las organizaciones sociales culminarán este día con un acto litúrgico a las cinco y 30 minutos de la tarde en la cripta que guarda sus restos mortales, mientras espera la resolución de un proceso de canonización en la Santa Sede, Roma, Italia.