El Salvador: Monseñor Romero, el más universal de los salvadoreños -- José Mario Zavaleta

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Argenpress

Mientras persiste un clima de discrepancias por la manera como se está abordando la crisis delincuencial en El Salvador, que en la percepción generalizada abate a la población aún más que la crisis económica, aupada por hechos de violencia que conmocionan a la sociedad, este año la conmemoración de la muerte del Arzobispo Oscar Arnulfo Romero tendrá una especial relevancia por ser la primera ocasión que participan organismos del estado junto a sectores de la sociedad civil e instituciones religiosas que siempre lo han hecho.

El próximo 24 de marzo serán 30 años del asesinato de Monseñor Romero, hecho que ocurrió mientras oficiaba una misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia de la capital salvadoreña, provocando un fuerte impacto acá en el país y el resto del mundo. Sin embargo no puede dejarse a un lado que un sector de la sociedad, ligado a la extrema derecha, brindó con champán alegremente ante este bestial acto, que según la Comisión de la Verdad, es atribuida su autoría intelectual al mayor Roberto D?Aubuisson, fundador de Alianza Republicana Nacionalista, Arena, y también involucrado con los nefastos escuadrones de la muerte de la época.

En otro aspecto que demuestra los cambios que lentamente se manifiestan en esta sociedad tan polarizada, la Asamblea Legislativa ha aprobado la nominación del Día de Monseñor Oscar Arnulfo Romero cada 24 de marzo, y a partir del presente año, con el apoyo de la mayoría de diputados y la excepción de la bancada de Arena, que alegó no hacerlo para no afectar el proceso de beatificación que se lleva a cabo en el Vaticano, por el aparente sentido político que su participación en el acuerdo tendría. Por supuesto, aunque nadie les ha increpado por ello, tampoco se les ha creído.

Las actividades han comenzado el sábado pasado con la realización de un festival musical alegórico al obispo mártir, y en el que participaron grupos nacionales e internacionales, entre ellos, y por videoconferencia, el panameño Rubén Blades y los Seis de Solar, interpretando su canción dedicada a Monseñor Romero a inicio de los años 90, ?El padre Antonio y su monaguillo Andrés??. Entre los asistentes al acto estuvieron el presidente de la República y algunos ministros de su gabinete, además de cientos de fieles seguidores del obispo.

En los siguientes días se desarrollarán infinidad de actividades tanto dentro como fuera del país, como el caso de la muestra fotográfica sobre la vida, obra y muerte del obispo salvadoreño, por la fundación Romero de Montreal y el consulado general de El Salvador en dicha ciudad de la provincia de Quebec en Canadá. De la misma manera, en otros países la comunidad de salvadoreños junto a ciudadanos de todo el mundo lo recordarán como un personaje histórico que con su ejemplo ha trascendido fronteras, posiciones políticas y religiosas.

Muy por el contrario a la intención de sus asesinos que quisieron cegar su vida y su influencia en este país centroamericano, hoy resulta que Monseñor Oscar Arnulfo Romero es el más universal de los salvadoreños, conocido y respetado en todas partes. A su memoria se aferran sus compatriotas esperando que su lucha por la justicia social por fin sea una realidad en el Pulgarcito de América.